Marie Him

12. Convivencia familiar

Mi hermana nos tenía secuestrados. Los Hoffmann tenían una habitación hecha cine, por lo que nuestro anual maratón de películas románticas llegó a suceder. Vimos desde películas dentro del catálogo de Netflix, sugeridas especialmente para nosotras en estas fechas. Byron en todo momento mantuvo su brazo a mi alrededor, en momentos acariciaba mi hombro, en otros la curva de mi cuello y en todos solo conseguía distraerme, voltear a verlo y en momentos besarlo.

Sus labios eran suaves y adictivos.

Por supuesto, mi hermana nos lanzaba palomitas para hacernos prestar atención a la enorme pantalla frente a nosotros. Si no, recurría a las preguntas, a las indagaciones personales que llevarían a separarnos de una forma u otra.

─ ¿Cuándo empezarán a planear la boda?

Byron sonrió sobre mis labios, alejando sus besos de mí para poder ver a mi hermana. Pero yo no lo hice, observé el camino de su mandíbula, delineé sus labios con mis ojos y subí hasta perderme en los suyos que parecían brillar a través de esas pequeñas arrugas a los costados de sus ojos gracias a su risa. De verdad que era apuesto. Tal vez no prestaba demasiada atención a los detalles y era entendible el porqué, todo era demasiado formal y establecido. Nosotros ahora estamos haciendo de este contrato no establecido algo único... casi podría decir que una relación.

Mmmm... una relación.

Se sentía como una.

─Jennie, ayer pedí por su mano. Me tomó casi una semana hablar del tema y que aceptaran sus padres el anillo... tal vez ocuparemos tu ayuda con ideas, ¿te parece?

Los ojos de mi hermana se ampliaron mientras una sonrisa iba apareciendo en su rostro. Al instante tapó su rostro con sus manos intentando ahogar un grito que parecía ser de emoción. Podía sentir el pecho de Byron sacudirse en una leve risa y eso me hizo voltear a verle. De verdad sabía qué palabras decir en el momento indicado.

─¡Una boda en la playa!

─En la playa... no suena tan mal, ¿qué opinas? ¿Te quieres casar conmigo en la playa? ─Byron no dejaba de verme mientras hablaba. Había algo divertido en sus ojos que me invitaba a sonreírle, era intencional y aún no podía ver la malicia en eso, mi cerebro estaba perdido en su sonrisa.

Había algo en escuchar de nuevo ese conjunto de palabras: Te quieres casar conmigo... hacía que se sintiera real, que pudiera saborear el momento. Si había algo que Byron me había escrito antes de conocerle era que ya había una fecha para la boda... ¿hace cuanto fue? No podía recordar el número y había borrado sus mensajes cuando mis amigas de la universidad querían ver su fotografía. No podía decir con exactitud que fecha era, pero podía hacer el intento de jugar con las fechas, de creer que yo podía escoger la boda ideal.

─No suena mal... pero primero debo graduarme de la universidad antes de caminar al altar.

─ ¿Por qué no antes?

─ ¡Sería genial! ─Jennie chilló de emoción y sacudió su rostro hacia ambos lados mientras tapaba su rostro─ Ya quiero que sea.

Y con eso mi hermana no volvió a quejarse de nosotros en el resto de la tarde.

Nuestro siguiente pasatiempo fue jugar al Just Dance. A Jennie le encanta y ponerme en humillación era parte de su día feliz, solo que en esta ocasión no estaba sola. Byron consiguió hacerme soltar carcajadas, distraerme con su sonrisa o con esas caras graciosas que ponía al intentar concentrarse en los pasos, en ver qué seguía.

Nos tropezábamos y mi hermana solo nos regañaba diciendo que debíamos montar algo grandioso en nuestra boda, que estábamos empezando mal y debíamos trabajar en eso de aquí a la fecha esperada. Así seguimos, entre bailes, risas y fotos graciosas de nosotros... hasta que mi madre entró con una revista en mano ya abierta en una página específica. Nos la entregó y se quedó ahí, sin decir mucho con una sonrisa en sus labios.

Muy extraño, considerando cómo es mi madre... Bueno, supongo que así será a partir de ahora.

En la revista aparecíamos nosotros. Las fotos en la playa se encontraban en dos hojas de nota con información de nuestro compromiso. Wow... ya era oficial.

─ ¿Qué es eso? ─mi hermana se acercó a ver la revista y sus exclamaciones de sorpresa continuaron─ ¡No puede ser! ¡Ya es oficial! Mamá, ¿cuándo podremos ayudar a Marie con la boda? Yo quiero estar aquí cuando eso suceda.

Oh, mi hermanita de verdad quería ser parte de este momento importante... Miré a Byron y éste solo me sonrió. Suspiré, estaba a punto de tomar una decisión de la cual también me podría arrepentir después, pero todo era por hacer feliz a mi hermana menor.

─Podemos empezar a sacar ideas... tal vez no datos específicos, pero sí irnos haciendo a la idea... ¿qué opinan?

Y al ver la aprobación de mi madre junto a los gritos de mi hermana, supe que había cometido un error.

Sentía que me encontraba en una junta de negocios con mi padre y el padre de Byron, ambos estaban con una actitud diferente mientras movían en la computadora una página que mostraba en el proyector de la sala de cine para poder mostrar nuestro posible hotel para la boda. Los dos discutían el precio, los beneficios de ser conocidos del dueño y mil y un cosas insignificantes para mí. Podría incluir a Byron en mi momento de perdición, pero él en momentos aportaba comentarios referentes a los precios.




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