Más que nada: dos chicas en una escuela de chicos

CAPÍTULO 22

Ok, vamos a hacer esto rápido. 

¿Qué cosas pasaron entre el cumpleaños de Samey y el fin del segundo año?

Primero, avancé en los trabajos grupales. Se acercaba la fecha de la exposición de trabajos, así que las cosas se complicaron. No se imaginan cómo estaba mi cabeza con tantas cosas. Los exámenes finales también me acechaban. Creo que mayo fue el mes que más absorbió mi vida social. No es que tuviera mucha anteriormente, pero algo había avanzado.

Samey y yo casi no hablamos. Ella fingía que le daba igual todo, pero en aquel entonces no pudo ocultarlo. Se pasaba horas y horas en la biblioteca, y cuando no estaba escribiendo, estaba leyendo. A veces me pregunto cómo funcionará su cabeza, que es tan diferente de la mía. 

Así como ella y yo, con Jake pasó algo similar. Volvimos a hablar, pero la falta de tiempo me dio la excusa perfecta para mantener las distancias. Eso no quería decir que él no me mandara mensajes cada cinco minutos. Parecía arrepentirse de haberme ignorado, y no voy a ocultar que eso me daba cierta satisfacción. 

Jake: estás?

Yo: no

Jake: y por qué me respondes?

Yo: te respondí dos horas más tarde

Yo: ¿qué quieres?

Jake: nada, si ahora no puedes te hablo más tarde 

Nunca estaba disponible. A una maniática como yo, que estudia en verano, se le hace difícil no dedicarle veinticuatro horas a estudiar. Porque el problema no era aprobar, el problema era ser la mejor. Los malditos números del ranking no abandonaban mi cabeza.

Jake: deberías descansar un poco

Yo: descansar es para fracasados

Yo: sin ofender

Jake: no digas esas cosas

Jake: cualquiera de estos días te vas a desmayar

Yo: sí, cuando me digan que estoy en el primer puesto 

Jake: acaso ves a tu amigo matarse tanto como tú?

Se refería a Jerry.

Yo: sí 

Jake: ah, mierda

Jake: bueno, eso no es saludable igual

Jerry estaba igual que yo, y eso lo sabía de primera mano. Harold solía vernos como si fuéramos aliens mientras estudiábamos. La maqueta estaba casi lista, pero el resto de materias nos tenía muy ocupados. En la exposición nos fue bien. Bastante bien. La maqueta era una montaña rusa demasiado complicada como para explicar a detalle, pero por suerte los profesores quedaron encantados. Mis padres se vieron un tanto más aliviados cuando notaron que yo ya estaba más tranquila. Buenas noticias, su hija no se volvió loca. 

.

Jake: ahora sí? cómo te fue? 

Jake: no pude pasar por donde estaban ustedes

Yo: ya sé, yo tampoco pude ir a tu puesto

Yo: nos fue bien

Yo: ahora sí, estoy disponible

Jake: genial

Yo: ¿de qué querías hablarme?

Jake: de lo que sea, solo quiero hablar contigo

En ese punto mi corazón ya estaba latiendo con demasiada fuerza para mi gusto. 

Yo: ¿y por qué tanto entusiasmo?

Jake: hace tiempo que no hablamos como antes

Yo: hace tiempo que tú no me hablas como antes

Jake: es que pensé que estabas enojada conmigo

Yo: siempre eres el que inicia toda conversación, ¿te olvidas?

Yo: bueno, da igual

Jake: no creo que dé igual

Yo: ¿por qué no?

No me respondió al instante. 

Jake: te pido perdón por ser tan idiota

Yo: ok

Jake: está bien así?

Yo: sí, claro

Jake: no quieres hablar de eso, verdad?

Yo: no

Y no hablamos de eso. En su lugar, hablamos como lo hacíamos antes. Para cualquier otra persona, las cosas parecían estar normales. Nosotros nos dábamos cuenta que, dentro de todo, era algo incómodo, pero intentábamos olvidarlo. Agradecí que entendiera. Se sentía un poco menos doloroso. 

.

—¿Así de fácil?

—Así de fácil.

—Yo quería un poco más de drama.

—Tú quieres que todo parezca una telenovela —se encogió de hombros, como si fuese lo normal. Samey no parecía avergonzarse de nada. 

—Es que Jake solía darme más contenido, cuando… ya sabes.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.