2- La primera grieta
-¿Qué pasa? ¿Tus gafas no funcionan lo suficiente como tu estúpido cerebro?
Su voz era grave, tenía un toque de malicia y arrogancia, mi corazón se apretó en mi interior, recuerdos de mi escuela pasada llenaron mi mente. Yo bajé mi mirada, deseando que la tierra me comiera y poder desaparecer. Pero luego, por una razón, la alcé y lo miré. No con enojo. No con valentía. Solo con lo único que sabía expresar, la tristeza e inseguridad marcó mi mirada, preparándome para lo peor. Las demás personas esperaban lo mismo, lo sabía por sus murmullos y miradas hacia nosotros, al igual que sus dos amigos.
Pero eso nunca llegó, no llegaron las burlas ni humillaciones que esperé, en cambió pude notar como él parpadeó. Por unos segundos, pude notar que sus ojos ya no eran tan duros, hasta que desvió la mirada, y habló con su voz grave y distante.
-Vete ahora y no vuelvas a molestarme, cristalito.
Me quedé confundida, pero no le di muchas vueltas saliendo de esa situación rápidamente, pude notar como sus amigos hablaban confundidos y algo decepcionados de que me evitara, del mismo modo que escuche y note los murmullos y miradas de las demás personas en mi, al pasar al lado de un grupo de chicas escuché murmullos que decían.
-El nunca hizo eso con nadie, es realmente extraño.
Una vez que me aleje de todo el ruido, escuche pasos y una voz detrás mía.
-¡Oye, espera! Escuché, era una voz suave, entendí que era una chica.
Me volteé a verla, notando su apariencia llamativa, la chica era de estatura pequeña, cabello rubio con ojos azules y unas gafas, a decir verdad, me sorprendí que una chica tan atractiva me dijera la palabra, así que hable avergonzada.
-¿Necesitas algo? Mi voz sonaba más suave de lo normal, siempre me pasaba cuando estaba nerviosa.
-Solo quería asegurarme de que estés bien, vi lo que pasó con Kai. ¿Te hizo algo? Preguntó, se le veía preocupada, curiosa y algo tensa.
-¿Kai? Respondí, perdida y confusa. No sabía de quien me hablaba.
-¿No sabes quién es? La chica frunció el ceño, antes de volver a hablar. -¿Acabas de llegar, verdad?
Yo asentí, esperando que continuase explicando.
- Ese tipo es el típico idiota de esta escuela. Nadie se mete con él. O si lo hacen… no les va muy bien.
Miré a la chica, escuchando atentamente y sabía que ahora estaba metida en un lío, mi primer día de escuela y pensaba que sería el último. Pues me había metido en problemas con un chico de reputación horrible.
El sonido del timbre, indicando que las clases comienzan me sacó de mis pensamientos, la chica volvió a hablar.
-¡Por cierto, mi nombre es Lucy, te veo luego! La chica dijo, antes de retroceder y caminar lejos.
Yo la mire y antes de que se fuera, hablé un poco más alto.
-¡Mi nombre es Hina! Dije, con esperanza que me escuchara.
Lucy respondió alzando su pulgar hacia arriba, y yo solté una pequeña sonrisa, antes de retroceder y caminar a la clase como ella hizo.