#Samantha
-¡No puedes hacerme esto!.
Le digo a mi abuela levantando un poco la voz.
-La voz Samantha.
Me dice indicándome que baje dos rallitas.
-Lo siento nana, pero...no quiero ir, sabes que no será diferente si voy.
Digo sacando la ropa que al mismo tiempo ella vuelve a meter en la maleta.
-No lo se, y tu tampoco lo sabes Samantha.
Me dice apretando uno de mis cachetes.
-Si tu lo dices nana.
-Y estoy segura de eso Samantha.
-Escapare cuando tenga la mínima oportunidad.
Susurro y me abuela se carcajea.
-Se que lo harás, pero tendrás que esconderte bien.
-Si me encuentran...me enviaran a otro lugar, uno peor.
Suelto una risita.
-No, te enviarán al mismo Samantha.
Ella toca mi hombro.
-Ese es el peor.
Después de decir esto ella sale de la habitación.
-Que bonito...¡¡Esto es una mierda!!.
Grito tirando mi maleta al suelo.
-Eso es cierto.
Grita mi abuela desde abajo.
Después de un par de horas, aquí estoy, en un uber con una maleta y una mochila, y además cuando le dieron la dirección chófer el pobre se puso rojo, creo que cree que mate a alguien.
Un par de horas de silencio para mi es demasiado, decido formar una conversación.
-¿Cual seria una buena forma de morir?.
Le pregunto mirándolo con una sonrisa.
-¿Que?.
Me pregunta asustado.
-La mejor forma de morir, te gustaria causas naturales o eres psicópata y quieres que te asesinen.
Pregunto con una mirada seria.
-¿Disculpa?
Pregunta con voz chillona.
-Nada.
Decido terminar esta conversación ya que es obvio que cree que voy a matarlo.
El paisaje a través de la ventana cambia lentamente, siento que estoy en un viaje a caballo y me encanta, porque odio los coches, prefiero cualquier cosa...hasta los barcos...todo menos esto.
Me traslado a otro mundo a través de esta ventana de cristal y me quedo sin respiración por tan bellos lugares.
-Me gustaría ser como tu, o querida naturaleza, tan hermosa, tan importante y tan perfecta en todos lo sentidos... pero no soporto más dolor en mi vida, no ahora.
Susurro y noto que el chófer me escucho, me mira por el retrovisor y me ofrece una botella de agua, niego con la cabeza y continuó viendo la ventana.
Los paisajes llenos de colores, llenos de vegetación son remplazados por árboles secos y una vista deprimente, ¿Como puedes llegar a ser tan hermoso y de repente de esa belleza sólo quedan los recuerdos?.
-Ya llegamos señorita.
Me avisa el chofer.
-Tenia que saberlo, es obvio, los árboles murieron para no escuchar los gritos de las almas perdidas que entran en este lugar.
Digo divertida, el muchacho sólo asiente y saca mi maleta.
-Gracias, ¿Supongo que ya te pagaron?.
Pregunto con una sonrisa que si no fuese por mi mirada amenazadora sería coqueta.
-S...si...lo...lo hicieron.
Responde nervioso.
-Esta bien, que pase buen resto de...
Miro el cielo.
-La noche.
Respondo posando mi mirada en el.
-Buena suerte señorita.
Con esto se sube al auto y se va.
Miro el lugar, es gigante, de tamaño parece un castillo, pero es obvio que es una cárcel, no puedo negar que es hermoso por fuera, pero todavía espero ver celdas con barrotes de metal cuando entre.
-Creo que la necesitaré.
Tomó mi maleta y la arrastró hasta la puerta, la tocó y se habré pocos segundos después.
-Usted debe ser la señorita George.
Una señora de unos 60 años esta parada frente a mi.
-Si, soy yo, Samantha George.
-Lo se, ven, entra, es casi la hora.
Dice ella haciéndome entrar al lugar.
-¿Hora de que?.
Pregunto confundida.
-Del toque de queda.
Responde ella y se va dejándome sin palabras, no soy adivina, donde debo estar yo en este castillo.
-¡¡Carajo!!
Digo pateando mi maleta en un ataque de hira.
-No debería decir eso.
Dice una voz masculina a mis espaldas, doy la vuelta y me encuentro con un Dios griego, pero no es la persona que me hablo, este es un chico que se encuentra a su lado de ojos claros, piel blanca y cabello negro, creo que aquí no se está tan mal después de todo.
Hola, Hola, Hola.
¿Que tal?, les presento mi nuevo libro "Máx y Sam".
¿Que les pareció el Capitulo?.
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