Chuuya Nakahara
Me levanto muy temprano para preparar mi desayuno de las mañanas ya que tengo mucha hambre. Bajo por las escaleras con mi pijama puesta, ya que me da flojera cambiarme en las mañanas.
Me dirijo a la cocina con sueño y a la vez hambre. Me acercó a la estufa mientras agarró un sartén pequeño para hacerme un huevo estrellado, pero me sobresalto al escuchar que tocan la puerta con fuerza.
Dejo el sartén aún lado de la estufa y me dirijo a la puerta rápidamente. Abro la puerta y veo que está enfrente mío nada más y nada menos que Akutagawa.
—¿Por qué no contestas mis mensajes y llamadas? —frunciendo el ceño mientras cruza los brazos en su pecho.
—Eso mismo te pregunto yo, para empezar, ¿vistes mis mensajes ayer? —pregunto arqueando la ceja.
—Apenas vi tu mensaje. Sabes perfectamente que estoy ocupado en la noche.
—¿Pues en donde estabas en toda la bendita noche? Se suponía que tenías el día libre ayer en la noche. Hasta me dijiste que me esperarías aquí, en mi departamento —digo con sospecha en mi voz.
El solo suspira frustrado e irritado por mi actitud.
—Eso a ti no te debe de importar. No te debes de meterte en mis asuntos personales.
—Claro que me puedo meter. Soy tu novio. Me preocupo mucho por ti. Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea.
—¿Y quién te dijo que te preocuparás tanto por mi? No necesito que te preocupes por mi. No necesito que estés molestandome.
Al escuchar eso, siento mi corazón quebrarse como un vaso de cristal.
—Esta bien. Ya no me preocupare por ti. Si así tú lo decides, no te molestaré más —Maldita sea. ¿Por qué soy tan vulnerable con el?
—Eso es lo que quería escuchar -dice en un tono irritado y molesto. -¿Me vas a dejar entrar o no?
—Ah. Si. Claro —me aclaro la garganta y me hago aún lado para que pase.
Entra mientras se sienta en el sillón cruzando las piernas.
—¿Quieres algo de beber? —pregunto en un tono suave.
—No como crees. Solo vine a calentar el lugar —dice con sarcasmo e irritación en su voz. Tonto.
Ruedo los ojos ante su sarcasmo y me dirijo a la cocina por algo de beber.
Después de unos minutos, vuelvo con el vaso de jugo de mango en mis manos
—Ahi tienes —se lo entrego.
—¿Solo tienes esto? —pregunta irritado.
—Si, solo tengo eso. ¿Qué tiene? —con irritación en mi voz.
—Pues no quiero esto. Dame una copa de vino. Pero rápido —dice irritado
Tomo el vaso de jugo y me dirijo de nuevo a la cocina. Dejo el vaso en la mesa mientras me dirijo a mi almacén abriendo y agarro una botella de vino mientras agarro una copa y lo sirvo.
Me dirijo hacia el y le entrego la copa de vino. El agarra la copa de vino y la bebe de un solo trago.
—¿Quieres más vino? —pregunto
—No. Se me hace tarde
Arqueo la ceja, confundido ante lo dicho.
—Pues, ¿A dónde irás con tanta prisa? —arqueo una ceja.
—Con mi padre —responde en seco.
—Pero si ayer fuiste con tu padre en la mañana
—Si pero me llamo con urgencia, asuntos personales —deja la copa en la mesita pequeña y se levanta dirigiéndose a la puerta principal—. Nos vemos luego. Cualquier cosa simple no me llames. Estaré ocupado —abre la puerta y se va mientras cerrando la puerta.
Me quedo parado, confundido por su reacción de la prisa que tiene. Suelto un suspiro y me voy hacia mi habitación subiendo las escaleras.
Llegó a mi habitación, entro mientras cierro la puerta. Me acuesto en la cama boca bajo mientras veo de reojo mi celular lleno de mensajes y llamadas de Dazai. Resoplo y veo los mensajes de ese poste de luz.