Manual de lo prohibido [chenmin]

Capítulo 5

—Vamos, Xiumin, sé que conociste a alguien, tus ojos me lo dicen —insistió con la sonrisa aún más amplia y los ojos chispeantes de curiosidad.

—Pues, ammm... sí y no —farfullé.

—¿Sí y no? ¿Cómo es eso?

—Bueno, conocí a alguien que a decir verdad, me deslumbró; pero...

—¿Pero qué?

—Pero, no puedo decir que sea ese “alguien especial” —hice las comillas con mis dedos.

—¿Por qué no?

—No creo en el amor a primera vista, lo sabes —sacudí la mano, como restándole importancia al asunto.

—Sí;¿Pero sabes? Con Jongdae fue amor a primera vista —sonrió como si de pronto se hubiera perdido en el recuerdo.

—¿Tú dónde conociste al chico? —preguntó de repente.

—Emmm... en... —vacilé, mientras buscaba algún lugar ideal —en el avión.

—¿Se sentó junto a ti? —la curiosidad de Junmyeon parecía nunca terminar.

—Mmm... —recordé entonces cuando Jongdae se sentó a mi lado en el piso del pasillo, reí. —Algo así.

—¿Quieres contarme?

—No en realidad, no tiene demasiada importancia, Junmyeon. Era sólo un hombre atractivo, cuántos más no hay aquí.

Y era cierto, porque para empezar, Jongdae sólo era una cara bonita entre muchos otros en toda Venecia y además, no podía inventarme una historia acerca de otro chico sólo por no tener el valor de decirle a Junmyeon que su novio me parecía lo más atractivo desde que había llegado a Venecia.

Pero eso en mí no era normal.

—Estoy, realmente, cansado, Junmyeon. Dime ¿Dónde está mi cama?

—Habitación —corrigió él y luego sonrió.

—Justo allá —señaló hacia la derecha, apuntando una puerta de madera, blanca.

—Gracias. Mañana será un día fenomenal, mañana que no esté cansado.

—Que duermas bien, Xiumin. ¡Wow! No puedo creer que estés aquí —lo último pareció que se lo dijo a él mismo.

—¡Te quiero!

—Y yo a ti. Buenas noches.

Arrastré las maletas hasta el pequeño cuarto que sería mi habitación y luego me interné en él. Era de tamaño medio, ni tan grande ni tan pequeño. Ideal para mí. La cama estaba en el otro extremo de la puerta, contra esquina; cerca de la ventana, y había un pequeño escritorio a lado derecho y un armario enfrente de la cama y del escritorio pequeño. Saqué de la maleta más pequeña el estuche donde traía mi cámara, y tomé una foto de la habitación. Aventé luego las maletas en alguna parte de la habitación y puse con cuidado la cámara en su estuche y lo coloqué sobre el escritorio, estaba demasiado cansado como para ponerme a acomodar la ropa justo ahora.

Me acosté sobre la cama y coloqué las manos bajo la cabeza, entonces me puse a pensar en todo lo ocurrido durante el día, y el rostro que había traído a mi memoria, era tan bello como el de un ángel, pero, un rostro que no me pertenecía. Pero ¿Por qué había pensado en él? En la idea que Junmyeon y Jongdae no se conocían lo suficiente como para decirse ‘Te amo’; me reí por lo bajo al descubrir que lo que yo tenía ahora era envidia, desde Tao, sólo idiotas habían figurado en la lista de mi corazón, y ahora Junmyeon había encontrado a alguien que no lo parecía, y yo le tenía envidia. Volví a reír.

Que patético. Pero lo era que detrás de aquella risa burlona había una palpable preocupación, el corazón de Junmyeon no podía volver a romperse por segunda vez en una forma tan desastrosa como la primera. Allí figuraba mi miedo.

O eso creía yo.



#1579 en Fanfic

En el texto hay: novios y amigos

Editado: 15.08.2023

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