Capitulo 17- pequeña

Capítulo 17 pequeña.

MUCHO TIEMPO ATRÁS

El aroma a algo cocinándose en el horno inundaba el lugar.

Los muñecos se encontraban colocados uno al lado del otro sentados en sofá frente al televisor, el cual transmitía una película en blanco y negro, una película famosa del cine argentino. Pero la niña no sabía su nombre solo sabía de memoria aquella escena.

Se paró frente los muñecos, que eran sus espectadores, ella canto las primeras estrofas de aquella tan conocida canción y dio un giro

Si charlo con Luis
Con pedro o con juan
Hablando de mí
Los hombres están
Critican si ya
La línea perdí
Se fijan si voy
Si vengo o si fui

Canto moviéndose de un lado a otro del salón tomando con sus pequeñas manitos la gran falda del vestido rojo con lunares negro que su abuela de había confeccionado, era el favorito de la niña para aquellas ocasiones. Era el vestido ideal para esa película que había visto un sinfín de veces

Su abuela la miraba desde la cocina y sonreía viéndola bailar y actuar al son de la gran Tita Merello en pantalla

-es toda una actriz- escucho detrás de ella quien dio un salto del susto

-NOA- dijo

-buenas tardes queridísima Esther- saludo su amigo de la infancia –no crees que esa película es mucho para una niña de cinco años-

-me conoces si la voy a educar quiero que sepa lo que es la cultura, que sepa algunos valores y que admire el cine argentino en su época dorada-

-es una niña, ella tiene que hacer cosas de niños- rio el hombre

-ella hace esas cosas solo que presiento que ella tiene un alma vieja. Ese vestido era un disfraz para el jardín y me pidió que se lo hiciera para todos los días casi nunca se lo quita-

El hombre observo a la niña buscando algún indicio de que fuera un alma vieja, el tenía sus años caminando sobre la tierra, muchos más que su amiga que era humana, si con el tiempo aprendió a detectar las almas reencarnadas pero aquella niña no mostraba ningún indicio.

-cuando hablo de alma vieja no siempre significa que haya experimentado la vida sino que tiene una fascinación por lo que no es de su época- dijo la mujer -¿Qué estás haciendo aquí Noa? Falta un poco para la fecha de nuestra reunión-

-he venido con urgencia algo paso- el hombre jugueteo con la manga de su túnica –hemos estado en guerra con bueno no hace falta que los nombres prácticamente están extintos- Esther se llevó las manos a la boca para apaciguar su grito de angustia y temor –nos estamos recuperando de apoco-

-¿está bien?-

-yo no fui a la guerra Esther, pero si vi a muchos ir y no volver pero ahora estamos volviendo a comenzar gracias a nuestra reina que uso todo su poder para terminar con el conflicto y ahora pende de un hilo su vida-

-por Dios- Esther se sentó.

-su hijo, está desesperado hasta yo lo estoy pero la reina dice que está lista para partir y que lo único que quiere es ver por última vez a la niña-

-No- negó Esther

-pero Esther-

La niña ni escucho nada proveniente desde la cocina solo siguió con su juego

Si fea soy, pongámosle
Que de eso aún no me enteré
En el amor yo solo sé
Que a más de un gil, dejé de a pie
Podrán decir, podrán hablar
Y murmurar y rebuznar
Mas la fealdad que dios me dio
Mucha mujer me la envidió
Y no dirán que me engrupí
Porque modesta siempre fui
¡Yo soy así!

Termino de cantar tomando una pose de tanguera dejando que los aplausos que venían desde el televisor resonaban. Tomo la falda y la extendió a cada lado de su cuerpo e hizo una reverencia.

-gracias- dijo a los muñecos luego corrió a la cocina. –ME VISTE ABUELA- grito alegre

-si corazón, hermoso- dijo la anciana mostrando una sonrisa –cielo quiero que conozca a un amigo- la niña giro la cabeza hacia el hombre y mostro la sonrisa más impresionante que Noa haya visto

-UN HADA- dijo la niña y los adultos se tensaron e intercambiaron miradas

-no Alanís, él es Noa un viejo amigo de la abuela- reacciono Esther rápidamente.

-es que no lo ves abue- dijo acercándose al hombre que solo la observaba

-¿Qué ves Alanís?- pregunto la anciana

La niña tomo la mano del hombre y le sonrió mostrando su carita brillosa – verde con azul, son hermosas tus alas parecen de mariposa pero no lo son ¿son de hada cierto?- en ese momento ambos adultos intercambiaron miradas sin entender como ella podía ser capaz de ver ese tipo de cosas

PRESENTE

Alanís.

Se tardó un tiempo pero en el recinto hubo una calma cargada de tensión por lo sucedido. Sé que el padre de mi amigo salió de la sala con celular a mano.

La sesión siguió su curso. Las brujas informaron alertadas que había una alteración en sus poderes, los vampiros pedían al concejo que buscaran un tesoro que había desaparecido unos seis años que el rey de los vampiros se encontraba de viaje buscando ese artefacto el cual era indispensable para su raza.

Los cazadores y varios lobos se ofrecieron para la búsqueda, al parecer de ese artefacto depende la existencia de toda una raza. El sector de naturaleza, como a veces lo llamo porque están todos los seres mitológicos de cuento, solo daban concejos u ofrecían apoyo pero el que fue capaz de expulsar a Carmelo no me quitaba la vista de encima.

Vestido de pantalón color tierra, una túnica o capa de color verde musgo una blusa blanca y una sobre capa dejando de verde claro, era como una personificación de un árbol. Me pareció algo alto, igual desde mi metro casi sesenta todo el mundo me parece alto. Su piel oliva sus ojos azules, el cabello mota de color negro llevando sobre si una especie de corona plateada con arabescos descansando sobre su amplia frente e hilos de color plata desapareciendo detrás de aquellas ojeras puntiagudas. Solo puedo destacar que aquel elfo, hada o lo que sea se lo veía feliz.

La sesión del concejo se terminó. Fueron dos largas horas, al final cada facción tenía sus tareas y ya estaban organizando los movimientos para ayuda para manadas, comunidades o agrupaciones.