Me Quedo Contigo

Capítulo 8

—¿Cuándo llegaste? — Corto el abrazo, fijando mi mirada en Dan.

—Ayer.

—Pensé que me hablarías de tu regreso.

—Quería que fuera sorpresa.

—Entiendo. Es bueno ver que has regresado… Espero que no sea una visita corta.

—No es una visita, vine para quedarme, Dan.

Sus labios se curvan en una pequeña sonrisa.

—¿Suri sabe que regresaste? —Desvío mi mirada a Sam.

—No, aún no.

—Deberías ir a casa. Tanto Suri como mis padres estarán felices de verte.

—Iré por la tarde con mis padres y los chicos.

—Me parece bien… ¿Estás libre o te quedarás un rato más aquí?

—Un rato más, ¿por qué?

—Han pasado casi seis desde que te fuiste, muchas cosas han cambiado en este lugar. Deberías dar un paseo, ¿no crees?

—Tienes razón…

Puedo decirles a mis hermanos para pasear juntos, pero también será agradable si salgo con Sam; podemos hablar un rato. Después de todo, él ya no tiene diecisiete años, ambos hemos cambiado y será bueno ver y conocer a este Sam.

—Sam, si no… —No puedo ser descortés con Dan. Siento que sería muy feo de mi parte si solo salgo con Sam cuando ambos están aquí—. Sam, Dan, si no están ocupados, ¿podemos salir un rato para ponernos al día?

—Por mí no hay problema —mira a Dan—. ¿Y tú?

Acaricio discretamente mi nuca, siento una extraña tensión en el ambiente.

—Tampoco tengo problemas, Sam. — Ambos me miran, se siente raro tener dos miradas clavadas fijamente en mí.

 

Cada uno se tomó su tiempo en el cementerio y ahora estoy fuera del cementerio en una situación difícil. Sucede que tanto Sam como Dan vinieron en auto y ahora tengo que irme con uno de ellos y extrañamente no puedo elegir a uno.

—Ven conmigo, Miley —Sam me da su mano.

Como Dan no me ha dicho nada, me hace más fácil elegir con quién irme. Levanto mi mano para tomar la mano de Sam, pero Dan toma mi mano y la sostiene con firmeza.

—Irá conmigo, Sam —sin decir más, camina hacia su auto, llevándome con él.

Dan abre la puerta de su auto y con su cabeza hace un ademán para que entre.

—Pero Sam…

—¿No quieres estar cerca de mí? —Su mirada arruga mi corazón.

—No, no es eso… Dan, ¿por qué piensas que no querría estar cerca de ti?

—No lo sé —acorta la distancia entre los dos—. Tal vez porque tengo miedo.

—¿Miedo? ¿Miedo a qué?

—A hacer algo mal… Algo que te aleje de mí —la forma en la que me mira es muy fuerte e indescriptible.

—No sueles hacer las cosas mal… Desde que éramos niños siempre has tenido la suerte de hacer todo muy bien. No tienes nada que temer.

—Espero que esa suerte siga prevaleciendo y poder tener una oportunidad.

Es raro, pero me siento un poco nerviosa, y eso que hace años dejé de sentirme así al estar frente a Dan.

—Confía en tu suerte.

El leve aclaramiento de garganta llama mi atención.

—¿Sucede algo?

—Deberíamos irnos —su mirada hermética me preocupa un poco. 

—Ve avanzando, Sam.

Nos mira a ambos y se da la vuelta, ingresando a su auto.

—Es bueno que Sam te siga viendo como un hermano mayor.

—Creo que sí… Vámonos, Miley.

—Está bien —suelta mi mano e ingreso al auto.

Algo que me gustó de mi grupo cuando me fui incluyendo es que Jalil, Jaris, Kean, Dan, Suri y Sam, es que desde que eran unos bebés han estado juntos. Siempre han sido buenos amigos y se han visto como hermanos.

Recuerdo que al inicio Sam no me quería ni un poco, ya que al ser el menor siempre tuvo la atención y el cuidado de todos, pero desde mi llegada, tuvo que compartir todos sus privilegios conmigo. No obstante, ya hemos madurado y esas pequeñas diferencias ya no existen entre los dos; somos buenos amigos.

 

Sam, tenía razón, han cambiado muchas cosas por aquí. Varios lugares que me gustaba visitar ya no se encuentran en esta zona, pero hay nuevos lugares que son agradables, como en el que me encuentro ahora.

—Dime que sigue siendo tu favorito —recibo el helado de vainilla cubierto de chocolate y almendras.

—Mis gustos se siguen manteniendo, Dan —sonreímos.

—¿Qué bueno?

—Gracias por el helado —comienzo a sacarlo del empaque.

—No hay de qué.

Miro a mi alrededor.

—¿Y Sam? —Le doy una mordida a mi helado.

—Se quedó haciendo el pedido, pero ya ha de venir —asiento levemente—. Miley, ¿qué planeas hacer ahora que estás de regreso?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.