Me Enamoré de un Dragón 2

Paseo por Geldor

Adley hablaba con Derek y Romina sobre la ceremonia de unión. Adley insistía en que se llevara a cabo en dos días, pero Derek se opuso. Romina apoyó a Derek para evitar que las cosas se pusieran incomodas. Una vez terminada la conversación, Derek y Romina fueron por los alrededores de Geldor para que ella pudiera familiarizarse más con el lugar, las flores de los árboles estaban abriendo sus capullos y el cielo despejado, las criaturas llamadas “vida” lanzaron algo de escarcha dorada de sus alas sobre Derek y Romina, contenta, sujetó el brazo a Derek para caminar más apegada a él, ambos cruzaron un caminito de pétalos, los dragones que se encontraban en el lugar hacían reverencia ante Derek y Romina y los más veteranos sacudían los árboles golpeando con sus colas para que cayeran las hojas como presente para la futura reina de Geldor.

Romina feliz reía de emoción mirando a Derek con unos ojos de risueña, su sonrisa brillante le hizo recordar el sonido de aquella sonrisa de la persona que se le presentan en sueños, la humana que no puede ponerle un rostro.

- Geldor es muy hermoso, es igual que mi hogar, siento que estoy en casa y contigo a mi lado se siente aún más especial. - dice Romina-.

-Me alegro de que te sientas cómoda aquí. Si vas a liderar Geldor y Gelde, deberás familiarizarte con el lugar.

 Romina abraza a Derek, entusiasmada le dice: - Ya quiero unirme contigo para siempre, quiero vivir aquí. Me siento amada por todos empezando por tu madre, le agrado muchísimo. Oye ¿Dónde está Sebastian? quiero verlo, debe estar más maduro y muy parecido a ti. - pregunta Romina-

-Lo veras pronto. Recuerdo que tú y Sebástian se llevaban muy bien. – menciona Derek-

- Si. Él era el único que jugaba conmigo cuando mi padre visitaba al tuyo, en cambio tú siempre me ignorabas, te la pasabas haciendo una manualidad humana, dijiste que era… ¿una pulsera de colores? Lo gracioso es que no te salía y la volvías hacer. Te observaba en secreto.

- ¿Una pulsera? No, no lo recuerdo. - A Derek se le vino un breve recuerdo borroso de una frágil y pequeña muñeca que llevaba puesta la pulsera y la silueta de la portadora de la pulsera, era una pequeña figura humana. La voz de Romina lo hizo volver.  

- Y ¿cómo esta Sebastián? la última vez que lo vi estaba destrozado por lo que sucedió con Beatriz, él la amaba mucho. – Romina vio a Derek con la mirada perdida mirando al piso. - ¿Qué ocurre? Le pregunta.

Derek camina como si nada y le responde. – Sera mejor que no menciones nada de Beatriz.

-   No lo mencionare, solo espero que tú también me ames como Sebastián amo mucho a Beatriz.  – Romina lo abraza por la espalda mientras caminaban, Derek aparta con sutileza a Romina, retomando su postura lejana y fría, y le dice: -Vamos a cazar, ¿te gustaría? Debes tener hambre.

 Romina, entusiasmada, se transforma destrozando el vestido que llevaba puesto. Derek se retira su ropa y también se transforma, ambos se metieron al río para sacar peces. Mientras jugaban en el agua. Derek recuerda vagamente la silueta de una humana de cabello negro largo riéndose, la cabeza de Derek comenzó a doler, sus ojos azules parpadeaban como un foco haciendo circuito. Romina, preocupada, toma su forma humana al igual que Derek- ¿Qué te sucede? ¿Derek?

- No ocurre nada, solo estoy cansado. – le coloca su chaqueta encima para cubrirla. – ve a cambiarte al castillo.

Derek se viste, se sienta por un momento mirando al rio, recordaba la imagen borrosa que se le había atravesado en la mente, de una chica bañándose en el rio, la espalda pálida cubierta por cabello mojado color negro.

- Así que ya regresaste, querido hermano mayor. -   dice Sebastián, en tono de burla.

- ¿No vas a abrazarme?

Derek lo vio con cara de asco. – Veo que andas enérgico como siempre. ¿cuidaste de Geldor bien en mi ausencia?

- Veo que tu tampoco cambiaste ni un poco, seco y poco amistoso, dime ¿es verdad que escogiste compañera?

- Derek suelta un suspiro. - Si. Es nuestro deber tratar no extinguirnos, solo queda ansíanos y uno o dos jóvenes.

- ¿así que lo hacer por supervivencia? Dice Sebastian- admirado que Derek terminara aceptando a Romina.

- Lo lamento por no ser un romántico como tu hermano, hasta Romina esta impresionada de tu gran corazón.

- ¿Eso te dijo? Es una gran dragona, cuídala. Y bien… ¿dónde está tu compañera?

- Ya debe estar de regreso, se está cambiando en el castillo.

Romina aparece de sorpresa, saltando sobre la espalda de Sebastián tapándolo los ojos con sus manos. El aroma de Scarleth llego a ambos, Sebastian ríe y le dice - Romina, estas más pesada. Ha pasado mucho tiempo sin verte. Déjame verte. – se baja de la espalda de Sebastián y se pone al frente de él. – hasta mejorado con tu aspecto te ves más madura.

- Gracias, lo mismo digo de ti. - Dice romina.

- Sebastian se acerca al oído de Romina y le dice ¿Dónde has sacado el vestido? – huele raro.

- Adley me lo prestó. Dijo que Luna los coleccionaba.  -responde Romina.

En medio de la conversación Selyx aparece preocupado.

- ¿Qué sucede Selyx? – pregunta Sebastian-

- Mientras merodeaba los alrededores de Geldor, vi algo que nunca hemos visto antes, eran dos humanos escalando la montaña.

- ¿Qué? ¿Cómo es posible? El lugar es alejado, bien aislado de los humanos. No podrán escalar tanto, la montaña es gigante y sin alas no llegaran. Dice Sebastian. 

- Dragon Selyx, temo que los humanos estén explorando el lugar para invadirlo.

Derek lanza un sonido de burla con desprecio. - ¿invadir? Gracias por avisar Selyx. Yo me encargo – Sebastián detiene Derek y le dice - Deja que yo me encargue.

- No. yo tengo algo pendiente con esos humanos. Esta y las futuras peleas con ellos son mías. Hoy se acaba este miedo absurdo ante esos seres inferiores e inmundos



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En el texto hay: fantacia, romance, ficcion

Editado: 09.09.2024

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