Alessia 🎭
Serena no paró de hablar todo el día de lo guapo que era el nuevo ayudante. Hasta me enfermó escucharla. Lo que me sorprendió es que sí se le acercó a hablarle, le tomó el número y ambos quedaron en verse para salir el domingo. Es súper rápida esa mujer.
Me senté frente al espejo mientras me limpiaba la cara y me quitaba el maquillaje.
Tengo que dejar de pensar en cosas irracionales, ella es una regalada. En cambio yo estoy en un nivel superior, no necesito de nadie. Lo tengo todo. Jamás envidiaría algo de otros, si yo puedo tener algo mejor.
Suspiré relajando mí cuerpo y al terminar de quitarme el maquillaje me acosté en la cama apoyando mí cabeza en la almohada. Había sido un día largo y agotador, así que sus piernas empezaron a zumbar como si tuviera un pequeño martillo golpeándola.
—Lo bueno de todo esto son los viajes.
La mañana del domingo me levanté e hice mí rutina para tener el rostro impecable, el cabello brilloso y mí buena vestimenta. Todo en ese órden. Luego de eso seguí con varias otras cosas y luego bajé a desayunar, me senté en la mesa algo inquieta.
Mis padres ya no estaban en una buena relación, ambos estaban de acuerdo en que no se divorciaron por las cosas que tenían como la empresa, la casa, etcétera. Ya saben cómo es esto.
Comimos en un total silencio, lo único que se escuchaba en la sala era la taza de papá cada vez que él la reposaba sobre su plato.
En cuanto terminé mí desayuno me levanté de la misma forma en que me senté y me fui a mí sala de estudios. Hoy haría un live para mantenerme activa con mis seguidores y de paso poder promocionar los productos con los que hice contrato.
Acomodé mí cabello hacía adelante y aclaré mi garganta, cuando todo estuvo listo le di click en empezar live. Los seguidores de a poco se fueron sumando, mientras hacía tiempo y esperaba a que fueran más, respondía comentarios que me beneficiaban.
—Elena Cristina pregunta: ¿De qué color te pintas el pelo? —dije leyendo el comentario y luego sonreí—. No, no me pinto el pelo, es así. Se ve más oscuro que antes porque estoy usando esa marca de shampoo que te deja brilloso, un aroma rico y te cambia el color, —dije mintiendo en gran parte.
Jamás probé el shampoo, no me voy a meter cualquier cosa en mí cabeza y arruinar mí hermoso cabello. Además no me gusta el olor que tiene, quizás soy solo yo, pero a mí en lo personal no me gusta. Lo de que te deja brilloso si es verdad, pero brilloso de lo graso que te deja.
—Oh, Cari Rodríguez pregunta si tengo maquillaje y si me gusta maquillarme mucho. —Negué con la cabeza peinando mí pelo hacia atrás con la punta de mis dedos—, si bien no importa mucho si me gusta o no, ya que trabajo como modelo de cosméticos, pero ya estoy acostumbrada a tener mí cara maquillada. Si fuera por mí no me importaría quedarme sin maquillaje, sería un alivio para mis poros. Respondiendo a tu pregunta, no. No estoy maquillada. Solo me habré puesto un poco de gloss de esta marca, —mentí mostrando el gloss de cerca en la cámara.
Unas horas más tarde me despedí de mis seguidores y apagué el live. Me recosté en la espalda de la silla y empecé a ver mí celular.
La última vez que Serena estaba conectada en mensajes fue hace 2 horas, ¿Será que todavía está con Marcos? ¿Qué estarán haciendo?
La verdad es que no sé por qué estoy tan interesada en saber cómo la están pasando juntos. Si yo quisiera ahora mismo estaría con un hombre también.
Mí celular empezó a sonar y al ver el contacto era Serena. Hablando de Roma, pensé deslizando el dedo sobre la pantalla para aceptar su llamada.
—¿Cómo estuvo tu paseo con Marcos? —dije jugando con ella.
—Enfermo. ¡No sabes a dónde me trajo! —gritó ella llorando.
—¿Qué estás diciendo? ¿Qué pasó? ¿Te hizo algo el desgraciado? —dije preocupada levantándome de un brinco de la silla.
—No, pero me trajo a la iglesia.