Manual de lo prohibido [chenmin]

Capítulo 59

Aquella pantalla pintaba la escena que yo estaba presenciando en vivo a sólo unos metros de distancia. Pero debajo de las letras que publicaban el nombre de la canción, había un nombre que se destinaba como el autor de aquella letra musical.

Un nombre que había estado pronunciando en sueños por varias noches y que mi corazón susurraba en silenciosos latidos.

Jongdae Kim.

Entonces me dediqué a escuchar la canción, había algo en él que me llamaba, como la primera vez.

Algo en aquellas palabras que salían de la boca de James que decían mi nombre.

Me quedé quieta, muda. Todos mis sentidos se centraban ahora en aquella melodía, en la letra, en pensar que él la había escrito pensando en mí.

Las piernas se me tambalearon y me sentí débil.

Eran las palabras del hombre que yo amaba, eran los sentimientos que yo jamás había reconocido. Pero, ¿y si no era cómo yo creía?

¿Si aquella canción no hablaba de mí, sino, de Junmyeon? Los pensamientos comenzaron a chocar entre sí en mi cabeza, provocando un completo caos en él.

“Y no dejes que el corazón nos vuelva a delatar” era bastante claro, había utilizado la misma frase aquella vez que había escrito esa canción y estaba segura que esa hablaba de mí, pero ahora, las dudas comenzaron a atormentarme cruelmente, ¿estaría él pensando en mí? ¿me extrañaría?

¿Me amaba?

Deseé llevarme las manos a la cabeza para intentar acallar las voces en mi mente, pero sólo me limité a quedarme inmóvil.

Había algo en esa canción que gritaba mi nombre, estaba seguro.

Pero no quería parecer tonto y hacerme burdas ilusiones aun teniendo el corazón roto y el dolor abismal en mi pecho.

Sentí mis ojos humedecerse, al menos esa canción me describía también.

Deseaba tener la respuesta, tener alguna especie de poder o magia que me mostrará lo que yo quería saber.

Me sentí... como si aún viviera en Venecia y él... estuviera a lado mío.

La cabeza comenzó a darme vueltas, pidiéndome la razón que, ya no la hiciera escuchar, pero el corazón, batiendo adolorido contra mi pecho, me rogaba que lo dejara seguir allí, que aún sintiendo dolor, le gustaban los recuerdos.

Yo no sabía a quién obedecer, ambos eran tan fuertes y yo tan débil, pero entonces, algo se removió dentro de mí. La fierecilla que llegué a pensar que ya no existía, se movía con cautela en mi interior, escuchando atenta cada palabra en esa canción y ya no pude luchar contra ella, se había vuelto igual de vulnerable como yo, pero esa era la cuestión, ambos lo éramos y ninguno de los dos teníamos la fuerza suficiente para ganarle al otro.

Simplemente me quedé allí, escuchando, inmóvil, hasta que sentí que una lágrima cayó por mi ojo y resbaló por mi mejilla.

Al menos me alegraba una cosa, su sueño se había cumplido; sus canciones habían sido tocadas por un artista, al menos él era feliz, ¿No?

Aun cuando la canción sonara triste, pero... es sólo una canción, escrita ya hace tiempo, estaba seguro. De pronto me embargó la curiosidad, ¿dónde estará él? ¿y Junmyeon? ¿seguirán juntos? Entonces dejé escapar otro par de lágrimas.

Aquella canción era lo único que me hablaba de Jongdae y no estaba seguro de qué me decía.

No supe a qué hora llegó HaeChan y se situó a mi lado. Me miró.

—¿Cuántas fotos has tomado? –me preguntó pero no respondí. Entonces me miró de verdad y notó el rastro húmedo que habían dejado las lágrimas— ¿qué tienes? –inquirió, visiblemente preocupado.

—Es su canción –musité sin apartar la vista del artista sobre el escenario.

—¿Su canción? –repitió sin comprender.

Desde el día en que llegué y le conté todo, no había mencionado nada relativo a la historia de Jongdae y Junmyeon, aunque la llevara conmigo día y noche, impregnada en mi piel y no se lograra salir de mi cabeza.

—Él escribe canciones –farfullé—. Es compositor –lo dí por hecho—, y esa es su canción.

—¿Se la escuchaste tocar alguna vez? – ¿HaeChan creía que no era verdad?

—Mira la pantalla –dije—, el nombre del autor –especifiqué.

HaeChan lo hizo, justo se estaba terminando la canción.

—¿Jongdae Kim?

–Preguntó, sin entender, luego de un corto silencio, abrió los ojos y me miró— ¡Jongdae! ¡Jongdae Kim! –soltó, acordándose.

—Quiero irme –dije, dándome la vuelta.

—Claro, entiendo –por eso HaeChan me caía tan bien, no hacía más preguntas después de que veía que ya no obtendría respuestas—.

Llévate mi camioneta –sacó las llaves de su bolsillo y me las ofreció.

—Pero tu...

—Yo mañana paso por ella –me aseguró—. Mañana nos tenemos que reunir para seleccionar las fotos que presentaremos a la revista. Anda, llévatela –insistió.

—Debo de conseguir un auto, ¿no? –suspiré y tome las llaves.



#1579 en Fanfic

En el texto hay: novios y amigos

Editado: 15.08.2023

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