Mamá se fue de Viaje

Capítulo 7. Vito

No consigo dormir en toda la bendita noche.

Fatma tarda en dormirse, Lucas también. Ella me muestra de qué manera mecer a Lucas para que descanse tranquilo y Ana está atenta a mí para instruirme en cosas básicas, desde cómo hacerle la leche al niño hasta de qué manera cambiarle los pañales, por lo cual también reviso un tutorial en internet.

También me aconseja respecto del espacio necesario para la niña y cómo debo acostar a Lucas.

Les miro a cara rato para saber si respiran y me siento ridículo al hacerlo, pero me tiene completamente intranquilo la situación.

Una vez que Fatma se ha dormido, me quedo con mi móvil mirando mensajes que cambiamos con Lucía hace poco más de una semana y tantas cosas pasan por mi cabeza que me cuesta procesar su intensidad.

Ella: “Recibí tu transferencia… Gracias, vendrá bien, Lucas necesita leche y pañales.”

Yo: “Me alegra pueda ser de ayuda, espero poder enviar más la próxima semana.”

Ella: “El próximo año Fatma inicia las clases y ya está inscripta, ¿sabías? Está muy entusiasmada por iniciar jardín de infantes.”

Yo: “Vaya, eso es bueno.”

No sabía cómo reaccionar, si me pedía que fuese a su primer día eso me iba a dejar completamente coartado.

No porque no quisiera sino porque nunca me sentí cómodo en el rol de padre y de pronto hacerme presente de ese modo… Claro estaba que era su intención. Lucía intentaba darme el lugar de hacerme presente.

Yo: “Lucía, sabes que no estoy preparado aún. No estoy orgulloso de mí mismo, menos aún podré ser un ejemplo para los niños, no quiero ser el motivo que termine mandándoles a terapia o un padre que no esté a la altura de las circunstancias.”

Ella: “No descarto que un padre ausente pueda ser motivo de terapia para niños. Igualmente, descuida, sabes que están para ti cuando creas conveniente, necesitan de su padre, pero tienen a su madre mientras.”

Yo: “Sabes que no soy un padre ausente, Lucía.”

Porque les paso dinero.

Claro que no es suficiente, pero cuando ella desliza ese punto me siento vilmente afectado, siempre se contiene, busca no herirme ni discutir.

No tendría que haber dicho eso.

Ella: “Claro. Bueno, estamos en contacto.”

Yo: “Estamos en contacto.”

Ella: “Me avisas si quieres vernos.”

Yo: “Bien…”

Y eso fue todo.

¿Si quiero verlos? ¿O si quería yo que nos viéramos ella y yo? ¿Hasta qué punto podría haber sido de ayuda o impedido su accidente si tan solo hubiese permitido que nos veamos o que estemos juntos o haberlo intentado siquiera?

Puede que su madre haya tenido razón.

Puede que ella siempre me haya amado aún luego de haber dejado de estar juntos y yo haya estado demasiado ciego para siquiera notarlo.

¿Cuánto sufrió Lucía por mi culpa? Yo estaba con ella a medias, nunca la amé como realmente se supone que una persona debe amar a la otra. Nunca la amé como se supone que se debe amar a una pareja, pero tampoco tuve el coraje suficiente para alejarla de mí y permitirle rehacer su vida.

Nunca hizo nada en mi contra, pese a no haber tenido la valentía de asumir el compromiso o soltarla para siempre.

Mi prioridad siempre fue mi carrera y veía los apegos o las ataduras como una dificultad. Lo sigo viendo.

Ahora tengo a dos niños que dependen de mí y esta noche he desplazado la oportunidad más grande de toda mi vida por quedarme con ellos, pero, por suerte, mi mejor amiga no me ha soltado la mano y ha asumido la responsabilidad al respecto en mi lugar.

Miro la hora.

Son las tres de la madrugada.

Me levanto y enciendo mi ordenador portátil. Le bajo el brillo para que la luz no despierte a los niños.

Me ubico en un escritorio que hay al costado, levanto la caja de pizza y la llevo hasta la cocina para luego sentarme frente a la pantalla y escribir un guión que me tiene dando vueltas en la cabeza hace tiempo.

A diferencia de otras decisiones desesperadas en lo laboral, este no lo hago por condiciones externas.

Lo hago por mí.

Escribo para sanar mi corazón hasta que el sol del amanecer se filtra por la ventana y luego de un rato, con los ojos ardiendo, despierto y observo mi móvil que vibra a un lado con una llamada entrante.

Es de Ana.

 



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En el texto hay: humor, romance, padre soltero

Editado: 03.01.2024

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