Ok, vamos a hacer esto rápido.
¿Qué cosas pasaron entre el cumpleaños de Samey y el fin del segundo año?
Primero, avancé en los trabajos grupales. Se acercaba la fecha de la exposición de trabajos, así que las cosas se complicaron. No se imaginan cómo estaba mi cabeza con tantas cosas. Los exámenes finales también me acechaban. Creo que mayo fue el mes que más absorbió mi vida social. No es que tuviera mucha anteriormente, pero algo había avanzado.
Samey y yo casi no hablamos. Ella fingía que le daba igual todo, pero en aquel entonces no pudo ocultarlo. Se pasaba horas y horas en la biblioteca, y cuando no estaba escribiendo, estaba leyendo. A veces me pregunto cómo funcionará su cabeza, que es tan diferente de la mía.
Así como ella y yo, con Jake pasó algo similar. Volvimos a hablar, pero la falta de tiempo me dio la excusa perfecta para mantener las distancias. Eso no quería decir que él no me mandara mensajes cada cinco minutos. Parecía arrepentirse de haberme ignorado, y no voy a ocultar que eso me daba cierta satisfacción.
Jake: estás?
Yo: no
Jake: y por qué me respondes?
Yo: te respondí dos horas más tarde
Yo: ¿qué quieres?
Jake: nada, si ahora no puedes te hablo más tarde
Nunca estaba disponible. A una maniática como yo, que estudia en verano, se le hace difícil no dedicarle veinticuatro horas a estudiar. Porque el problema no era aprobar, el problema era ser la mejor. Los malditos números del ranking no abandonaban mi cabeza.
Jake: deberías descansar un poco
Yo: descansar es para fracasados
Yo: sin ofender
Jake: no digas esas cosas
Jake: cualquiera de estos días te vas a desmayar
Yo: sí, cuando me digan que estoy en el primer puesto
Jake: acaso ves a tu amigo matarse tanto como tú?
Se refería a Jerry.
Yo: sí
Jake: ah, mierda
Jake: bueno, eso no es saludable igual
Jerry estaba igual que yo, y eso lo sabía de primera mano. Harold solía vernos como si fuéramos aliens mientras estudiábamos. La maqueta estaba casi lista, pero el resto de materias nos tenía muy ocupados. En la exposición nos fue bien. Bastante bien. La maqueta era una montaña rusa demasiado complicada como para explicar a detalle, pero por suerte los profesores quedaron encantados. Mis padres se vieron un tanto más aliviados cuando notaron que yo ya estaba más tranquila. Buenas noticias, su hija no se volvió loca.
.
Jake: ahora sí? cómo te fue?
Jake: no pude pasar por donde estaban ustedes
Yo: ya sé, yo tampoco pude ir a tu puesto
Yo: nos fue bien
Yo: ahora sí, estoy disponible
Jake: genial
Yo: ¿de qué querías hablarme?
Jake: de lo que sea, solo quiero hablar contigo
En ese punto mi corazón ya estaba latiendo con demasiada fuerza para mi gusto.
Yo: ¿y por qué tanto entusiasmo?
Jake: hace tiempo que no hablamos como antes
Yo: hace tiempo que tú no me hablas como antes
Jake: es que pensé que estabas enojada conmigo
Yo: siempre eres el que inicia toda conversación, ¿te olvidas?
Yo: bueno, da igual
Jake: no creo que dé igual
Yo: ¿por qué no?
No me respondió al instante.
Jake: te pido perdón por ser tan idiota
Yo: ok
Jake: está bien así?
Yo: sí, claro
Jake: no quieres hablar de eso, verdad?
Yo: no
Y no hablamos de eso. En su lugar, hablamos como lo hacíamos antes. Para cualquier otra persona, las cosas parecían estar normales. Nosotros nos dábamos cuenta que, dentro de todo, era algo incómodo, pero intentábamos olvidarlo. Agradecí que entendiera. Se sentía un poco menos doloroso.
.
—¿Así de fácil?
—Así de fácil.
—Yo quería un poco más de drama.
—Tú quieres que todo parezca una telenovela —se encogió de hombros, como si fuese lo normal. Samey no parecía avergonzarse de nada.
—Es que Jake solía darme más contenido, cuando… ya sabes.
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Editado: 16.07.2022