CAPÍTULO 1: Cuando el éxito no alcanzan

*Advertencia: Les recomiendo escuchar mientras leen este capítulo al pianista Ludovico Einaudi "Ancora".

SAMANTHA

Los aplausos y silbidos que recibía con fervor, sonaban por todo el gran salón, una vez mas ha terminado el concierto que llenó miles de corazones. 
Desde niña me apasione con el piano, me inspiré al ver una vecina escuchar tocar por horas y horas, al principio mis dedos eran torpes pero con mucha práctica, pasión y esfuerzo mis falanges empezaron a moverse al compás de la música. Me levanté de mi asiento, caminé hacía el frente y con la mano salude entusiasmada mientras hacía una reverencia mostrando respeto; del costados del escenario salio un caballero con su smoking bien planchado entregándome un ramo de flores perfumadas y hermosas, al retirarse me dice lo que oía  hace semanas.

-Es de su administrador secreto..! -Exclamo al guiñar su ojo y se retiro, sonreí, sintiendo el aroma de las rosas amarillas que tanto me gustan, volví a mirar al público y me despedí caminando hacia el camarín.

-Que maravilloso concierto Sam...!!!-Comento mi mejor amiga al entrar por la puerta mientras me cambiaba de ropa a una más cómoda.

-Graciassss, hoy ha sido una noche espectacular, he visto al público emocionarse y eso para mí es magnífico..!!-Exprese al salir del vestidor, alegre, me acomodé en el asiento frente al espejo y mientras quito el maquillaje mi sonrisa se muda a una de tristeza, Agustina lo nota se acerca y toca mi hombro.

-Pero no alcanza no?-Pronuncia, con una media sonrisa.

-No, no alcanza....me siento sola Agus, he conocido varios países, he recorrido cientos de quilómetros, la fama y las personas me rodean pero no de la manera que quiero, anhelo despertar con alguien, ser amada, que me miren más allá de mis logros más allá de las notas, de que me conozcan para amar y ser amada, anhelo, anhelo enamorarme amiga- Digo al mirar las rosas.

-Y tu administrador secreto?-Pregunta.

-No se nada de él, y creo que si no tiene el valor de acercarse a mi, como voy a conocerlo Agus??- Estaba un poco disconforme.

Agustina es mi mejor amiga y asistente personal, ella lleva mi agenda y la acomoda según me convenga, amo tenerla cerca, me conoce como la palma de su mano y sabe que desde hace tiempo siento la necesidad de encontrar el amor, sentirme deseada y amada por un hombre que aga temblar mi mundo. Aveces me siento sola, estoy cansada de llegar a casa y no tener a nadie quien me espere o a quien preparar el desayuno por las mañana, reír de sus torpes chiste o hacer el amor hasta el cansancio. Aún soy joven tengo 30 años, me considero una mujer bonita, y de buenos modales, de clase alta, y deseo formar una familia, vivo en las afuera de la ciudad, amo la naturaleza y a los animales, incluso tengo una gatita llamada "Mixty" es una angora con su pelaje blanco preciosa, se preguntaran si tengo familia? Y la respuesta es no. Desde bebé fui adoptada por un matrimonio mayor y a la edad de 23 años mientras dormían partieron en su sueño eterno, nunca  volví a ver ese gran amor que se demostraron. Esta mal querer amor? Yo creo que no.

-Tranquila amiga...ese hombre va a llegar cuando menos lo esperes te lo aseguro..!- Su seguridad me daba un poco de paz, asentí y seguimos conversando para distraernos del tema.

Después de hablar y parecer dos vecinas que recién se encontraban del supermercado para parlotear organizamos la agenda de viajes que muy pronto teníamos que hacer, ya era hora de regresar a casa, había oscurecido y vivía un poco lejos, nos despedimos y emprendí el viaje.

Mi hogar quedaba en un lugar poco habitable, decidí mudarme para esos lados simplemente para inspirarme a la hora de componer música, necesitaba de esa armonía para que pudiera ser reflejada cuando la escuchen,  el inmenso bosque que está detrás de casa me ayudaba bastante. Llegué después de manejar por una hora, estaba agotada y hambrienta, lo bueno es que tenía media pizza que todavia no había podido terminar así que lo coloque en el microondas mientras daba de comer a mi hermosa Mixty.

-Hola cariño, extrañaste a mamá?- Pregunté al acariciarla- Por que yo si te extrañe bonita- La baje de la mesada y le di su plato de comida, subí las escalera hacia mi habitación y me detuve en seco al ver dos cajones de la cómoda abiertos.

-Yo los deje así?-Entrecerre mis ojos intentando recordar, la verdad que no soy para nada desordenada, todo dejo en su lugar, pero tal vez al irme rápido está mañana no me percaté de cerrarlos, agarre mi pijama que constaba de un pequeño short color blanco y una musculosa de tiras del mismo color con franjas a los costado negras, me cambie y baje a comer.

Todas las noches, antes de dormir;  tocaba mi piano que esta situado en un sector de la casa junto a grandes ventanales que dejaban ver al hermoso bosque, pero como era de noche no se podía apreciar su belleza, al menos no como uno quería . El fin de semana pedí que colocarán unos pequeños focos de luz para iluminar un poco, me sentía observada, creo que mi mente me jugaba en contra. Me senté en el banquillo de mi piano, reluciente,  de color negro y acaricie las teclas mientras admiraba de forma enamorada mi instrumento, ese que con tanto esfuerzo compre... empecé a tocar, la melodía de mi pianista favorito Ludovico  Einaudi  "Ancora" mis gestos iban al compás de la música, reflejaban el amor a lo clásico y la vitalidad al oírla, daban ganas de pararse a bailar como una bailarina clásica con su tutú, seguí tocando más suave, mientra continuaba me percaté de una sombra que me observaba por la ventana, no lograba ver su rostro, disimule, no soy de asustarme fácil, sabía defenderme, y además la intriga me invadía, de golpe deje de tocar y mire hacia la dirección de la sombra.