Me Enamoré de un Dragón 2

Inquietud

Scarleth espero que anocheciera, abrió la puerta y se aseguró que nadie la sorprendiera esta vez. Todo estaba desolado, solo se encontraban los vigilantes en las torres, Scarleth les sonrió nerviosa al ser descubierta por ellos, le hizo señas que guardaran silencio y su plica de que no la delaten y ellos agacharon su cabeza y obedecieron. Scarleth se le erizo la piel al ver como la obedecieron, aun no se acostumbraba a que ella los dirigía junto con Henrry. – soltó un suspiro – rayos pensé que tenía que correr. ¿dónde quedo la adrenalina? – tomo una camioneta y se dirigió hacia el norte, mientras más se adentraba hacia esa dirección la maleza de las platas no la dejaban ver, la camioneta se quedó estancada en el barro, pago las luces de los faros y tomo las balas de la gaveta con la pistola que trajo, se bajó a ver y encendido la linterna, en el barro vio muchas pisadas de los trocotrons. Camino hacia a delante y vio un osito de peluche estropeado en el barro, mientras más avanzaba el olor a muerto era más intenso y se topó con los cadáveres de las personas. 

Horrorizada se cae en el barro recordó el ataque en la playa y los cadáveres. Siguió avanzando con más cautela, escucho el crujir de alugas hojas y cada vez le espeluznaba estar dentro de ese lugar lleno de plantas altas, la hacían sentir en desventaja al no poder bien a su alrededor.

El olor a muerto comenzó a disiparse, cambiando a un olor más familiar, a humedad, escuchó el fuerte sonido de agua, el suelo estaba más resbaladizo y las rocas que se encontraban por todo el lugar estaban cubiertos por líquenes y verdín entre otras especies verdosas en las paredes de las rocas y piso.

 siguió caminando y la iluminación de la madrugada comenzó a alumbrar, el camino había culminado, al final de su camino estaba una gigantesca cascada que la mojó por completo por la salpicadura. Agotada de caminar por horas se recuesta en el piso cubierto de barro.

  • Llegue al fin, pero ni siquiera hay troncotros. Esto es extraño.
  • ¿me equivoque de camino? O ¿tal vez ya se fuero?
  • No lo creo, allí estaba los cadáveres. ¿qué paso aquí? ¿Quién los llamo?

Scarleth se quitó el chaleco del calor, abrió su blusa y rodeo la gigantesca montaña y encontró un termo azul estropeado y hundió con agua en él, bebió un sorbo del agua y luego más allá encontró un pedazo de un arnés.

  • ¿Qué paso? ¿Alguien estuvo escalando… pero se le rompió esta vaina y se jue de jeta? Pero no hay nadie. A lo mejor se salvó.  
  • Es tranquilo el lugar, pero algo lejano y desolado. – pensó- se acercó a una roca gigantesca que tenía una abertura algo estrecha pasa caminar, pero si cabía agachándose, alumbro con la linterna y llevaba por dentro de la montaña, el camino tenía gradas hechas de la misma roca, más altas que la otras, llenas de humedad y resbalosas que conducían a un lugar.

Cuando envolvía sus manos con una venda para no lastimarse en las rocas para entrar por esa abertura pequeña. Las aves de los árboles salieron volando como en una película de terror, Scarleth observo a su alrededor, empezó a sentirse vigilada, saco el arma que traía en su espalda e intento refugiarse en la abertura, pero justo una sombra la cubrió por completa de la luz del sol y el piso tembló en cuantos sus patas toparon el suelo.

  • ¿Adónde crees que vas…humana? – le habla una voz grave oscura. Una voz irreal para sus oídos, pero inconfundible para ella, su cuerpo se congelo por completo, saca la pierna de la abertura y regresa a ver. Al verlo directamente con sus propios ojos, frente a ella, una lagrima rodo por su mejilla. él la miraba amenazante con sus alas extendidas, enseñando sus dientes afilados muy cerca de su cara, demostrando autoridad.

Derek desconcertado al no percibía el miedo de la humana, la mira fijamente retándola y le lanza un rugido desafiante, esperando que ella huyera para cazarla y devorarla como cualquier presa, pero en lugar a ello, Scarleth extiende su mano intentando tocarlo, para ver si el dragón era real. -dime… ¿estas vivo? O solo es una falsa esperanza creada por mi mente llena de culpa.

Derek fijándose en la cara de Scarleth recordó el rostro de Lira y le resultaba algo parecida y al mismo tiempo diferente, el color de sus ojos violetas a color ámbar y las orejas puntiagudas a orejas pequeñas como los humanos lo confundían.  

  • Las palabras de Derek no atravesaban a los oídos de Scarleth como si estuviesen impermeabilizados, le era imposible captar las amenazas por la impresión, ella comenzaba a dudar si ella estaba en ese lugar o solo era un sueño más, de los tantos sueños que aheleaban que fueran reales.
  •  ¡Los humanos como tú, no son bienvenidos aquí! Despreciable humana Derek estaba listo para quemarla viva, hasta que Scarleth con la voz quebrada dijo su nombre - ¿Derek?… ¿eres tú?
  • Responde.

Derek trago el fuego que expulsaría para quemarla, su cabeza empezó a doler, su nombre retumbaba como ecos. – Esa voz… esa voz. La voz que no podía ponerle un rostro sonaba igual a la humana que tenía al frente. Su cabeza mareada se resistía hacerla daño a pesar de que su objetivo era eliminarla, algo le impedía eliminarla.



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En el texto hay: fantacia, romance, ficcion

Editado: 09.09.2024

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