Manual de lo prohibido [chenmin]

Capítulo 1

A pesar de todo tipo de intento, la llave no entraba en la cerradura, haciéndome formular en la mente una buena lista de maldiciones. Resoplé frustrado y le metí un buen puntapié a la puerta provocando, solamente, que los dedos debajo del Converse negro me dolieran. Empezaba a extrañar Hongdae.

—No creo que se abra así —musitó divertida una voz tan suave como el terciopelo, detrás de mí.

Me giré avergonzado y me encontré con la perfección en persona.

Noté como la boca se me abrió lentamente, y cómo los ojos me destellaron del encanto.

Un hombre delgado, pero fornido, revestido de una piel suave y blanca y un cabello castaño, se situaba detrás de mí, y de mi desordenado par de maletas azules que había dejado tiradas en el piso junto a mis pies.

—Emmm... ah... —genial, no pude articular nada legible o que tuviese significado alguno.

—Déjame adivinar, eres Xiumin, ¿Cierto? —me sonrió mostrándome la perfecta hilera de dientes blancos, deslumbrándome.

Vaya, una perfecta sonrisa era enmarcada por unos labios, aparentemente, suaves y rosados; aquello era lo más bello que había visto en lo que había llegado a Venecia.

—¿El amigo de Junmyeon? —preguntó, ahora dudoso. ¡Maldición! ¿Era necesario pegarme una bofetada para reaccionar? Sí, quizás sí; pero solamente me limité a sacudir, ligeramente, mi cabeza.

—Sí, sí —me aclaré, disimuladamente, la garganta —a las dos preguntas, sí.

Me sonrió con más ganas, como si me conociera desde hace años y me desarmó por completo. Algo nuevo para mí.

—¿La puerta no se abre? —quiso saber.

—¿Ah? No, no —bajé la cabeza para ocultar el traicionero rubor de mis mejillas.

—La llave no entra —expliqué.

—No entra... Hum... ¿Me permites? —estiró la mano con la palma extendida hacia arriba. ¿Qué me creía? ¿Un tonto? Me atreví a levantar la vista para mirarle, era dueño de unos bellos ojos, donde parecía que el mismísimo Picasso había creado una obra de arte en diferentes tonos de café.

Le di la llave confiando, completamente, en aquel hermoso extraño.

Se acercó a la puerta de aquel departamento e intentó, sólo una vez, la llave en la cerradura, cosa que no funcionó.

—Hum —la miró.

—Creo que te dieron la llave equivocada.

—¿Tú, crees? —dije sarcástico.

Él rió, y el soplo de su risa me acarició el rostro. Me obligué a aterrizar de nuevo en la Tierra, puesto que había volado más allá de la última nube del cielo.

¡Que emociones tan raras estaba experimentando!

—¿Eres vecino? —pregunté esperanzado, anhelando, realmente, que dijera que sí, que era dueño de alguno de los otros departamentos que había en ese edificio.

—No.

—Entonces...

¿Cómo sabes mi nombre y qué soy amigo del chico que vive aquí? —hice una pausa, frunciendo el ceño.

—Junmyeon Kim vive aquí, ¿Cierto? —pregunté receloso.

Él rio, aún más, cómo si mi ingenuidad resultará graciosa. Bueno, quizá, para él sí.

—Sí.

Junmyeon vive aquí —señaló el departamento marcado con el “312”, en el que antes había intentado meter la llave.

—Es raro que no se encuentre —dijo sorprendido.

—Y bueno, él me hablo de ti, me dijo que ésta noche llegarías y estaba muy emocionado con la noticia —me sonrió.

—¿Y tú eres? —entrecerré los ojos.



#1591 en Fanfic

En el texto hay: novios y amigos

Editado: 15.08.2023

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