En esta historia, ocurrió una serie de extraños sucesos. Para comenzar, es importante reconocer que la integración social es primordial. Este es el principal motivo de todas las interacciones, como conocer personas influyentes. Quién sabe, tal vez la vida cambie repentinamente, y eso es lo que sucedió aquí.
La familia Owell era famosa por sus bienes materiales y sus exquisitas costumbres, altamente valoradas por la sociedad. El jefe de la familia, el Duque Igor, y su esposa, la Duquesa Indira, lograron llenar su hogar de preciosas criaturas. Una de ellas, la hija mayor Margaret, era envidiada por su asombrosa belleza. Además, era una jovencita brillante y sumamente inteligente.
Cada viernes, la familia organizaba bailes en diferentes sectores de su hogar, y miles de invitados disfrutaban de codearse con los Duques y su decencia. Pero una noche en especial, sucedió algo inesperado. Una mujer algo avejentada se presentó a la fiesta en medio del festejo. Se acercó a los hijos del duque y los miró con cierta intensidad en sus ojos, hasta que se encontró con Margaret. Al verla, su rostro demostró una exasperación. Rozó su rostro turgente con su mano algo marchita y dijo:
"Tus ojos, dos soles, brillan con fuego y pasión,
Mientras los míos, sin brillo, reflejan mi aflicción.
Tu piel, como la luna, suave y sin mancha,
La mía, marchita y pálida, como un pétalo en la rancia.
Tus labios, como granadas, rojos y jugosos,
Los míos, finos y secos, como pétalos descoloridos.
Envidio tu belleza,
Y mi alma se encoge, llena de tristeza y pesar."
Margaret, al escuchar las palabras de la mujer, sintió una mezcla de emociones: confusión al no entender qué significaban esas palabras, incomodidad al darse cuenta de que aquella mujer envidiaba su juventud. Sin embargo, tras un momento de duda, llamó a su padre. Algo desconsolada, le comentó lo sucedido. Igor, al ver el rostro asustadizo de su hija, llamó a la guardia para que rastrearan el lugar y encontraran a la mujer,
Al sujetar a la extraña el Duque le solicito que se disculpe con su hija por asustarla de tal forma, la mujer se denegó a pedir disculpas y entre risas le dijo al Margaret:
Al anochecer de cada día, tu belleza se esfumara, y te verás de otra forma, no te asustes niñita que es natural, las brujas nos de esa forma cuando la luna en lo alto del cielo esta.
Continuara....