Me arrastraron a un mundo desconocido

¿En dónde estoy?

Emili se despertó con una expresión de confusión en su rostro. "¿Dónde estoy?", se preguntó. Miró a su alrededor y vio que estaba en un lugar desconocido. El árbol había amortiguado su caída, pero aún así había sufrido heridas. Sin embargo, gracias a su don de curación, las heridas se llenaron de un oscuro color negro y luego se retiraron, dejándola como nueva como si no le hubiera pasado nada.

"Parece que mi don no es tan inservible", pensó Emili con una sonrisa irónica. Su ropa no se había dañado mucho, así que se encogió de hombros y dijo: "¡Ja! Tómala universo...". Pero su alegría duró poco, ya que pronto se dio cuenta de que estaba en un lugar desconocido y no sabía cómo salir de allí.

De repente, una voz resonó en el bosque. "Oye, tú, es hora de morir. ¡Jajaja!" Emili se volteó bruscamente, intentando ver quién había hablado. Fue entonces cuando vio un tentáculo que la agarraba por la cintura y la llevaba hacia una criatura monstruosa.

"¡No otra vez!", exclamó Emili, harta de la situación. "¿Tú quién eres?"

La criatura, que se llamaba Umeira, se acercó a Emili con una sonrisa malvada y arrogante. "Yo soy Umeira", dijo. "Y tú eres la que pronto va a morir".

Emili se negó a rendirse. Usó sus poderes y creó una espada negra, con la que logró herir a Umeira en el tentáculo donde la sostenía. La criatura gritó de dolor y la soltó, y Emili aprovechó la oportunidad para atacarla de nuevo.

Umeira intentó defenderse, pero Emili era demasiado rápida y habilidosa. Le cortó uno a uno sus tentáculos, y la criatura se desplomó en el suelo, sin fuerzas.

Emili estaba sorprendida por su habilidad, como si lo tuviera en la sangré," parece que las clases de defensa personal me sirvieron un poco, pero es raro nunca lo había hecho", sé decía a si misma.

"¡Aah, coff cof!", gritó Umeira. "Espera, no me mates. Te diré todo lo que sé, pero no me mates".

Emili se acercó a Umeira con una cara seria. "¿Quién es ese hombre?", preguntó, refiriéndose al hombre herido que había visto desde hace ratos en el suelo. "¿Y por qué me trajeron hasta aquí?"

Umeira tembló de miedo. "He... él es, él... Él es emperador y se llama Eliot", dijo. "Y te trajo mi ama y señora. Ella te arrastró hasta aquí, y ella te quiere matar".

Emili se dio cuenta de que Umeira estaba controlada por un aura negra. "Por lo general, no soy tan generosa", dijo. "No te voy a matar, pero con una condición".

Umeira se apresuró a aceptar. "¿Cuál es? Yo hago lo que sea".

"Vas a ser mi aliada", dijo Emili. "Me vas a comunicar todo. Vas a ser mis ojos y mis oídos, pero mientras tanto, seguirás mis órdenes. ¿De acuerdo?"

Umeira asintió con la cabeza. "Sí, sí, lo que usted diga".

Emili se preguntó si podría quitarle el aura negra a Umeira. Sabía cómo hacerlo, por la poca experiencia con la magia. Se acercó a Umeira y le dio un beso en la frente, ya que no lo podía hacer de otra manera más efectiva ya que por su escasa experiencia con la magia era limitada. Una capa negra y viscosa envolvió a Umeira, y las heridas desaparecieron. Los tentáculos desaparecieron, y Umeira se convirtió en una persona un poco normal ya que su cabello tenía una consistencia que hacía parecer que tuviera tentáculo en la cabeza en vez de pelo. Con el asunto de umeira ya arreglado, Emili se dispone a ir sé,"Bueno, vámonos", dijo Emili. Miró hacia el hombre herido, y su conciencia no la dejaba en paz ya que no podía dejar a aquel hombre a su suerte.

Emili ya estaba frustrada pero decidió ayudar a ese hombre. Se acerco y se arrodilló enfrente de el. Ella se sonrojo un poco ya que era guapo, pero también por la pena, y la incomodidad. Lo miro y decidió besarlo en los labios, ella se alejó y vió como las heridas en el sanaban, ella suspiro aliviada.

Unos minutos después el hombre abrió los ojos y se levantó del suelo aún confundido. Ella se asusto y se levantó rápido y trato de disimular su nerviosismo.

Eliot la vió y con una expresión de confusión."¿Quien es ella? Y ¿Por qué no estoy muerto, será que ella me salvó? Y ¿cómo lo hizo, me siento más liviana que antes? Se pregunto así mismo."¿Quien eres tu?, dijo.

Emili dio un paso hacía atrás y respondió con nerviosa. "hay que importa quien soy, ya he cumplido así que Umeira vamos hay que irnos", dijo con tono apresurado. "¿?, ¡Oh, no yo creo que no!, ¡oye, tú!, tú no te vas me atacaste" dijo Eliot señalando a Umeira."¿?... Todavía estoy un poco cansado, pero ya no mucho, pero ¿por qué será?", se dijo así mismo Eliot.

Emili se pone enfrente de Umeira. "ella se va conmigo ahora, ya la liberé, pido disculpas por lo que hizo", inclina la cabeza en señal de disculpa. "Así que adiós".

Ella se apresuró a retirarse, pero sin embargo, justo cuando estaban a punto de irse, Emili escuchó la voz de Eliot detrás de ella. "¡Alto!", gritó Eliot. "Tú no te vas a ninguna parte tú también vienes conmigo". Ella se quedó perpleja ante lo que el dijo, reclamando, "¡Espera que!" Y Umeira con una expresión de confusión pregunto. "¿Por qué?.

De repente vino una chica con pasos apresurados y se dirigió hacia Eliot. "Emperador estás bien traje a los guardias", dijo con tono de preocupación, pero de repente su atención se desvío y miró a Emili, y ¿Ella quien es?.

Eliot trató de disimular su desconfianza. "Nara que haces aquí", le dijo con una voz cortante. "Estaba preocupada por qué últimamente su majestad ha estado muy débil" dijo Nara. "Párese que estás bien que alivió", "si estoy bien Nara", dijo. Rápidamente, él dirigió su mirada así dónde estaba Emili. "Guardias escolten las y lleve las al palacio".

Emili se sorprende. "¿Que?, un gracias por sal...", de repente me calle ya que lo había besado en los labios, pero no pude resistirme a hacerlo, pensó. "olvida de lo que iba a decir... pero en fin, yo no voy con nadie a ningún lado.

Con un chasquido, escondo a Umeira en su sombra, se alejó corriendo para que no la atraparán. Eliot observa como ella se va corriendo. "Oscuro", grito. Los guardias oscuros aparecieron rápidamente como si de magia se tratará." Si su majestad", respondieron con educación. "atrapen la y llévalas al palacio", dijo Eliot sonriendo. "¿Por qué quieres atrapar las", dijo Nara, tratando de esconder su desacuerdo. "Por nada", contestó Eliot. El se subió al carruaje que le habían traído y se marchó.




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