NATALIE
El teléfono vuelve a sonar por sexta vez en la mañana.
—Deja de llamar —susurro al teléfono.
—¿A quién diablos le hablas? —responde Lina.
Lina me ha estado poniendo al corriente de las especificaciones de la fiesta de compromiso de Gabriella Bianchi y Leandro Moretti, pero no he podido concentrarme por culpa de....
El maldito teléfono suena una vez más, miro el identificador. Nuevamente es el, no ha parado de llamar desde hace casi una hora y esto comienza a fastidiarme.
—Ahhh —me cubro la cara con ambas manos—, Alexei no ha parado de llamarme.
—¿Que?
—No tengo idea de qué diablos le ocurre, pero ha estado actuando extraño desde el desayuno —murmuro.
—¿A qué te refieres con extraño?
—Dijo que vendría a recogerme después de nuestra reunión con Cecilia y Gabriella Bianchi.
Me descubro el rostro y observo a Lina, trata de parecer desinteresada sin embargo apenas puede contener su sonrisa.
—Quita esa sonrisa.
—Está bien, está bien.
Desde hace ya un tiempo a Lina se le metió la tonta idea en la cabeza de que Alexei es el hombre perfecto para mí, no tengo idea de que se le metio a la cabeza para pensar eso. Alexei y yo no podriamos ser mas diferentes, eso sumado a nuestra diferencia de edad, y ademas de que es el padre de quien era mi prometido. Es una completa locura.
Lo mejor que puedo hacer ahora es irme de esa casa cianto antes y seguir con mi vida.
Suspiro e intento concentrarme en el trabajo, el teléfono vuelve a sonar y ya se quién es sin la necesidad de ver el identificador.
Vuelvo a cubrir mi rostro, apoyo mi cabeza en el escritorio y grito mientras Lina se cacajea de la situacion.
Ya casi es hora de nuestra reunion con Gabriella Bianchi y su madre y apenas puedo concentrarme.
—Ya deja de sufrir y vamonos —Lina finalmente deja de reirse—, ya casi es hora de la reunion.
—Esta bien —levanto la cabeza y —por cierto no me dijiste en donde es la reunion.
—Es en "Le Gros Luxe".
Así que Le Gros Luxe, es uno de los restaurantes más populares de Londres, es casi imposible conseguir una mesa en ese lugar. Supongo que para la familia Bianchi no es ningún problema conseguir un lugar ahí.
Tardamos casi una hora en llegar al lugar acordado, el lugar es precioso y está repleto de personas, uno de los meseros nos lleva a la mesa reservada donde ya nos esperan Gabriella y su madre.
De camino alcanzo a ver a una pareja cerca del escenario, parece que están discutiendo, pero están muy cerca uno del otro, supongo que es una pelea de pareja.
Desvió la mirada de ambos y me concentro en el par de mujeres que ya nos esperan en la mesa.
—Buon pomeriggio, sono Natalie Davenport e lei è la mia assistente, Lina Bayker —nos presentó en italiano—. È un piacere conoscerla, signora Bianchi… signorina Bianchi.
(Buenas tardes, soy Natalie Davenport y ella es mi asistente, Lina Bayker.
Es un gusto conocerla, señora Bianchi… señorita Bianchi)
—Signorina Davenport, signorina Bayker, è un piacere conoscervi —responde la señora Bianchi.
(Señorita Davenport, señorita Bayker es un placer conocerlas)
* * *
ALEXEI
Maldita sea.
¿Porque no responde el maldito teléfono?
Llevo casi una hora intentando comunicarme con Natalie y no ha respondido ninguna de mis llamadas. Qué demonios está haciendo para no atender a mis llamadas.
Maldición. No entiendo porque tengo esta maldita necesidad de saber dónde y con quien esta.
Sin embargo, esta vez es diferente, se supone que solo esta en una reunión de negocios y está junto a su amiga Lina, aun así, tengo un mal presentimiento.
Editado: 07.09.2025