Manual de lo prohibido [chenmin]

Capítulo 17

—Hasta pronto, Minik —dije.

Cuando lo vi introducirse a su departamento, me gire a mirar a Jongdae, quien seguía parado allí, de brazos cruzados y mirándome.

—¿Decidiste hacerle caso a Junmyeon? —bromeó.

—¿Qué? —inquirí, confundido.

Se separó de la puerta cuando yo me dirigí para abrirla.

—Sí, eso de buscarte pareja—musitó, pero la broma ya no le salió como tal.

Exploté en estruendosas carcajadas.

—Sólo salí a tomar un café con mi vecino para conocerlo mejor —expliqué—. Eso no tiene nada que ver con los planes macabros de Junmyeon.

Él río.

—¿Con que son macabros? Se lo voy a decir, te acusaré —bromeó, divertido.

—No hace falta, él lo sabe —abrí la puerta y Jongdae se introdujo detrás de mí—. Si sabes que Junmyeon llega hasta las ocho ¿verdad? —dije, sarcástico.

—Lo sé, pero es que no tengo mucho que hacer y es mejor pasar el rato aquí mientras que lo espero.

—Bueno, es agradable tenerte aquí mientras que llega —pensé... esperen, esperen, no lo pensé, ¿lo dije?

—Gracias, qué lindo —musitó y en ese momento di gracias de encontrarme de espaldas puesto que todo el color se me subió al rostro—. Mañana saldremos todos, así podrás conocer a mi hermano, Sehun, ¿lo recuerdas? —dijo, totalmente ajeno al caos que estaba habitando en mi interior debido a sus palabras.

—Emm... sí, estoy emocionado —farfullé.

—Sehun también.

Así, planeamos lo que sería el día de mañana y estar a su lado lo encontraba cada vez más cómodo y magnífico. Él tenía ese raro poder para maravillarme, dejarme sin el habla o adivinarme los pensamientos a veces; era simplemente sensacional y la fierecilla se regocijaba llena de felicidad; pero sólo hasta que llegaba Junmyeon, porque luego, al verlos reírse el uno con el otro y llamarse “amor” ésta empezaba a incomodarse y me hacía salir de la escena cursi que no queríamos ver ni él ni yo. Porque empezaba a resultarme drásticamente incómoda.

ee eee

—¡Bestia, arriba! —Junmyeon tenía la costumbre de despertarme con golpes en la puerta, por eso era lindo que se fuera a trabajar.

Balbuceé entre la almohada y luego comprendí que los molestos golpes en la puerta no pararían hasta que Junmyeon me viera con los ojos abiertos. Me llevé los puños a los ojos y comencé a tallarlos para desemperezarme, luego abrí paso a un bostezo grande.

Me paré con pereza y abrí la puerta, Junmyeon estaba en la cocina buscando algo en el refrigerador. Me miró.

—Ponte algo lindo, algo verde, a Sehun le gusta el verde —dijo.

—Estás loco —musité y me di la me di vuelta para vestirme.

—Si quieres gustarle a Sehun, escucha mis consejos —gritó desde la cocina.

—No quiero gustarle a Sehun, ¡ni siquiera lo conozco! —me quejé, saliendo de nuevo de mi habitación; increíblemente asombrado del esfuerzo de Junmyeon por emparejarme.

—Sólo vístete, ¿quieres? Ellos llegarán en cualquier momento.

—Eres perverso —lo fulminé con la mirada.

—Pero así me quieres —me sacó la lengua y me vi obligado a reír.

—Tonto —dije.

Me vestí con una camisa azul turquesa y con unos jeans entubados, sólo por llevarle la contraria a Junmyeon. A los pocos minutos, oí el timbre sonar, y la fierecilla empezó a saltar de un lado a otro cantando el nombre de Jongdae.

Salí de mi habitación al oír el murmullo de las voces, y allí junto al ángel de oro, reposaba otro.

Era muy parecido a Jongdae, sin embargo, su cabello era más claro, un poco, casi como el de Minik; pero el rubio cabello se encontraba un poco más despeinado y era más rizado; su piel, casi del color de la de su hermano, hacía lucir sus ojos verdes, y cuando me sonrió, los pómulos se le elevaron notablemente.

—Hola —musité.

—Xiumin, mira, él es Sehun —me dijo Junmyeon, empujándome por el codo hacía el par de ángeles.

Extendí la mano para saludarle y él respondió mi saludo.

—Hola —me dijo.

No estaba muy seguro, pero sentía dentro de mí como dos partes; una, atenta a Sehun; pero la otra, atenta a Jongdae. Seguro la fierecilla estaba dentro de la segunda.

—Bueno, ya que se conocieron, ¿a dónde vamos a ir? —preguntó Junmyeon.

—¿Quieren desayunar en...? —la voz de Jongdae habló por fin, y yo, completo, me perdí en él.

Dejé de oír entonces la conversación que tenían los tres, de hecho, mis ojos estaban tercos y habían dejado a mis otros sentidos inactivos, ya que ellos se aferraban a mantener la vista en Jongdae.

Los labios de los demás dejaron de moverse, luego me miraron.

¡Reacciona! Me ordenó una voz en mi cabeza. Entonces mis sentidos comenzaron a activarse de nuevo.

—¡Xiumin! —me sacudió Junmyeon.



#1591 en Fanfic

En el texto hay: novios y amigos

Editado: 15.08.2023

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