Me Enamoré de un Dragón 2

Buena fingiendo

Aún faltaba cuarenta minutos para las seis de la tarde y Scarleth aun dudaba ir a encontrarse con Derek, temía mucho de lo que pudiese suceder si lo veía una vez más, como olvidarse de las advertencias de Selyx y correr abrazarlo, a pesar de que Scarleth estaba consciente de que detrás de esas mentiras que dijo Seleyx sobre que algo podría ocurrirle a Derek, estaba Adley. quería insistir más y meterse en la relación de madre e hijo. – Puede que sea mentira todo, pero lo que si fue cierto es que continuar con esto es peligroso para mí y para él. Scarleth guardo su pistola en el cinturón y se cambió la blusa del trabajo a una camiseta con una abertura a la espalda, para el calor, se ató el cabello a una cola alta.

En cuanto salió de su habitación se encontró con Margaret a fuera de su puerta, ambas se quedaron viendo sin decir ni una palabra, el ambiente se tornó incomodo. Scarleth cerró la puerta y pregunto algo incomoda. - ¿Me buscabas?

Margaret avergonzada, dice – sí. viene a llevarme tu alfombra, por mi culpa bebimos en tu cuarto e hicimos un desmadre y fui quien vomito sobre tu alfombra.

  • Descuida ya lo limpie esta mañana. – responde Scarleth.
  • Scar, perdóname por haberte dicho todo eso. Me enoja mucho que no me cuentes nada, eres como una hermana con la que crecí y me preocupas, esa vez que llegaste llorando, pensé que te habían hecho algo horrible y me preocupaste, te fuiste de la fortaleza sin decir nada y justo donde fue una ola de troncotrons.

Scarleth se le hizo un nudo en la garganta, tomo aire para contener las lagrima y abrazo a Margaret. – Te diré, pero júramelo que no dirás nada a nadie. Scarleth abrió la puerta de su habitación, entraron y le conto sobre Derek y lo que había ocurrido. – Eso es todo.

Margaret, la abrazo llorando. – Porque te lo guardas para ti sola. No me imagino como sufriste esos días.

  • Debo irme debo, debe estarme esperando en la playa.
  • Ve, yo te cubriré. Pero ¿Estás segura? ¿vas a seguir fingiendo que no le conoces?
  • Debo hacerlo. Ah, un favor, necesito que apagues las cámaras, no estaré cerca de la fortaleza, pero no quiero que esas cámaras capten nada.

Margaret la ve irse, mientras le daba ánimos. – tú puedes mujer, ve y rómpele el corazón a esa bestia cruel.

Scarleth, camina hasta alejarse suficiente de la fortaleza, al final del escuro camino de playa, al adentrase por las palmeras ve un camino iluminado con velas clavadas en la arena y al final del camino estaba Derek puesto una camisa blanca holgada y arrugada. – (Wao, se ve bien)- piensa Scarleth, tratando de manjar sus expresiones poniendo una cara de fastidio y furia.

Scarleth camina hacia él, con pasos firmes y decidía ahuyentarlo de su vida, confiada de que solo necesitaba un poco de agresividad para terminar todo.

- S: Aquí estoy como lo prometí.

Derek la miraba de una manera extraña para Scarleth, la hostilidad de sus ojos, la mirada profunda e intimidante que siempre suele tener como esa ves en la habitación de Scarleth ya no estaba.

  • Como te dije esa vez, yo no te conozco, en mi vida te había visto. Y era mentira cuando dije que yo había sido quien te atacó, no te conozco y no tendría razón para hacerlo. Si alguien te ataco ve y búscalo y a mi déjame tranquila. Ahora que te he dicho todo sigue tu camino y yo el mío. Y si te me vuelves a meter a mi cuarto o si quiera pises la fortaleza ordeno a mis hombres para te encierren por entrar a zonas restringidas.

Derek deja de prestar atención a lo que Scarleth hablaba, observaba cada gesto mientras ella hablaba – (Sigues siendo la misma que conocí en la playa mientras nadaba, hermosa, tenaz y mentirosa, a mis ojos eres inigualable, no sé qué veo en ti pero me desarmas como aun idiota y permito que me hables de esa manera aun cuando ahora eres solo una humana, una humana que logra cautivar mi corazón aun cuando me sostienes esa mirada fría fingida, mientras lanzas esa sarta de mentiras mirándome fijamente y tus brazos cruzados con los puños cerrados, clavándote las uñas para manejar a la perfección tus emociones).

Scarleth seda cuenta que él no respondía nada. - ¿Qué? ¿ya te asusté? Descuida, no llamare a nadie, pero no vuelvas asomarte frente a mí. Nunca más.

Derek camina hacia ella y Scarleth retrocede. - ¿Qué haces? Vete de una vez.

Scarleth se pone a pensar en comportamiento raro de Derek, sus ojos no apartaban de ella y luego se fija en el ambiente raro lleno de velas. – ¿Qué te sucede? Soy una mujer casada y con hijos, no es apropiado que yo esté aquí. Me voy primero.

– ¿casada? Y sin mí. ¿y Quién te dio el derecho, Scarleth?

Scarleth se quedó paralizada al escucharlo decir su nombre. – (a lo mejor lo escucho de alguien, él no me recuerda).

- ¿El esposo del que hablas es Henrry? Y tus hijos son: Margaret, Steffy y Karen.

Scarleth se le decayó el ánimo y la euforia, se le formo un nudo en la garganta que no le permitía hablar, no sabía si lo que dijo fue conciencia o si él ya recordaba algo, solo podía quedarse pasmada y confundida. Derek camina hacia Scarleth por la espalda, ella se da la vuelta con los ojos rojos.

  • Te dije que no tengo nada más que hab…



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En el texto hay: fantacia, romance, ficcion

Editado: 09.09.2024

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