¿me darías un último beso?

5. Cena con la Duquesa de Gales

“Un amor como el sol y la luna, que, a pesar de la distancia, se tienen el uno al otro. Que, a pesar de sus diferencias, se aceptan tal y como son. Y juntos forman un eclipse perfecto.”

 

“Dennis”

Te invito un café, princesa —D

 

“Kimberly”

Claro, ¿a qué hora?

 

“Dennis”

Eh…

¿Me vienes a buscar a la puerta? Los de seguridad no me quieren.

 

“Kimberly”

Si ahora bajo, son algo exigentes

 

“Dennis”

Son feos…

 

“Kimberly”

No son feos son… No lo se

 

“Dennis”

Son feos

 

“Kimberly”

Uno es guapo

 

“Dennis”

Yo soy guapo. Grr

 

“Kimberly”

También.

 

Ver todos los mensajes de Dennis realmente me dieron risa, no podía verlo, pero me imaginaba su rostro como si de un cachorro regañado se tratase. Sali del cuarto cerrando este con el seguro electrónico para poder bajar e ir hacia la entrada. Cuando llegue a la sala me percate que mi madre no se encontraba aquí y aparentemente estaba sola lo cual agradecía necesitaba algo de paz, aun que recordaba que esta noche estaba una subasta para recaudar fondos a un orfanato y lo sabía porque había insistido que fuera cosa de la que me negué desde el primer momento. Tome mis cosas y salí de casa caminando hasta la entrada del complejo, al llegar salude a los de seguridad viendo a Dennis— Señor—

 

Pude ver la sonrisa de Dennis al percatarse de mi presencia tenía una bonita sonrisa, a decir verdad, este camino hacia mi dirección saludándome con un beso en la mejilla— Hola princesa— Murmuro aun con esa bonita sonrisa en su rostro— ¿Me dejas entras a tu casa?

 

—Hola— Fue lo único que dije observándolo a los ojos, al escuchar su pregunta asentí sin dudarlo y seguramente muchos me dirían loca, pero me sentía segura con el— Claro vamos.

 

Comenzamos a caminar con tranquilidad y en silencio no sabía si había una razón en particular para no hablar, pero simplemente así estábamos ya que fue el, el primero en romper este— ¿Qué te gustaría hacer? — Dennis comenzó a mirar los alrededores soltando un silbido— Bueno… No sabía que estaba intentando conquistar a la duquesa de Gales— Cuando estábamos por entrar a casa pudimos notar alguno de los vecinos mirando como si vieran a un asesino serial— Buenas noches, no soy un gigolo por si se preguntan— Dijo el contrario prácticamente gritando, haciendo que se fueran apenados y por mi parte consiguió hacerme reír.

 

—No soy la duquesa de gales— Digo riendo, mirando la expresión de mis vecinos —Mi papá nos dejó esta casa cuando se fue a vivir con Marisa creo que es su forma de pedir perdón no lo sé— Murmuro abriendo la puerta —Mi mamá no está, creo que está en algo de beneficencia y mis hermanos digamos que mucho no viven aquí—

 

Deje que entrara primero y este se quedó mirando todo, como si analizara hasta el último detalle de la casa— Interesante… ósea que estamos solos esta noche— Murmuro sonriendo, aunque luego soltó un suspiro el cual me confundió un poco— ¿Quieres que cocinemos algo?

 

—Si, aunque creo que debe a ver algún empleado despierto no lo sé la verdad, seguro ya se fueron a dormir— Digo sonriendo —Hum digamos que la cocina no es mi mayor fuerte— Mis mejillas tomaron un color rojizo sin sabes el motivo de esto, algo raro en mi era sonrojarme.

 

—Menos mal, no hay que molestarlos, ya es tarde — Dijo encogiéndose de hombros— El mío tampoco, pero unas pizzas no nos vendrían mal.

 

—Mi yo de cinco años no estaría de acuerdo contigo— Digo riendo, aunque siendo honesta mi yo de 18 años tampoco estaba muy acuerdo con el pero ya que. —Me gusta la idea, ven ayúdame averiguar dónde están las cosas para hacer una pizza—   Sonrió tomando su brazo jalándolo hacia la cocina.

 

—Eres una niña— Murmuro con diversión mientras caminamos hacia la cocina. Al llegar comenzó a buscar en las alacenas — ¿Todo esto comen?

 

—Cállate — Murmuré riendo mientras lo ayudaba a abrir el resto de las alacenas— Algo así, hace unos meses mis hermanos estaban viviendo aquí y todos comemos cosas diferentes, aparte siempre debe haber comida por si se nos antoja algo— Dije con suma naturalidad buscando hasta encontrar un paquete que parecía harina— Creo que encontré la harina.

 

—Cállame — Soltó una carcajada mirándome de reojo negando— Sigue siendo demasiada comida innecesaria— Dijo mientras el buscaba el resto de las cosas que íbamos a necesitar— Bien ahora ¿Una batidora y un bol?

 

Sonrió dejando un sonoro beso en su mejilla — También comen los empleados y lo que queda mi mama insiste en donarlo ya que no quiere tirar la comida — Dije con tranquilidad mirándolo — Hay que buscar sinceramente solo vengo a la cocina a buscar algo de la nevera o cuando la comida esta echa—

 

Asintió mientras me miraba algo perplejo por el beso en su mejilla— Vale, ya entiendo — Carraspeo negando con diversión — Eres una niña mimada sin remedio — Se burlo mientras buscaba la batidora, cuando la encontró coloco todos los ingredientes para dejar que la batidora hiciera su trabajo mezclando.

 

—¿Apoco te acabas de dar cuenta? — Dije riendo mientras observo y sigo cada uno de sus movimientos— Vaya pensé que se hacía de otra forma. —

 

Rio negando mientras se cruzaba de brazos apoyándose en la mesada mientras esperábamos a que la masa se terminara de hacer— Es fácil, ¿viste? — Estiro su mano acariciando mi mejilla suavemente — Vale, cuéntame ¿Tienes algún hobby?

 

Me quede mirando la masa hasta que escuche su pregunta y asentí con la cabeza con orgullo— Soy modelo— Digo tranquila— ¿Y tú?

 

—Pues tocar la guitarra— Rio leve y se quedó mirando— Eres muy bonita, tienes mucho para ser modelo.




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