Capítulo 66

Las personas me miran sorprendidas, pero nada se compara con la expresión de mis padres y del propio Santiago. 

Papá odia montar escenas delante del público, por lo que sólo me mira sin decir palabra. 

—Gracias por esa introducción, padre. Buenas noches, damas y caballeros. Lamento la demora. 

Comienzo a dirigirme al podio intentando disimular mis nervios y sostengo el micrófono con seguridad. 

<<Benditas sean mis clases de teatro.>>

—Esta noche, como bien ha dicho mi padre, les será revelado algo especial, que espero sea de su agrado y lo consideren, pues en verdad creo que es una inversión con mucho potencial. 

Subo los escalones mientras escucho a mi padre susurrar discretamente. 

—¿Qué diablos estás haciendo?

—No querrás iniciar un espectáculo delante de tus socios, ¿cierto? —respondo lo más bajo que puedo. —Lo resolveremos más tarde, pero por tu bien y el mío, te suplico que tomes asiento, me escuches y confíes por una vez en mí. 

Me mira seriamente y se dirige a la mesa donde están los señores Dacosta, mi madre y Santiago. 

Diviso a Lucía entre las mesas de control de las luces y le indico con un movimiento que encienda el proyector. Una fotografía del viñedo de mi casa se muestra en la pantalla.

—Como bien saben, el viñedo Villamar es de los más productivos de Madrid. Las tierras en las que se encuentra tienen un suelo fértil y bondadoso. 

Lucía cambia la diapositiva como hemos ensayado. Tomo aire y levanta su pulgar en señal de apoyo. 

—Tenemos vides provenientes de Italia, Francia, Argentina, Chile, y claro, vinos autóctonos de España. Este amplio y variado grupo de aromas, colores y sabores hacen que nuestro viñedo sea especial. Aunado a esto, es bien sabido que el proceso de producción es estricto y delicado. Se trata a los frutos con el cuidado necesario y se realiza cada paso con cariño, a fin de que el sabor sea de la mejor calidad. 

Este verano he realizado un viaje a un lugar mágico, y en el camino me he encontrado con una maravilla que por falta de difusión es casi un secreto.

Muchos de ustedes tal vez han escuchado hablar de Malta. Es un pequeño país no muy lejos de aquí. Si no han tenido la oportunidad de conocerlo, créanme que deberían considerarlo, es una experiencia única. Los lugares que vi, las cosas que aprendí… En fin, no nos desviemos del tema. 

Mientras me encontraba leyendo acerca de historia en una biblioteca, me he topado con que en esa pequeña nación existen dos variantes de la vid que son únicas en cuanto a su sabor. 

Me di a la tarea de investigar un tanto más al respecto y al entrar en contacto con un viñedo a las afueras de la capital, me he enterado que su venta radica prácticamente sólo en la nación.

He traído unas cuantas botellas para que puedan comprobar la caricia al paladar que ambas variantes pueden ofrecer. —los meseros aparecen con múltiples charolas llenas de copas. En la pantalla se muestran las estupendas fotografías que ha tomado Lucía. Ha hecho un trabajo estupendo.

—La primera copa que ahora les entregan sale de una especie llamada Girgentina. Como pueden apreciar, es un sabor un tanto floral, con un toque sutil de especias. Su color amarillo verdoso es agradable a la vista. Claramente el suave sabor que le caracteriza es distinto de cualquiera de los vinos que producimos el día de hoy en el viñedo. 

La segunda copa que tienen frente a ustedes pueden llamarla Gelleweza. En lo particular, el color de esta variante me resulta fascinante. Por favor, pruebenlo. —Puedo ver a mi padre bebiendo con una expresión un tanto molesta. Decido dejarlo de lado y continuar con la presentación. —El sabor es sumamente intenso, como combinación de frutas frescas. Muy diferente del anterior. 

Estas, damas y caballeros son especies autóctonas de Malta, y mi propuesta es unirnos con este viñedo y vender estos deliciosos vinos aquí en España. 

He hablado con la dueña del viñedo en estos días y créanme que no ha sido fácil convencerla, pues tiende a rechazar propuestas de grandes empresas que buscan explotar el cultivo. Sin embargo, le he hablado de la manera en la que buscamos mantener la calidad y el cuidado de cada cultivo, y ha accedido a llegar a un acuerdo con nosotros. 

Importaríamos vino de esta región y sería de edición especial pues al ser un viñedo un tanto más pequeño, y con especies que requieren procedimientos más largos, no es posible producirlo en cantidades exorbitantes.

Y déjenme decirles algo, en caso de que estén considerándolo, intentar sembrarlo aquí sería imposible. El suelo de esa región es de piedra caliza, y sacar la especie de su hábitat sería matar el cultivo y atentar contra el sabor tan estupendo que pueden tener si se produce como se debe. 

Realmente creo que sería una gran oportunidad, y me gustaría que lo consideraran. 

Sin más por el momento, sólo me queda agradecerles su atención. Buenas noches. —Bajo del escenario y algunas personas comienzan a aplaudir, cosa que me sorprende. Me giro y aplausos vienen de todas partes…. excepto de la mesa donde se encuentran mis padres.