Me Enamoré de un Dragón 2

Ceremonia

Era un día soleado, Scarleth se estaba dando el ultimo toque poniéndose un poco de brillo en los labios ya puesta su vestido blanco, su cabello suelto lacio y largo, puesta el pasador de piedras blancas que le dio Derek en una caja blanca.

- Scarleth vamos. Dice Margaret.

Scarleth se retira los zapatos para poder caminar en la arena, Margaret la jalaba apresurada de la muñeca, el vestido se estaba cubriendo de arena. Ambas caminaban al lugar contrario donde había quedado encontrase con el padre y Derek. – Margaret ¿adónde vamos? Estoy ensuciando el vestido.

- M: Solo sígueme.

- Margaret no voy a avanzar a llegar a mi boda a tiempo. Scarleth se queda impresionada y sin palabras al ver que a unos metros estaba una boda de sueño.

- M: Derek lo preparo para ti, yo lo ayude con detalles, pero él fue quien pago todo esto y yo supervise. ¿te gusta?

Los aplausos se escucharon por toda la playa. Todos de la fortaleza estaban sentado de extremo a extremo en sillas blancas, vestidos muy elegantes, la música de los violines sonaron, Scarleth caminaba por una alfombra roja larga adornada con pétalos blancos dejando huelas suaves fugases por el camino, el altar decorado con telas y delicadas cortinas que ondean al ritmo de la brisa y allí arriba estaba parado Derek vestido de traje blanco, viendo a Scarleth con sus ojos azules llenos de amor que combinaban a la perfección con el fondo del mar azul. Scarleth toma el brazo de Derek. - ¿Estas asombrado de mi belleza? Dice Scarleth.

- D: Eres la más hermosa a mis ojos y en mi mundo.

- Señor Wiliams Derek Wáng ¿Acepta a Alexandra Scarleth Yépez como su esposa?

- D: Si, acepto.

- Señorita Alexandra Scarleth Yépez ¿Acepta a Wiliams Derek Wáng como su esposo? Scarleth lanza una risilla al escuchar los nombres completos. Y dice.

- Si. Acepto.

Sus labios se apegaron delicada y tímidamente, todos aplaudieron muy emotivos, Karen y Steffy estaban secando sus lágrimas.

Margaret preocupada por la situación de Derek aplaudió algo triste, Henrry vio su expresión de abrumada, sutilmente se acercó y le pregunto. - ¿Qué ocurre?

- M: Nada. – Respondió mientras veía a la feliz pareja sonriendo. - Solo pienso que la felicidad es muy limitada y el destino algo cruel. ¿Por qué están difícil que algo sea perfecto?

- H: Ya dímelo ¿sabes algo? Te conozco al igual que conozco a Scarleth, eres como mi otra hermana pequeña y hablas como si ocurriera una tragedia.

- Margaret se rompe en llanto y le dice: Derek… se está muriendo.

- H: ¿Qué? ¿y porque me lo dices hasta ahora?

- M: Porque no los hubieras dejado casarse. Esa sonrisa en sus rostros, ese cariño mutuo de los dos, no se los puedes negar. – llora Margaret-

Scarleth mira a Derek y se vuelve a reír. – D: ¿de qué tanto ríes?

- S: Es que, ¿dónde sacaste ese nombre “Wiliam Wáng”?

- D: Ah, eso. Me enteré de que para casarse con una bella humana se necesita de un apellido, entonces me tuve que registrarme con el apellido de un viejo amigo que es de Asia que me ayudo.

Scarleth miraba su argolla de oro en su dedo ¿y el dinero? ¿de dónde lo sacaste para hacer todo esto?

- D: En Geldor tenemos piedras preciosas, las vendí a un joyero.

- S: ¿Me estás diciendo que eres rico? Vaya, sí que tengo buen ojo. -D: Nunca dejaré que pases ningún tipo de necesidad Scarleth, aun si no estoy contigo, no quedaras desprotegida.

Scarleth se queda viéndolo muy seria cuando escucho “aun si no estoy contigo” como si nada le sonrió y le dijo. - ¿hay algo que quieras decirme?

- D: No, pero hay algo que quiero enseñarte. Un carro los esperaba a Derek y Scarleth, el conductor era un señor, manejo hacia un lugar muy apartado de la costa, llegaron hacia una gigantesca puerta elegantes, el chofer pito tres veces y las puertas se abrieron, entraron con el auto y aun lado de la puerta había una pileta gigante con dos leones que botaba el agua por sus bocas, al frente estaba una enorme casa de dos pisos. Scarleth se baja del carro asombrada. Y este lugar ¿Dónde estamos? Pregunta. Una señora vestida semiformal los recibió. – Bienvenidos señores. -D: Este es nuestro nuevo hogar Scarleth.

Scraleth confundida le dice - ¿De qué hablas? Pero ya vivimos en la fortaleza.

Derek le entrega las llaves y le dice. – Quiero que dejes la fortaleza y vivas aquí conmigo.

Scarleth emocionada sonrió de oreja a oreja y corrió a la entrada, hecho un vistazo de todo y salió al patio trasero, donde había un jardín grande con muchas flores, y al fondo un sofá columpio.

Scarleth preocupada le queda viendo de pieza a cabeza a Derek. – oye… ¿no vendiste un órgano o algo?

Es que dudo que esto también lo hayas comprado vendiendo piedras o… tal vez ¿sí?

Derek se ríe de las ocurrencias de Scarleth y le responde. - Mi padre tenía muchos amigos humanos y los visitaba frecuentemente, le gustaba probar diferentes trabajos de los humanos por diversión y con el dinero que obtuvo compró esta casa para nuestra familia, pero mi madre se rehusó a estar cerca de los humanos y nunca se la uso, me la dejo en mis manos y en su memoria la cuide mucho después de su muerte, ahora ya tiene dueña.



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En el texto hay: fantacia, romance, ficcion

Editado: 09.09.2024

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