Cristian
Una vez ellos se van, volteo para ver a mi Ballerina, quien ya se estaba acercando a mí.
Tomo a Lucas en brazos y alzo levemente de forma juguetona, con cuidado de no sacudirlo demasiado y tener la misma suerte que Mario.
Entonces lo veo bostezar.
── Alan se quedó dormido, por eso salimos. Apenas tocó la cama allí quedó. ──Comenta Rebeca con una pequeña sonrisa.
── Es de esperar. ──Le comento── Estuvo jugando bastante con Lucas, ¿crees que ya deberíamos pagarle por lo mucho que lo cuida?
Sonrío al hacerla reír.
Pero sus ojos se veían tristes, pero no quise sacar el tema con Lucas en brazos. Por lo que me dispongo a dormirlo. Lo acomodo en mis brazos y Lucas se deja estar, se rinde y cierra los ojos casi de inmediato, pero no me confío de eso y sigo caminando con él alrededor de la sala mientras observo a Rebeca recoger.
── Fue divertido hoy, si quitamos lo que sucedió al final… ──Murmura en voz baja para no despertar a Lucas── Gracias por todo esto, de verdad que esta decoración que rentaste fue perfecta.
── Lo mejor para los amores de mi vida. ──Ella se sonroja── ¿Por qué Frank no pudo venir?
── Estaba de guardia, nadie quiso hacer un cambio con él. ──Dice con tristeza.
Sentí la cabecita de Lucas caer por completo, en clara señal de que se dejó llevar por completo del sueño.
Me detengo y observo a Rebeca quien asiente, camina delante de mí para abrirme la puerta y yo paso lo más silencioso que puedo. Recuesto a Lucas en la cuna y canto victoria cuando no abre los ojos. Él muy travieso le parece divertido despertar cuando lo recostaba, hoy tuve suerte.
Veo a Alan en la cama, totalmente rendido.
Él es otro tema a tratar.
Rebeca y yo salimos de la habitación y vamos directo a la cocina, como siempre hacemos para hablar desde que nació Lucas.
Una vez cierro la puerta, ella empieza.
── Lamento lo de hoy. ──Dice rápidamente── Sé que no debí alterarme de esa manera, menos frente a Mario. Debe pensar que estoy loca o…
── Shh. ──La tomo de la cintura── Deja de decir eso, nadie piensa que estás loca.
── Claro que sí. ──Dice, totalmente convencida── Es que me enojé, y él dijo esas cosas de ti… y…
Beso su frente, ella respira hondo para calmarse.
── Tranquila, Ballerina. ──Murmuro sobre su piel── En realidad Mario estaba preocupado por ti, por toda la situación de tus padres.
Ella se acurruca en mi pecho.
── Sé que se terminarán por separar. ──Dice con cierta tristeza.
Hago una mueca al escucharla, no sé cómo consolarla con eso.
Mis padres son totalmente diferentes a los suyos, si bien ya no se aman como solían hacerlo, quedaron como buenos amigos y compañeros. Siguen casados, solo que se tratan más como amigos que como pareja. Es normal escuchar a uno de ellos decir que se buscará a alguien para ser infiel y al otro diciendo que al menos le quite dinero para comprar algo bueno.
Ellos son especiales.
Pero luego están los padres de Rebeca… que no parece quedar nada de lo que hubo, porque pelean por absolutamente todo.
Quisiera consolarla y decirle que aquello no ocurrirá… pero han pasado años y ellos no han mejorado.
── Mi Ballerina, como lamento que tengas que verlos de esa manera. ──Digo mientras la balanceo de un lado a otro── Pero… tal vez las cosas se calmen si ellos se separan oficialmente.
── Y Alan…
── Alan estará bien, estamos para él.
Rebeca se separa para verme.
── Alan me contó que fue al centro comercial con Michael.
Me tenso al instante.
── ¿Estaban solos?
── Parece ser. ──Dice ella── Me lo dijo y yo… me volví loca. ──Se estremece y se aleja por completo── Me sentí desesperada al saber eso, ¿cómo es posible que papá le confíe a otro hijo? Te aseguro que eso mamá no lo sabe, porque si lo supiera eso significaría más peleas…
── Ballerina…
── ¿Cómo puede dejarlo tan tranquilamente? ──Pregunta, totalmente irritada── ¿Por qué carajo lo hace? Y si él estaba con ellos… él nunca sale conmigo, maldita sea.
Golpea el mesón y se estremece.
Me acerco inmediatamente y tomo sus manos.
── Hey, hey. ──Murmuro cerca de su oído── Ballerina, nada le pasará a Alan.
── ¿Cómo puedes asegurarme eso?
── Porque traeré el infierno a la tierra si eso ocurre. Creo que Erwin lo sabe muy bien, así que tranquila, por favor.
Sus manos temblaban, yo suspiro preocupado.
Esto normalmente no pasa, pero estando tan expuesta al ambiente tenso de sus padres, la pone de esta manera.
Rebeca había quedado con secuelas de problemas de ira, fue una forma en que su cuerpo buscó drenar todo el estrés acumulado vivido en su infancia. Aunque aquello estaba controlado, en estos momentos perdía la calma.