Marie Him

9. 24 de diciembre

155 DÍAS PARA LA BODA.

El tiempo se ha ido rápido con Byron cerca. Desde el momento que nuestra relación se hizo pública, mis amigas me han mandado mensajes para poder quedar en algún restaurante para poder "ponernos al día" cuando yo sé con exactitud que quieren saber de mi novio falso. Fue gracioso llegar a casa después de que Byron diera ese discurso maravilloso y que mi hermana esperara por saber los detalles de la fiesta, porque el escándalo de nuestro escape en el Teatro ya estaba por todos lados y despertar con las invitaciones de círculos sociales que no frecuentaba desde que entré a la universidad, fue solo el inicio a la vida que dejé pausada.

Mi madre planeaba reuniones de té con sus amigas quienes siempre al verme pasar me intentaban sacar algún detalle o soltaban pequeños comentarios con una segunda cara, esperando ver qué les respondía. Mi padre, él estuvo trabajando como todos los años, ya estaba acostumbrada a no tenerlo hasta el gran momento de las fechas navideñas que, sin mucha opción, eran con los Hoffmann.

─ ¿Entonces qué le vas a dar? ─era una pregunta que no tenía respuesta. Mi prima me miró, sus ojos verdes intentaban buscar una respuesta en mis ojos que tal vez ni yo conocía. A veces era tedioso estar con ella, no comprendía del todo su forma de ver la vida, pero crecí con ella, su madre era una segunda madre para mí que disfrutaba de consentirme como a una hija.

─No lo sé ─suspiré y tomé un trago de mi delicioso café caliente, el calor que brindaba a mis manos me reconfortaba de las decisiones que debía tomar, manteniendo en pausa mi mundo por un momento solo para disfrutar de una deliciosa taza de café─. Tampoco sé si espera algo de mí, es decir... es nuestra primera navidad juntos.

─Marie, debe haber algo material de por medio para los presentes porque estoy segura de que el regalo será en la habitación.

─Por Dios, Lou. Mi hermana está presente, deja esos comentarios para después.

─Ay, no seas exagerada. Los niños de ahora saben mas de sexo que nosotras a su edad. ¿o no, Jennie? ─mi hermana solo sonrió y se escondió en su plato con medio brownie mordido. Algo me dice que es verdad. Aun cuando Jennie se encuentra en una escuela privada, donde se controla y reduce el uso de redes sociales, eso no implica que el conocimiento y la curiosidad no existan en su edad. Ya pasé por eso, no debería sorprenderme que mi hermanita menor estaba creciendo─. Vamos, Jennie. Dilo.

Mi hermana levantó la vista confundida y mi prima solo hizo un extraño quejido de frustración mientras ponía sus ojos en blanco, como si fuera la tercera vez que explicaba algo que solo sucedía en su cabeza.

─Di sexo.

─ ¡Louise! Cállate, ya nos están volteando a ver ─señoras chismosas, que podrían llevarse bien con mi madre, empezaron a prestar atención a lo que decía mi prima.

─Marie, tiene tu hermana 15 años. Deja que diga la palabra, por Dios. Es lo mismo que no reciben esas señoras desde hace años. Vamos, deja que diga la palabra para que no se vuelva una de ellas.

Era un buen punto, así que solo me quedé callada.

─ ¿Sexo? No entiendo que tiene de importante esa palabra, es algo natural y en biología...

─Listo, comprobé mi punto, no ocupamos una clase cuando ya salimos de ese tormento, Je-Jens. Gracias ─mi prima sonrió y tomó de su taza un largo sorbo─ Entonces... S-E-X-O es lo que tendrán Byron y tú esta noche, ¿no?

─No, Lou. Estarán todos bajo el mismo techo, si la cena ya será en sí incómoda no quiero pensar en el día siguiente teniendo que verles la cara, y por lo discretas que son nuestras madres con sus comentarios... no, gracias.

Pero tenía un punto ahí.

Byron y yo seguimos normal con nuestras sesiones, aunque en estas últimas, después del discurso de Byron sobre nosotros en la casa de sus padres, empezó a tener citas privadas o reuniones con nuestros padres sin mí. Tampoco es que me emocione tener que estar encerrada con ellos, escuchando lo mal que lo estamos haciendo, pero tenía curiosidad ya que ninguno me decía una palabra respecto a lo que sucedía ahí dentro.

─ ¿A qué hora pasa Byron por nosotras? ─mi hermana rompió el tema anterior sacando uno nuevo. Le sonreí a medias, sabía lo emocionada que estaba por pasar tiempo con él, desde la cena en su casa, a los pocos días fue a visitarnos y por fin conoció a mi hermana menor de forma oficial, ahora ella lo ama.

─No pasará por nosotras, Jennie. Lo veremos en casa de sus padres... que, por cierto, ya deberíamos irnos antes de que nos empiecen a buscar.

Pagamos nuestro desayuno y esperamos a que nuestro taxi llegara. Estaba reteniendo la llegada a casa de los Hoffmann con una salida a desayunar con las personas mas cercanas a mí dentro de esa casa, necesitaba estar con quienes puedo contar para ese valor silencioso que necesitaba. Byron se ha comportado de maravilla conmigo y eso solo me hace sentirme cada vez más confundida. No se comporta Byron mal conmigo, tal vez si me toma un poco mas de la mano en las sesiones o nos sonreímos más de lo habitual, pero fuera dé... no nos hemos besado de nuevo.




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