Me convertí en el mayordomo de la villana

Juramento de un hombre

Kijiro escucho la orden de la niña que tiene los ojos llorosos y se encuentra bastante feliz con una evidente admiración. Sintió en el estómago un fuerte impacto retorcido y contesto — Layla, seré tu mayordomo personal y espero cuidarte siempre — Dijo con amabilidad en la voz y viendo directamente a los ojos de la niña.

 

Layla escucho la afirmación de Kijiro y rápidamente lo abrazo fuertemente en un arranque de emociones descontroladas, pero inmediatamente se alejó con la cara sonrojada echando humo de la vergüenza.

 

Kijiro vio todo esto y pensó que los niños en este mundo son muy precoces, además también tienen una fuerte aura de mini-adultos.

 

Muy exótico ese retrato qué tiene su rostro y volteó para arriba para verlo mejor, realmente es muy guapo.

 

Layla observo como Kijiro miraba con asombro y curiosidad el techo donde tiene un retrato del niño y se sintió muy avergonzada en este momento quería que la tierra se abriera y sé la tragara.

 

Kijiro hablo repentinamente — Layla esa extraña imagen se parece mucho a mi rostro y dime soy yo, no hay problema que lo tengas y nada de eso, pero olvídalo — Dijo con sospecha y viendo directamente la extraña imagen del mismo.

 

Layla escucho y rápidamente hablo — Siempre recuerdo a Kijiro y me salvo de un destino muy cruel, además es mi único amigo y ahora mi mayordomo — Dijo con los ojos suaves.

 

Kijiro escucho las palabras suaves de Layla y trato de no molestarse por estas cosas extrañas de niñas fanáticas. Poco después se acercó a la niña pequeña qué tiene la cabeza gacha y las manos temblando del miedo, la tomo de la mano derecha y hablo — Layla, vámonos a comer y tu papá me entregará una habitación para vivir aquí contigo — Dijo con calma y sonriendo con complicidad al ver la cara feliz de la niña.

 

Layla tenía la cabeza gacha y al sentir que la toman de la mano rápidamente subió la cara para ver que pasaba y vio la sonrisa más hermosa de todas, además escucho música para sus oídos y solo asintió tontamente para ser guiada por Kijiro.

 

Después de unos momentos ambos lograron llegar a la cocina y vieron una enorme mesa llena de comida exótica y deliciosa, además a los alrededores ya había dos personas sentadas esperándolo aparentemente.

 

El señor Nessro al ver llegar a los dos niños hablo — Bien, vengan a comer — Dijo felizmente señalando con los ojos dos asientos libres.

 

La señora Nessro escucho los pasos de los niños y levantó la mirada para ver al nuevo mayordomo y replicó con molestia — ¡No! ¡No quiero que un mero mayordomo huérfano coma en esta mesa! ¡Somos nobles y esa cosa es peor que la suciedad, solo miradlo! — Dijo señalando con el dedo largo y pintado de rojo a la ropa demacrada de Kijiro.

 

El señor Nessro notó la vergüenza del niño señalado y hablo — Sirvienta, quiero que lleves a cambiar de ropa y sea presentable este niño — ordeno con fuerza y una joven sirvienta se acercó rápidamente con mucho miedo evidente.

 

La sirvienta tomó la mano del niño desconcertado por toda esta situación y se dejó arrastrar por ella a donde sea que le quiera llevar.

 

Después de unos momentos que sirvienta y niño salieron de la vista la mesa quedo en un silencio sepulcral y nadie hablo, todo esta en una atmósfera aburrida y fría.

 

Hasta que dentro de unos minutos se escucharon los pasos apresurados de dos personas y se reveló aún cambiado Kijiro qué ahora mismo parece un buen mayordomo.

 

Kijiro se sintió avergonzado de que esta sirvienta de quince años de edad lo desnudara a la fuerza y lo bañara, lavo con mucha dedicación todas las áreas de su cuerpo y se sintió abusado, pero como un hombre en su vida pasado cerro los ojos por esta humillación qué no podía parar, simplemente esperando que terminará rápido y salir de este manicomio de baño, además se juro que jamás dejaría que está niña pervertida con fetiches problemáticos lo volviera a tocar o el la mataría.


 

No quería pensar que hubo algunos niños pequeños que sufrieron estas cosas de la loca, pero si lo hicieron solo la asesina.

 

La sirvienta decidió desnudar con fuerza al niño de seis años de edad y vio que las mejillas blancas pálidas están sonrojadas junto a la carita tierna de un color rojo sangré y vio como cerraba los ojos con fuerza. Ella una mujer de quince años de edad sintió una sensación de dominación y deseo al ver esta situación, nunca había sentido este deseo de molestar aún niño tanto como a este y velozmente toco las partes de Kijiro con calma y delicadeza, viendo que el niño se asustaba con pequeñas lágrimas saliendo de los ojos cerrados decidió qué es suficiente y dándole una sacudida lo baño rápido.

 

Después de unos momentos lo vistió con un traje de mayordomo y lo tomo de la mano para llevarlo de nuevo a la mesa donde sus jefes están comiendo. Sintió una extraña emoción indescriptible y llena de lujuria al saber que podía acosar a este niño y molestarlo tanto como ella quiera, después de todo es un simple huérfano sin nombre y puede abusar tanto como ella quiera sin tener problemas hasta matarlo, recuerda como torturó hasta la muerte a uno de los hijos de una anciana sirvienta y esta lloro mucho, pero nunca hizo nada por el miedo al ser corrida, no la mires únicamente con quince años ella es la jefa de las sirvientas y recipiente de un noble menor.

 

Kijrio vio que habían logrado llegar a la mesa y le dio un fuerte jalón a la mano de la loca para que está casi caiga de frente y la vio mirándolo con esa mirada sucia llena de deseo de abusar.

 

Él recordó qué está sirvienta de mierda por órdenes de la madrastra perra torturó todos los días a Layla hasta volver loca a la niña y su padre nunca estaba presente, pero cuando estaba aquí nunca hacía caso a las quejas de Layla y esta ennegreció, algo que nunca dejaría que pasara no cuando esta acá con ella.




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