Máscara

“Lara trabajaba en un museo de la ciudad de Nueva York. Habían entrado unas máscaras halladas en Perú del siglo XVI. Muy tarde ella se encontraba en su oficina estudiando éstos hallazgos. Sentía que las máscaras la llamaban. Entonces se paró frente a un espejo y se colocó una de las máscaras de arcilla. Sintió que se amoldó a su rostro y que ya no era ella, sino otra persona. Salió aquella noche por las calles de la ciudad y cometió los peores crímenes de la historia. Al día siguiente se despertó en su departamento con los ojos enrojecidos y la máscara rota a su lado. No recordaba lo sucedido, pero sí se vió en el noticiero a través de unas cámaras que la habían filmado robando un banco. Por supuesto, que nadie reconoció a la extraña de la máscara pero ella sabía muy bien que era ella. Aquella noche regresó a su oficina y a escondidas se llevó las máscaras restantes. Las colocó en una caja y las enterró en un pozo profundo en el parque central de la ciudad. Luego regresó al museo y leyó sobre la existencia de las máscaras. El libro decía que éstas se adaptaban al alma de quien las llevaba puesta. Esto alteró la conciencia de Lara porque ella jamás cometería todos esos delitos o eso pensaba. Pero sí, fue capaz porque era lo que había en su interior. La máscara real de Lara era su propio rostro, pues ocultaba lo que en realidad era: una criminal.”

¿Cuántas caretas o máscaras hay en tu vida? Deshazte de ellas, deja que Dios limpie tu interior y sé una persona íntegra.

por Valeria O.

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Escrito el 28/05/2019

F A C E B O O K : “Escribiendo entre las nubes”

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