CAPITULO 2: Quien Eres?

Samantha

Al día siguiente desperté temprano, la claridad traspasa las cortinas dando inicio a mi rutina, luego de desayunar, cambie mi pijama por una cropp top y unos leggins  negro, siempre corría hacia la ciudad, pero hoy tenía ganas de investigar un poco el bosque, así que ate mis agujetas y me dispuse a salir. Llevaba un buen tiempo trotando mientras pensaba en que había sido del guapo chicos disfrazado de Hadita,  en ese mismo instante me encontré con un sendero hecho por  pisadas, al caminar para saber hacia donde dirigía, me detuve un momento, ya podía sentir un poco de sed y cansancio en mis piernas, me sorprendí al encontrar un pequeño estanque con agua cristalina, me agache  para tomar de ella hasta que una voz me sorprendió.

-Yo que tu no tomaría de esa agua- Ladeé mi cabeza y ahí estaba él, el chico disfrazado de hada muy cerca mio, acaso todavía no encontró la fiesta que seguía vestido así?, Me puse de pie rápidamente y cruce mis brazos, su mirada me intimidaba, parecía que me inspeccionaba, pero yo no me quedaba atrás.

-Acaso me estás espiando?, Quien eres?-Exprese molesta, no entendía por qué me seguía, acaso era un admirador secreto?.

-Tranquila...-Dijo de forma burlesca- no debería ni siquiera hablar contigo, pero no podía dejar que tomarás esa agua envenenada, por tú aura se que no hay maldad en tí por eso quise advertirte- Abrí mis ojos como plato, envenenada? Aura? Oh por Dios!! Me iba a morir si el no lo ubiese impedido, me alejé del agua como si fuera ácido y choque con el pecho del disfrazado, estaba por caer producto del rebote  cuando me sujeto con fuerza,  me detuve en su mirada, sus ojos eran hermosos desprendía vida y seducción con su rostro varonil, y cabello con olor a rosas y jazmín.

-Quien eres.....?-Susurré sin fuerza y entrecerrando mis ojos queriendo saber mas, Hadita carraspeo su garganta  y noté sus mejillas rosadas, sonrei incomoda y salí del trance causado por su belleza.

-No puedo decirlo, sólo mantente lejos  de aquí, estas aguas no son para ti- Expresó con una leve sonrisa que me derritió por segundos, me tense por su cercanía ya  puedo sentir arder mis mejillas-Tocaras el piano está noche?- De forma suave me soltó, confundida aunque alegre respondí.

-Si...Vendrás?-Como una adolescente que ondulaba su cabello espere su respuesta, quería volver a verlo, asintió con su cabeza.

-Ahi estaré- Mencionó al marcharse, tape mi boca al ver sus asombrosas alas translúcidas, mis ojos brillaban, que envidia, quiero uno igual..!!!.

Camine de regreso a casa, pensado con el encuentro de esta noche, algo en él me atraía, no se porque, pero su mirada me traspasaba de manera que sentía que me desnudaba. Quien era? Por que no podía decirlo? Será un fugitivo? Y yo aquí reaccionando como boba enamorada, muchas preguntas venían a mi mente sin ninguna respuesta, al llegar a casa le di de comer a Mixty, luego fui por una refrescante ducha, el día estaba bastante caluroso; termine de almorzar y el resto de la tarde la pasé acomodando mi biblioteca y escritorio, junto con las partituras y bollos de papeles arrugados por la frustración de no poder concentrarme a causa del extraño sujeto vestido de Hada.

Cuando llegó la hora de tocar me senté ansiosa en el banco esperando verlo, había dejado la puerta trasera abierta, estaba segura de que vendría, coloque mis dedos sobre el teclado y comencé a evocar tiernamente al pianista Yann Tiersen  con la melodía Porz Goret, 
el sonido de la música me envolvía como una apasible brisa de primavera, estaba tan concentrada que no me percaté de que Hadita (Así decidí llamarlo) estaba observando hacia mi, con sus codos apoyado en el piano; su mirada sin ninguna expresión me creaba la duda si le agradaba lo que oía, por un largo tiempo permaneció mirando mis gestos y movimientos; al terminar, dio pequeños y pausados aplausos en forma de agradecimiento por el mini concierto dado, sonrei y sentí el calor de mis mejillas arder.

-Hermosa manera de transmitir lo que te apasiona....- Su sonrisa cálida, con su mirada profunda me tenían hechizada.

-Samantha.....mi nombre es  Samantha, pero me dicen Sam y tú?- Sonrió de lado, negó con su cabeza mirando al piano y se  acerco hacia mi, me moví un poco para que podamos entras ambos en el asiento, nuevamente el rubor se hacía presente en mi cara y se que hadita lo notaba, gire mirando las teclas y el rose de nuestros brazos me hizo sentir una electricidad en todo el cuerpo.

-Puedo..?-Expreso con sus dedos al tocar las teclas, asentí mirando de forma expectante -Gracias...Sam - Oh!!! que bello se escuchaba mi nombre al salir de sus labios..!

Empezó a tocar de manera tan profesional, lo observe  "Asombrada?, estupefacta?, desconcertada?", sonreí al mirar sus movimientos sorprendida, cuando terminó aplaudí de forma enérgica, sus ojos brillaban aún más y su sonrisa enorme marcaba sus dos hoyuelo en su mejillas.

-Donde aprendiste a tocar así?-Dije alegre.

-Durante varias semanas te observé, y pude memorizar rápido, es un don que tenemos-Menciono tranquilo.

-Tenemos?, De donde eres?-Enuncie con nuestras miradas pegadas, las dudas carcomían mi cabeza, no sabía su nombre, ni de donde era, o ni siquiera por que aun llevaba ese disfraz, pude notar su tensión al no saber que contestar, se levantó lentamente y lo detuve al agarrar su mano.- Al menos por favor dime tu nombre- Suplique con nostalgia.

-Elián...- Expresó de forma dulce- Gracias por permitirme escuchar de cerca lo hermoso que tocas- Aún mi mano  sujetaba su muñeca sin presionar.

-No quiero que te vayas, quedate, sólo está noche, me siento un poco...Sola-Confesé  apenada, se que Elián era un completo extraño, pero aún así me transmitía seguridad y se sentía tan bien al estar a su lado.