Me Enamoré de un Dragón 2

Inesperada Visita

Derek se ocultaba entre los árboles para que Scarleth no pudiese verle. (¿Esta humana me conoce? Ella dijo mi nombre) – pensó- Scarleth espero por horas a ver si Derek aparecía, pero no apareció. Casada de esperar decide regresarse por donde vino, cruzó nuevamente los huecos y cavernas húmedas hasta llegar a la camioneta donde se había atascado en el lodo, pone en marcha a funcionar las cuatro llantas para sacar las ruedas traseras y toma la carretera.

Derek la siguió desde los aires sin que ella se diera cuenta, le preocupaba que ella estaba casi cerca de conocer el paradero de Geldor e intento prenderle fuego desde arriba al vehículo, pero no pudo, algo le impedía hacerle daño, algo que ni él podía entender por qué ese sentimiento, mientras volaba recordaba el rostro de Scarleth y su voz, aquella voz que llamo por su nombre era la misma de sus sueños.

Scarleth conducía llorando de felicidad, no podía creer que Derek estaba vivió, se pellizco así misma el brazo creyendo que estaba soñando, por más duro que ella apretaba sus dedos contra su piel ella seguía conduciendo en la misma autopista. Muchas emociones la atacaban, su pecho dolía, no podía evitar sentir culpa de que saliera lastimado por ella, peor lo que más le dolió a Scarleth fue la mirada hostil de Derek y sus palabras.

- “¡Los humanos como tú, no son bienvenidos aquí! Despreciable humana”. – se le vinieron sus palabras-

- ¿Ahora me vas a tratar así? Como si fuera una extraña, como si nunca nos hubiéramos conocido. -La tristeza la invadía que no podía contener las lagrima, recordar la furia de sus ojos y cómo Derek la atacó como si fuese una enemiga, las palabras llenas de frialdad la hizo traer recuerdos del Derek de hace dos años, el Derek que la llenaba de besos y acaricias, el Derek que la hacía sentir segura, la dueña de su corazón.

  • No. ese no eras tú, aunque te lastime, aunque te diga mil cosas hirientes tu nunca te enojabas conmigo siempre te mostrabas sereno y buscabas la manera de que te perdone aun si yo era la equivocada. Perdóname, Derek, creo que te confundí con alguien de tu familia.
  • Scarleth ignoraba el hecho que en verdad él la olvidó.

Scarleth llego a las puertas de la fortaleza, Derek descendió a una distancia considerable de la fortaleza, entre las palmeras se ocultó y transformó en humano, piso con sus pies sobre la arena tibia, el sol del atardecer lo encegueció, todo el cielo se tornó de color anaranjado. Derek miraba la playa, el mar y las paredes de la fortaleza y luego vio a Scarleth por la ventana del vehículo limpiando sus lagrima. Su pecho se volvió estremecer.

Scarleth ingreso con el vehículo a la fortaleza, mientras que Derek se quedó oculto viendo el lugar que le parecía tan familiar y al mismo tiempo desconocido, camino por la playa y una imagen apareció en sus recuerdos, era el rostro asustadizo de una muchacha sujetado un celular en su mano con la linterna encendía, diciendo. – “¡Oye! Oye, disculpa. Tú, muchacho, son las nueve de la noche, no es prudente que nades a estas horas” aquella jovencita era la misma.

Otra imagen lo invadió, era Scarleth en el suelo frunciendo la nariz y con un gesto de dolor sobándose el pie, él cargándola sobre su espalda.

Sumergido en sus recuerdos no se percata que uno de los vigilantes de la fortaleza lo estaban viendo. Por los alta voces le dice. - ¡alto ahí! Esta zona es privada, no puedes caminar por aquí. Identifíquese.

Derek corre ignorando al vigilante y se pierde nuevamente por las palmeras, se transformar y vuela de regreso a Geldor.

  • Hijo, me tenías preocupada, ¿adónde fuiste? –

Derek fatigado y adolorido de la cabeza, responde. – Solo salí a dar una vuelta, necesito descansar.

A la mañana siguiente las cosas se mantenían igual, como un día normal para Scarleth, lleno de trabajo y preocupaciones. Margaret se mordía las uñas de la ansiedad pensando en el estado en que Scarleth llego ayer, cubierta de lodo y con los ojos y nariz rojos y la mirada perdida y pidiendo disculpas a la nada aferrada a los brazos de Margarte lloro más hasta quedarse dormida. Henrry y Margaret intentaron conversar sobre el asunto, pero Scarleth respondía la misma versión varias veces. - solo fui a patrullar la zona y me caí. Eso es todo.

Y ahora verla trabajar al día siguiente como si nada, le preocupaba a Margaret, se acercó y apego su frente a la de ella. – ¿Qué sucede? pregunta Scarleth sorprendida.

  • M: Nada solo estaba verificando con mi frente si no tenía fiebre y si tuviera un detector de problemas de lo incrustaría para que me revele que es lo que te pasa.
  • S: ¿Fiebre? Pues… no jaja, estoy bien.
  • M: ¿bien? ¿Dices estar bien? Te parece normal haber llegado ayer toda cubierta de barro con los ojos hinchado y llenos de lágrimas, con la mirada perdida, no hablaste nada ni nos contaste nada, luego al día siguiente te sientas a trabajar como si nada hubiera pasado con una estúpida sonrisa más falsa que las uñas postizas de Karen y dices estar bien.



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En el texto hay: fantacia, romance, ficcion

Editado: 09.09.2024

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