No pudimos hacerlo, victoria había escapado, si no hubiese sido por el maldito tratado con los lobos la tendríamos, Emmett la hubiera atrapado, pero esa bestia gigante se interpuso en su camino, odioso perro. Ahora tendríamos que esperar a que victoria volviera si es que lo hacía, mientras tanto debíamos velar por la protección de bella y su padre.
Volvimos a casa a eso de las tres de la mañana, Emmett estaba furioso, Rose ya no sabía cómo calmarlo. Todos se lamentaban no haber cumplido la misión, Carl hablaba con Edward en el celular, yo estaba sentada en una esquina del sillón, lo que había sentido un momento atrás no salía de mi mente, en ese instante ahí sentada no veía absolutamente nada raro en mi cuerpo, excepto una cosa, la mirada de Jasper clavada en mí, lo mire, vino rápido y se sentó a mi lado.
—¿Estás bien?
—Sí, todo está bien —dije un poco desanimada.
—No te creo, estas preocupada puedo sentirlo.
—Es por lo de victoria, debimos atraparla.
—Vi lo que paso, no me mientas —susurró en mi oído, yo quedé atónita
—¿Qué viste?
—Mariana estaba pendiente de ti cuando victoria te empujo no te pudiste recuperar.
—Jas es complicado —él puso mi cabello tras mi oreja y suavemente me obligo a mirarlo.
—Puedes contarme cualquier cosa —ese hombre estaba dispuesto a derretirme.
—No es nada Jas —dije.
—No te creo.
—En serio que no es nada —dije seriamente.
—Definitivamente no te creo —se cruzó de brazos y se alejó un poco.
—¿Cómo es que te das cuenta de todo Jasper? —dije desesperada, nunca le podía decir mentiras.
Él simplemente guiñó el ojo, ese día no le conté lo que sucedía no quería preocuparlo con más cosas, nuestra conversación terminó cuando vi a Alice mirándome a lo lejos, simplemente inexpresiva, no era una mirada de enojo, ni reprochadora, solo una mirada sin sentimiento, pero para mi conciencia fue la peor tortura.
Fui a la azotea con la intención de estar sola, me decidí a no pensar en él por ese momento, sabía que era plenamente capaz si me lo proponía, pero ¿en qué más iba a ocupar mis pensamientos si al intentar arduamente no pensarlo terminaba haciéndolo aún más? Vaya problema. Con el rato otra cosa ocupó mi mente, victoria, estaba triste, no estaba acostumbrada a sentirme débil, no había servido de nada mí presencia ese día, se suponía que yo debía atraparla, era lógico, era la más fuerte de la casa, pero esa mujer me había derribado de un solo golpe, el sol comenzó a asomarse, por más años que haya vivido, el amanecer nunca dejaba de sorprenderme, nunca dejaba de ser hermoso, me deje llevar por el color del cielo. "Ese destello de luz alumbraba casi del color de su cabello", y ahí estaba de nuevo, no es que yo no fuera capaz de no pensarlo es que el universo hacia todo lo posible para acordarme de él.
Después de regañarme a mí misma decidí que era hora de volver, consideraba peligroso para mi salud mental terminar de ver el amanecer, bajando las escaleras me encontré a Rosalie.
—Vaya cara Rose.
— ¡Emmett me trae de los pelos! ¡No sé qué hacer con él! Es que Mari ¡tiene que aprender a controlarse! No puede ponerse así cada que alguien le gana una pelea, y ¿sabes que es lo peor de todo? No solo está enojado con el mundo si no que ahora dice que quiere vengarse y matarla él mismo y a los lobos ¡está pensando como un asesino! Él no es así y no sé qué le pasa, lo veo perdiendo su pulcritud y buen comportamiento, cuando se pone así de histérico hasta parece que fuera un humano.
El monologo de Rose me causó un poco de risa, nunca entenderé porque piensa que Emmett tiene "pulcritud y buen comportamiento", pero bueno, se le notaba en la cara la preocupación y el desespero, había visto como ella lidiaba con él y hay que admitir que Rose cuando se trata de Emmett es la mujer más paciente y comprensiva, aclaro, cuando se trata de Emmett.
—¿Quieres que hable con él?
—De verdad que te lo agradecería.
Emmett estaba fuera de la casa golpeando algunos árboles, la escena se veía agresiva, lo pensé dos veces antes de actuar, pero finalmente lo hice, interpuse mi mano entre su puño y el árbol y con todas mis fuerzas lo empujé varios metros. Una vez recuperado del asombró me miró, lo había provocado, ahora el juego iba a empezar, él dio un primer paso y empezó a correr endemoniadamente hacía mí, yo di media vuelta y emprendí la huida, confiaba en que mis capacidades vampíricas no me fallaran en esos momentos, si lo hacían era verdaderamente probable que Emmett me matara. Lo guié hasta un lugar donde estuviéramos lo suficientemente lejos de casa y de la frontera, allí intente esconderme, en menos de un segundo ya Emmett estaba en frente mío y se lanzó al ataque, luchamos, desde niña él había sido quien me enseñó todas las técnicas.
Finalmente, cuando me tenía retenida en el piso y con ambas manos en mi cuello se detuvo
—Nunca vas a poder ganarme niñita —dijo riendo y con ínfulas de triunfador.
—Solo te deje ganar.
—Excusas y excusas, siempre te gano.
—Porque soy bondadosa y no quiero deprimirte con la perdida.