Matrimonio Oculto

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Las millones de páginas de un libro solo eran un mundo que te llevaban a querer vivirlo una y otra vez, imaginando que tal seria que aquello te pasara en tu vida sin tener que preocuparse por un futuro cercano. No importaba cuanto lo tratara o quisiera vivirlo, aquella era su vida y debía atacarla  y amarla como tal.

— ¿Entonces crees que mamá aun me ama, Alison? –cuestiono el inocente Alex mientras ambos caminaban de la mano hasta el jardín de infantes.

—No lo creo. Lo aseguro, no importa si tu madre se casó con alguien más, ella siempre te amara –aseguro la joven madrastra, para ella era doliente saber que un niño de cinco años se sintiera inseguro del amor maternal, pero no podía hacer más nada que solo llevarlo con ella a un mundo ficcionario para hacerlo feliz.

—Pero ella me dejo –hizo un puchero y se paró frente a ella —. Siempre cuando está en casa, ella trabaja o no juega conmigo. ¡Tú sí! Es por eso que me gusta estar contigo –dijo con una sonrisa pintada en sus labios. Alison sonrió leve y se arrodillo para estar a su altura.

—Eres un buen niño y el mejor de todos, Alex. Tu madre te ama demasiado al igual que tu padre.

— ¿Cuándo volverá papá?  —pregunto mientras su sonrisa decaía, afligiendo aún más el pobre corazón de Alison –. Papá nunca viene. Se olvidó mi cumpleaños, el tío  Charlie dice que  me quiere pero nunca me llama, ¿Acaso soy un niño malo?

—Ya hablamos de eso Alex. No eres malo, solo que tus padres tienen mucho trabajo y además –vocalizo sonriendo –. Hable con tu padre y me dijo que te dijera que te ama muchísimo, solo que esta con mucho trabajo.

— ¿Enserio? –Alex brinco en el lugar feliz —. Dile que no te llame cuando yo duerma, quiero decirle que yo también lo quiero.

—Eso le diré, pero ahora debes ingresar al salón –Alison se levantó y aliso su vestido rojo con flores. –Vendré a buscarte en la tarde.

 

Alex asintió y corrió hasta su maestra. La mujer suspiro agotada, después de llevar un año y medio casada con un completo desconocido, su vida solo se había convertido en ser una esposa oculta y una buena madrastra para Alex, quien era un niño encantador y amaba ir de visita a la casa de los padres de Alison. La pelinegra recordó lo tanto que amaba estar con Alex y su familia a él.

Camino por el centro de la ciudad mientras veía las vitrinas a su paso, más de trecientos sesenta y cinco días espero un llamado de su esposo al igual que Alex de su padre, solo una llamada necesitaba para saber cuánto duraría su matrimonio oculto. Al no sentirse casada y una mujer de familia, Alison aun podía pensar que vivía como cualquier mujer independiente solo cuidando un niño.

Nada se  había oscurecido en su vida después de casarse. Su hermano había recibido la operación necesaria y ella vivía sola en un pequeño departamento con dos habitaciones en la urbanización media. No podía darse el lujo de vivir con el dinero que su oculto marido le proporcionaba sin antes sentirse avergonzada con ella misma.

Muchas veces le preguntaba a Charlie por su marido, pero este se negaba a hablar sin la autorización del señor Hamilton. Dejo de pensar en su matrimonio y entro a la biblioteca donde pasaba su mayor parte del tiempo.

—Hola Loren –saludo Alison al ingresar a la inminente biblioteca. La secretaria levanto la mirada y la miro a través de sus lentes de pasta negra.

—Hola Alison, que bueno que  ya has llegado, en tu sección hay una mujer que te espera.

Alison frunció el ceño y camino hasta donde daba clases privadas. Como Loren había dicho; allí había una mujer y no era cualquier mujer, envuelta en un vestido blanco elegante apretado a su cuerpo estaba una rubia mujer hablando por teléfono, no muchos se presentaban ante ella así de elegantes para recibir clases, ni mucho menos nunca había hablado con la madre de Alex que en ese momento estaba allí. Esta al verla allí, colgó y camino hacia la madrastra.

—Qué bueno que llegas. Ya debes estar enterada quien soy a pesar de nunca habernos vistos…

—De hecho,  Alex  me mostro muchas fotos de usted, nunca nos vimos pero me agrada poder hablar con usted y…

—Ahórrate tus palabras –la interrumpió la rubia con gesto severo –. Sé que eres la esposa de Riley, pero dile que no dejare que Alex vuelta a estar contigo…

—Créeme que a mí también me  gustaría hablar con el –bromeo Alison mientras sonreía –. Pero tu como la madre de su hijo creo que podrías  hablar con él  si no quieres que Alex pase los días que debe pasarlo con su padre,  contigo.

 

La elegante mujer  la miro con vilipendio.

—Cuando mi hijo estuvo en tus manos, nadie me dijo que lo llevabas a lugares tan peligrosos como los suburbios  donde tú vives o el marginal lugar de tu familia, ¿Qué crees que haces?  Alex no es un niño para ingresar a una casucha…

—No le permito que me hable así. Creo que deje más que claro que si tiene problemas conque Alex este a mi lado, puede hablarlo con Riley, que por cierto recién ahora se su nombre –bufo Alison, arrugando el rostro. —Llevo cuidando a su hijo por más de un año, y puedo ver que tan viene s su atención sobre el para ahora venir hasta mi trabajo y decirme que no quiere que su hijo valla a la casa de mis padres solo porque son pobres.

— ¡Eso no tiene nada que ver! Créeme que si alguien me hubiese dicho que mi hijo entraba a un lugar tan sucio, no lo hubiese dejado ir nunca con usted y su familia –la mujer saco de su bolso un documento y lo dejo con fuerza sobre la mesa —. Dile a Riley que ira  a juicio, está de más decir que no puede cuidar a un niño ni él y su esposa.

 

Alison tomo el papel en el momento que la madre de Alex salía de allí. Cuando creía que hacia todo más que bien, un pequeño problema se había sumado a su vida, decidida saco su móvil y llamo a Charlie.

—Qué bueno que contestas –suspiró nerviosa –No sé por dónde comenzar esto…




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