Mantente Fuerte

Repugna a ti

Cada vez más dentro del bosque, el sonido de sus pasos se escuchaba más estruendoso, las hojas secas causaban el ruido con el viento para desprenderse de los árboles, en su respirar se sentía su cansancio, no había descansado de correr por varios minutos, pendiente siempre de su espalda que no lo siguieran, y con la niña que no conocía en sus brazos, la cual había sollozado por varios minutos.

 

Mike cruzaba por aquellos bosques repletos de romerillo, capulín y cedro, su cansancio era evidente, no podía seguir, estaba agotado cada vez más, preocupado, acabado, sus pensamientos eran incoherentes, se había perdido en medio del bosque, en un lugar que él desconocía, perdió de vista la carretera hacía horas, mientras solo corría, corría y corría, su corazón latía con tanto pulso que él escuchaba, mientras seguía corriendo sin parar, preocupado por lo que pueda pasarle si se detiene.

Hasta que poco a poco comenzó a desvanecerse mientras sus pasos se alentaban, hasta que solo comenzó a caminar para caer sobre la hojarasca del bosque, junto con él, la niña a su lado que no conocía. El frío se sentía tan atroz en medio de la noche, cubierto de hojas, Mike abría lentamente sus ojos, recordando de a poco lo que sucedió, un pequeño brazo le mecía en la espalda, como si lo jalaran, la niña se acercó hacia su rostro y con un gesto señalaba silencio, mientras se escuchaba rugidos en los alrededores.

 

Mike estaba en el suelo sin poder hacer nada, herido, fatigado, sin fuerzas, habiendo perdido toda su comida por dejarla en la casa. Poco a poco los rugidos de aquellas bestias se desvanecían lentamente y con ello un gran silencio en el panorama marcaba esa noche.

 

Mike se levantó de inmediato y con sus fuerzas se postra sobre un árbol de cedro cercano, alza su mirada y la luz de la luna es lo único que contempla, mientras cada vez más su cara de tristeza se hace evidente, perdió toda la comida, el agua, contemplando la luna cierra sus ojos y un murmullo se hace escuchar “¿Quién eres?” -pronuncia Lucia, "solo un viajero que ha perdido todo hoy" - responde Mike.

 

El día llega, sin ganas ni fuerzas, Mike abre sus ojos para observar su panorama, la niña de suéter se encuentra tapada con la hojarasca del suelo, mientras yace dormida a unos centímetros de él.

"Debemos volver, por donde llegamos" - pronuncia Mike mientras lentamente se levanta.

 

No lose - "pronuncia Lucia mientras juega con las hojas, acostada en el suelo".

"Creo que es por aquí"— pronuncia Mike.

"No, ni siquiera estamos cerca del lugar, ya lo reconocería si así fuera"— pronuncia Lucia.

"No, solo hace falta seguir y saldremos"- dice Mike a Lucia mientras esta enseguida exclama a gritos - "no quiero volver, entiendes, no quiero regresar, por favor no quiero, no quiero, papá, papá, ya no está en casa".

Mike piensa y recuerda que sucedió con Rodrigo - "no podemos regresar, no conozco el sitio".

Mike se acerca a Lucia y con su mano toca su hombro pronuncia— "tu padre fue un gran hombre, salvo tu vida y nos dio tiempo para ...", Lucia quita su mano y con un grito pronuncia— "por ti, por ti él no está, nunca debiste llegar, nunca debiste hablar con él, nunca debiste hacer que se alejara de casa, tú eres el que no debe estar vivo".

Lucia se levanta y camina al sentido contrario, Mike enseguida camina atrás de ella hacia un punto desconocido para ambos.

Con el sol en sus cabezas, Lucia decide descansar cerca de un árbol, Mike también decide descansar unos metros lejos de ella respetando su espacio y desde lejos pregunta— "¿Por qué no me has pedido que me aleje?", Lucia lo mira y pronuncia— "él me pidió que te siguiera hasta encontrar un lugar seguro".

Mike la mira y pronuncia— "bueno, pero por lo que ocurría perdimos el camino hasta ciudad Próxima".

Lucia pronuncia— "no del todo, papá caminaba por estos bosques desde pequeño, siempre me decía que, en caso de perderme, siguiera el camino que el agua marque" - mientras observa un pequeño riachuelo en lo más alejado del bosque.

Mike se levanta y con Lucia con las fuerzas que tienen y comienzan a caminar hacia aquel riachuelo para saciar su sed, mientras él agradece por aquel regalo. Al terminar ambos se levantan y con una luz del sol que la alumbra mira lo alto del cielo y con una cara de tristeza Lucia pronuncia— 2lo extraño, extraño, mucho a papá, no puedo aceptar que ya no este conmigo".

 

Mike agacha la mirada y dice— "lo siento, nunca tuve que haber llegado a aquel lugar, siento mucho todo el mal que te estoy causando".

Lucia se levanta y con su brazo limpia sus lágrimas y pronuncia - "no perdamos tiempo, debemos seguir el camino, señor".

Mike la mira y pronuncia— "me llamo Mike, Lucia".

Lucia lo ve y menciona— "para mí, solo eres un señor".

Ambos caminan a lado de ese riachuelo con destino a algún río cercano que los guíe hasta una ciudad o pueblo cercano, mientras el día cada vez más se oscurece.

Al caminar por los costados del riachuelo, Mike busca en sus bolsillos, cuando siente un pequeño papel, al sacarlo observa que es el pasaje a Palmiras, mirándolo y recordando cuál es su verdadero objetivo, poniéndose la mano en el corazón y pronunciando— "sigo en camino amores, esperen".

 

Sin decirse nada mientras caminan, Mike observa a Lucia, preguntándose - ella me odia con todo su ser, lo sé, su mirada, sus gestos, no me ha hablado en todo el camino, será que debo preguntar algo.

 

Al subir por ese bosque lleno de árboles frondosos llegan por fin al inicio del cauce, una pequeña cascada que baja desde una meseta, con la noche acercándose deciden acampar ahí, Mike decide buscar ramas pequeñas y prender una fogata por el frío, mirando a Lucia que solo se sienta sin decirle nada, Mike pronuncia— buscaré algunas cosas, cuida esto, entregándole su chompa.




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