Más que una mentira.

Capítulo 6

Arianna

Después de encontrarme con mi jefe, me fui a mi apartamento. Al llegar, guardé todo lo que había comprado. La verdad fue mucho, pero no me arrepiento; necesitaré bastante esa ropa.

Después de guardar todo, tocaron a mi puerta. Abrí, y era el correo.

—¿Señorita Arianna Bernardi? —dijo el señor.
—Sí, ¿qué sucede?
—Le mandan esto —me entregó un ramo.
—¿Quién lo envía? —pregunté.
—No lo sé, señorita, solo me dijeron que se lo entregara —respondió.
—Bueno, gracias —le dije.
—Que tenga un lindo día —y se fue. Cerré la puerta con un “igualmente”.

Fui a la sala y puse el ramo de flores. Eran mis favoritas... ¿Quién pudo haberlo enviado? Busqué alguna nota o indicio, pero no había nada que dijera quién lo mandó. Las saqué del papel y las puse en un florero.

—Qué bonitas —dije mientras las colocaba en la mesa. Luego fui a bañarme para dormir. Al salir, me puse la pijama, cociné algo ligero, cené y me fui a dormir, ya que al día siguiente debía trabajar.

Al día siguiente me levanté temprano; eran como las 4:30. Me bañé, salí y me puse una falda formal con una camisa blanca. Desayuné y salí de mi apartamento. Llegué a la empresa diez minutos antes de la hora que me habían dicho.

—Hola, ¿se encuentra el señor Jones? —le pregunté a la recepcionista.
—No, señorita, él llega en 15 minutos. ¿Usted es la nueva secretaria? —me preguntó.
—Sí —respondí.
—Bueno, deja que te enseñe tu oficina para que lo esperes ahí.
—Sí, gracias.
—Sígueme —dijo, y avanzó hacia el elevador. La seguí. Vi que oprimió el último botón.

—El señor no es malo, solo quiere aparentarlo. Si haces algo mal, sí te habla feo, pero es algo común en él. Solo obedécelo... y no digas que te dije esto —me confesó.
—Sí, no diré nada —respondí haciendo una seña de discreción.
—Bien, confiaré en ti —dijo cuando el elevador se detuvo.
—Sígueme —agregó, saliendo. La seguí hasta una oficina que estaba junto a otra, que, supongo, es la de mi jefe.
—aquí es —me dijo entrando.
—Wow, es muy grande —dije asombrada.
—Sí, es muy grande, pero no estarás aquí todo el tiempo. La mayoría de las veces estarás en la oficina de al lado... o viajando.
—¿Espera, viajaré? Eso no me lo habían dicho...
—Sí, eso dice en el contrato que usted firmó.
—Creo que no lo leí bien, estaba muy emocionada...
—Bueno, él te lo explicará después. Me tengo que ir, él ya llegará. ¡Adiós y suerte! —me dijo, y se fue.




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