Mar en tu mirada

II

Mentiría si dijera que recolectar la informacion sobre el hombre que arruinó a mi familia fue fácil, ya que esto no fue así. 

Después de la muerte de mis padres y de la destrucción de una gran parte de mi ciudad, todos los habitantes estuvieron más unidos que nunca y un par de años mas tarde se consiguió volver a la antigua gloria.
En ese momento yo aún era muy pequeño para asumir la responsabilidad que me habían dejado mis padres, por ello, un amigo cercano a la familia asumió el cargo que me correspondía hasta que yo tuviera la edad suficiente para hacerlo.

El tiempo pasó, mi hermana creció, la ciudad cambió, al igual que todos su habitantes. Excepto yo. 
La idea de vengarme, seguía allí, en mi mente y corazón. 

Cuando cumplí los quince años de edad comencé oficialmente con mi plan de venganza, comencé a acercarme poco a poco a la superficie; escondido en el agua nocturna recolecté información suficiente sobre el comportamiento humano durante meses; hasta que una noche decidí salir del agua. El cambio fue doloroso, seria una mentira si dijera que la obtención de mis piernas había sido rápida y placentera. Cada segundo se sintió como una tortura. 

Durante aproximadamente dos semanas continue haciendo lo mismo, hasta que aprendí a utilizar de manera perfecta aquellas dos extremidades, el aprender a caminar, correr y saltar me había costado mucho trabajo, pero al final, el resultado me hacia sentir satisfecho, ya que esto significaba un paso mas para mi plan.

Cuando cumplí los 18, hablé con el amigo cercano a mis padres, aquel con el que nos habían dejado a cargo. Le hablé sobre la curiosidad que sentía por la superficie y sobre mi deseo de vivir en ella por un par de años para prepararme para dirigir a mi pueblo. Michael no muy convencido accedió a mi solicitud, movió un par de contactos de la superficie y me consiguió un pequeña y acogedora cabaña cercana al mar y también me consiguió un trabajo como ayudante en el acuario local del pueblo en donde me asentaria. Mis planes estaban saliendo mejor de lo esperado.

 

 

Los humanos eran tremendo un dolor de cabeza, a pesar de que ya llevaba algunos años conviviendo con semejante especie, aún no entendía su extraña manera de pensar. ¿Quién en su sano juicio termina con su propio hogar?. Soltando un fuerte suspiro continúe caminando por la fría y oscura noche.

Esa misma tarde había recolectado mas información con respecto a Elías, el asesino de mis padres; sabía que aquel hombre era viudo y vivía sólo en una pequeña casa no muy lejos de de un muelle, me había obsesionado tanto con su vida que cuando me enteré que tenía un hijo sentí que mis planes de venganza se habían estropeado de manera significativa, y es que nunca me había llegado a imaginar que dicho hombre tuviera hijos.

Meses atrás ya tenía ideado completamente como iba a ser mi venganza, al pensar que era un hombre solitario sin familia, mi plan era bastante sencillo, incluía un poco de tortura, en realidad mucha, y finalmente una muerta dolorosa. Su muerte sonaba un poco sádica en comparación a la muerte instantánea que tuvieron mis padres, pero es que yo no podía pasar por alto su insistencia en querer capturarlos en ese entonces; la captura de alguno de los habitantes significaba cautiverio y tortura para exhibición o en el peor de los casos experimentación. 
Así que me acerque a Elías y me hice su amigo para ganarme su confianza. 

Por lo tanto esto último no estaba funcionando muy bien ya que Elías nunca en nuestra pequeña y no tan reciente amistad había mencionado la existencia de algun hijo. 
Y según mis investigaciones después de todo, sí tendría que hacer un cambio en mis planes. 

Soltando otro pesado suspiro recordé como un año y medio atrás me había vuelto su "amigo". 

Mientras caminaba por la tarde reconocí el rostro del hombre que había acabado con lo mas preciado que tenía en mi vida.
Lo habia seguido sin que él se diera cuenta de mi presencia, aquella tarde tardé alrededor de tres horas para averiguar donde vivía; además de confirmarme que dicho humano se dedicaba aún a la pesca. 
La mañana siguiente, me encontraba caminando casualmente por la casa de Elías, el cual en ese momento su nombre me era desconocido. Como era aún muy temprano y el sol todavía no salía vi que intentaba con dificultad amarrar unos lazos en la lancha ubicada en el muelle no muy lejos de la casa de esté. Viendo la oportunidad para acercarmele me encaminé para socorrerlo.

—Le ayudo señor— murmuré lo más normal posible.

—Muchas gracias muchacho—  agradeció. Ambos terminamos el trabajo que antes intentaba hacer el solo. De cerca pude observar que el hombre no era uno hombre de edad ya avanzada, lo que me llevó a pensar que dicho sujeto tendría casi la misma edad de mis padres si estos siguieran con vida.

—No tienes idea de cuanta ayuda me haz dado, yo no habría podido hacerlo solo. Asi que muchas gracias...— el sujeto estiró su mano para estrecharla, además de que no terminó la oración esperando a que la completara con mi nombre. 

—Azariel. Mi nombre es Azariel. Y no tiene que agradecer señor...— contesté rápidamente saliendo de mis pensamientos, además de que correspondí al estrechon de manos.

—Elías. 

Desde entonces ambos nos habíamos vuelto "amigos", lo cual era bastante extraño por la diferencia de edad entre ambos. Una idea que pasaba por mi mente me decía que se debía a que   con el tiempo de nuestra convivencia me había tomado cierto cariño fraternal. 

Además por muy loco que sonara recordaba a detalle toda conversación existente que había tenido con Elías en los dos años y medio que llevaba conociendolo, y esté nunca había mencionado la existencia de algún familiar. Sabía que él sólo se trataba de un hombre solitario dueño de un gran grupo de barcos pesqueros y nada más relevante. 



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En el texto hay: oceano, romance, sirenasytritones

Editado: 01.07.2020

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