Más allá de tu oscuridad

Las mentiras tienen pies cortos

Casey dirige su mirada hacia el techo mordiendo su labio inferior, « ¿Cómo he sido tan descuidado?» se cuestiona al sentir que la joven extrae de su cintura el arma que lo acompaña. Sabiendo perfectamente bien que se avecina un buen interrogatorio respecto a la posesión de esta, su mente trabaja rápidamente en las posibles respuestas a las posibles preguntas que realizará la joven. Levana observa el arma de fuego de color grisáceo muy posiblemente oro blanco aunque no se atrevería a asegurarlo, resulta evidente que se trata de un arma mandada a hacer de manera especial al encontrar las iníciales “C.M.” trazadas además de algunos pequeños diamantes incrustados, es realmente elegante y evidentemente ilegal.

–Casey, ¿Por qué tienes esto?–cuestiona sin apartar su atención del arma en sus manos, se encuentra segura de que es superior al calibre permitido por la ley para un ciudadano–. No sé mucho de armas pero esto no parece ser muy legal.

–Efectivamente, no sabes de armas–expresa manteniendo la calma mientras toma el arma de manos de la joven y la deja a un lado–. No usaría algo ilegal.

–No me mientas, estoy segura que el calibre de esa arma es superior a nueve milímetros, ¿Por qué tienes que llevar eso? Comprendo que todo tu hogar este lleno de seguridad pero, ¿Es necesario que también lleves esa arma?

–Levana, el mundo no es color de rosa y tú lo sabes bien, debo estar preparado ante cualquier situación, no soy como cualquier persona, soy un hombre de negocios bastante conocido y desafortunadamente tengo enemigos, te conocí precisamente porque fui atacado, ¿Recuerdas ese momento? No siempre los hombres de seguridad pueden estar conmigo y aunque lo estén, no siempre pueden cubrirme, ¿Deseas que algo me suceda?

–No–responde mirando al piso analizando aquellas palabras–. Pero…

–Lo sé, Levana, únicamente la llevo en caso de emergencia–la interrumpe haciendo que lo mire al acunar con delicadeza el rostro de la joven entre sus manos–. No debes preocuparte por esos temas, ¿De acuerdo?

Levana se limita a mover su cabeza de manera afirmativa a pesar de no encontrarse convencida del todo; sin embargo, sabe que es verdad, aquella noche en la que se conocieron, Casey pudo haber muerto por esa herida de bala en su hombro. Él la observa de manera atenta mientras espera a que se anime a decir algo más, «Incluso con ese semblante lleno de seriedad, eres tan hermosa, mi Levana.» piensa uniendo sus labios nuevamente a los de la joven haciéndola reaccionar y corresponderle.

–Te amo, Casey, no podría tolerar si algo te sucediese–expresa la joven rodeándolo con sus brazos y recostando su cabeza en su pecho.

–Ni yo si algo te sucede a ti– responde Casey abrazándola y acariciado el cabello de la joven con ternura.

–Debo volver a casa–indica mirando a Casey.

– ¿Y si te pido quedarte? Es tarde y peligroso; además, no quiero soltarte.

–Muy tentador pero…

– ¿Pero? No me gusta esa palabra–la interrumpe uniendo sus labios a los de ella–. Realmente deseo que te quedes, ¿Aceptas o es que te da miedo?

–Tal vez me da miedo–responde con una pequeña sonrisa al tiempo que lo mira, Casey le devuelve la sonrisa abrazándola con ternura.

–A mi lado no tienes nada que temer, Levana–susurra cerca del oído de la joven.

–Eso lo sé bien, solo bromeaba–expresa besando la mejilla de Casey–. Acepto tu invitación.

Ellos se mantienen por algún tiempo conversando hasta que el momento de la cena llega y juntos se encaminan hacia el comedor donde Kira esperaba a su padre y al ver a Levana al lado de este se pone de pie emocionada y sin separarse de la joven trascurre la velada.

Un mes más tarde, siendo una noche aparentemente tranquila en una alejada mansión a las afueras de la ciudad se estacionan un par de vehículos aunándose a los que ya se encontraban en el lugar. Dos hombres descienden del vehículo, uno de ellos espera en el exterior, «No puede ser, ¿Qué hace aquí?» se cuestiona el individuo sin más opciones que continuar con lo trazado desde hacía semanas. El otro sujeto abre una de las puertas del asiento de pasajeros, en el interior se encuentran dos personas más, con fuerza hace bajar a una de estas aunque esta lucha y se defiende, no sabe en donde se encuentra ya que han cubierto su rostro pero sabe bien que no puede ser nada bueno.

Dos hombres sujetan a la persona que se resiste a avanzar y forcejea intentando liberarse, con fuerza la hacen avanzar hasta la entrada de aquel lugar, el individuo que esperaba se encamina a la entrada siendo seguido por los otros. Ingresan y llevan hasta esa persona hasta una habitación, sin liberarla manteniéndola vigilada los dos sujetos permanecen en el lugar mientras que el otro sale de ahí y se encamina hasta otro lugar de la mansión.

– ¿Qué haces aquí?–inquieren al verlo aparecer al tiempo que se aproximan a donde se encuentra.

–No sabía que estaban aquí–indica observando al centro del comedor.

Bajando lo más posible la voz le informa lo que sucede, «Todo sucede por una razón y tal vez este es el momento indicado para enfrentar toda la verdad, ¿Seré capaz de enfrentarlo?» piensa el sujeto mirando hacia su acompañante que se mantiene lejos esperando pacientemente. Entre cerrando sus ojos analizando la oportunidad que tiene en sus manos y decidido a aprovecharla se encarga de darle algunas instrucciones al individuo, acto seguido vuelve con su acompañante mientras que aquel sujeto se encarga de obedecer al pie de la letra las indicaciones recibidas.

En la mansión de los Loughty, la joven Andy Cross abre sus ojos, con un intenso dolor de cabeza y completamente desubicada se pone de pie percatándose de que la habitación se encuentra completamente vacía, « ¡No puede ser, esa lunática me costara todo mi trabajo!» se dice furiosa encaminándose a la habitación del jefe para informarle lo sucedido, sin importar lo mal que se siente. Al llegar a la puerta llama haciendo evidente la desesperación que la invade ante la situación, molesto por la manera de anunciarse, Marlon se pone de pie y se encamina a abrir, en cuanto lo hace se encuentra con el rostro lleno de sangre de Andy Cross.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.