Me arrastraron a un mundo desconocido

Capitulo 10... Los poderes nuevos.

Ya en la cafetería, comimos postres deliciosos. Yo siempre miraba a la pequeña y sentía un amor inmenso y una ternura por cómo ella comía siempre le limpiaban la comida de su pequeñas mejillas. Una hora después, salimos y me percate que su ropita era muy vieja. Entonces, la agarré y entramos en una tienda de ropa. La puse a que se probarse ropa. El dinero no era un problema; en mi mundo no lo podía hacer, pero aquí sí. Todo lo pagué con los billetes clonados que sacaba a escondidas y le pagué a la señorita. La señora me dio el cambio. En eso, la señorita que atendía me dijo algo que se me quedó en la cabeza: "Su hija se parece mucho a usted. Es muy hermosa". Yo solo asentí con la cabeza y miré a la pequeña, observando cómo ella sonreía y daba vueltas, jalando de la mano a Umeira.

Emili se acerca a Mariham y la levanta entre sus brazos luego se dirige al sofá Serca de la vitrina.

Emili: —se sienta con Mariham en su regazo— y ¿Tienes hermanos?.

Mariham: —le empieza a acariciar su pelo mientras habla— Sí, se llama Lucas.

Emili: —ella la mira con ternura— ¿Cuántos años tienes, Mariam?

Mariham: Yo tengo 4 años.

Emili: Eres una niña muy lista, ya hablas muy bien.

Se acerca la señorita que nos atiende:
"Aquí tienen la ropa que compro" dijo.

Emili: —ella agarra las bolsas—Muchas gracias.

(La vendedora se va)

Emili: Mariham. Y tus papás, ¿Dónde están? Y qué hacías tú sola en esa fuente.

Mariham: —Ella se pone nerviosa y juega con sus deditos—. Pues mis padres están en casa, y me fui sola porque mi casa no está tan lejos —(desearía que fuera mi mami).

Emili: —Ella mira a la nena, viendo que algo anda mal, por alguna extraña razón ella escuchó que dijo algo más. —¿A caso dijeste que quieres que sea tu mamá?.

Mariham: —La pequeña se sorprende—. Yo no dije nada de eso.

Emili: Pero lo dijiste. —Voltea a ver a Umeira.

Umeira: —niega con la cabeza.

Emili: (Qué raro, juro que la oí decir eso).

De repente, un toque punsante y una tensión en la cabeza, era un dolor insoportable. Llevé mis dos manos hacia mi cabeza y me levanté de mi asiento de repente empezaron a sonar muchas voces dentro de mi cabeza eran incesantes y el dolor punzante acompañado con un mareo. Las voces no paraban, eran tormento.

Umeira: "¿Estás bien?".

Yo no podía escuchar bien. Con voz entrecortada le dije que si, sin saber que fue lo que dijo. .iré con paranoia a mi alrededor los labios de las personas no se movían, pero podía escuchar muchas voces, Salí corriendo de la tienda sin tener en cuenta de que había dejado Umeira y a Mariham, el rudo no paraba el mareo era muy fuerte. En una de las muchas bullas, escuché: "Ahí está, ya la vi". Parece que alguien nos estaba siguiendo. En eso, quise ver quién era, pero no podía darme cuenta porque las voces en mi mente eran agobiantes y el dolor de cabeza se hacía cada vez más intenso, ya no pude aguantar, corri desespera a un callejón para alejarme del bullicio, ya en el callejón me recosté en la pared.

Emili: —Muy cansada y con náuseas, con la respiración agitada—. ¿Qué fue todo eso? Tengo que calmarme y controlarme —estaba agitada, me obligue a calme, inhalando y exhalando— Mejor le digo a Umeira que nos vayamos, porque ya no lo voy a soportar, aunque quería estar más tiempo con la pequeña.

Me di ánimos para aguantar y regresar, camine un poco cuando de repente me tope con alguien que iba entrando al callejón. Era un chico, un poco más alto que yo, tenía una capa que le cubría el rostro y el cuerpo. No le tomé importancia ya que estaba con náuseas, tomé la fuerza necesaria y pasé delante de él. De repente, sentí que agarró mi brazo, apretando lo con fuerza.

Emili: —solte un gemido de dolor— ¡Ay! ¡Oye, tú! Suéltame.

??: —con un tono enojado, y confundido— Espera, tú... me resultas familiar.

Emili: —ella se molesta y con sarcasmo— ¡ash!... por qué últimamente, a todos los desconocidos se les hace familiar no lo entiendo. ¿Y tú quién eres?

De repente, él se bajó el gorro de la capa, lo ví a los ojos y luego lo ví de pies a cabeza y me di cuenta que el era pelirrojo, con unos ojos color azul, sus rasgos eran refinados lo que me hizo sospechar. Jalé mi mano hacia arriba y luego en un movimiento brusco hacia abajo para soltarme.

Emili: —sobándose la mano, y dirigiendole una mirada fulminante— No sé con quién me estás confundiendo, pero ya me cansé de que me digan eso... Mejor piérdete.

??: —(No sé por qué, pero me la voy a llevar para averiguar por qué ella se me hace familiar) se dijo así mismo. Sacó una espada.

Emili: —Ella lo escuchó—. ¿Qué eres un pervertido o qué? ¿Me quieres llevar solo para averiguar? Solo porque te parezco familiar.

??: ¿Cómo es que me escuchaste si no lo dije en voz alta?

Emili: —ella se sorprende, y trata de disimular su incertidumbre— Bueno, tienes una espada. No hay que ser adivinos... Como quieras, yo me voy.

??: Espera.

Él trató de agarrarla, pero esta vez ella rápidamente le agarra brazo el brazo con un movimiento rápido coloco el brazo de el arriba en el hombro lo levanto detrás de su espalda y lo tiró así adelante. El callo al suelo dejando escapar un quejido de dolor, el soltó la espalda al caer así que, ella aprovecho a quitarle su espada.

Emili: —con una sonrisa triunfante— ja, Por gusto tienes la espada. Es hermosa, pero no tiene un buen dueño.

me burle y Me alejé de el, en eso escuché que alguien venía, me voltio a ver quien era, para mí sorpresa era Umeira, me acerqué a ella.

Umeira: —con pasos apresurados se acerca a Emili— ¿Estás bien? Pude sentir tu dolor, por eso me apresuré a buscarte, pero no pude alcanzarte.

Emili: —le pone una mano en el hombro— Sí, estoy bien. Será mejor que nos vayamos, estoy un poco cansada.

Umeira: —ella mira de reojo al hombre tirando en el suelo— ¿Quien es ese tipo?

Emili: —encogiéndose de hombros— no tengo la menor idea, creo que es un pervertido.... Espera dónde está Mariham —ella se exalta— la dejaste sola en la tienda de ropa.




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