Capítulo IX

Siempre querré encontrarme en tú mirada, una y otra vez, aunque mi vida fuese apagada.
Me perdería en el universo eterno que esconde tu alma, me perdería una y otra vez en el cosmo de tu mirada.

Violeta Gómez.

Luego de varios días, Rosali comienza a cuestionar a Frederick sobre conocerse en persona ya que tenían varios meses hablando y ninguno había visto el rostro del otro, más que por fotos y solamente era de parte Rosali. Rosali siempre fue discreta respecto a esa relación solo tenían conocimiento su amigo Jacobo y sus padres a más nadie le interesaba hablarlo.

Pero de cierto modo, aquello que Rosali sentía por Frederick era tan fuerte que había perdido el control absoluto de sí misma, algo que podría describirse con el hecho de que: te entrego mi vida, lo que siento, lo que soy, mis pensamientos, mis emociones lo dominas tú y sí, querría morirme en tu pecho.

Frederick amaba a Rosali y en ésta ocasión le respondió lo siguiente:

–Frederick: Mi amada Rosali, me atrevo a amarte y confesarte que sueño con tu rostro cada noche; atesoro la idea en mi corazón de compartir mi vida y tener una familia contigo.

Hace unos días estuve reunido con la familia, les hablé de ti, quieren conocerte y sí, les confesé que te amo y que eres la mujer que quiero para mí.

A lo que Rosali respondió: Te amo y gracias por hacerme la chica más feliz, espero conocer a mis suegros, quiero agradarles.

–Realmente quiero una vida contigo y que mis hijos lleven tu apellido, amarte siempre, soy tuya y me encanta esa idea, me siento tuya.

Eres mío aunque no estés a mi lado,
yo soy tuya, aunque no despierte junto a ti
te llamo mi amor sin importar cómo me
llames tú y es que eso me haces sentir.
Eres mio porque vives en mi mente,
porque apareces en mis sueños por las
noches y me sonries, porque te llevo
conmigo a cada lugar a donde voy.
Que nunca termine, lo que un día empezó sin querer!!
Mi amor bonito.