Melodía Disonante (colección: Caleidoscopio de Emociones #2)

Capítulo XXVIII

Decir que me sentía mal, era decir poco.

Podía pensar en cualquier sinónimo y me identificaría de inmediato, había traicionado, lastimado y faltado el respeto a más de una persona. Me daba vergüenza recordar ese momento, es tan impresionante cómo un momento de locura hizo que todo se arruinara tan fácil, cómo un impulso no controlado echó todo a perder.

Había pasado ya dos semanas, y seguía sintiendo tanta vergüenza, que no he querido pasarme por allí.

Me sentía tan terrible, que vine con mi madre.

Seh, soy patético.

── Me odio. ──Escupo, cerrando los ojos.

Ella acaricia mi cabello con total ternura.

Estábamos en su habitación, estaba recostando mi cabeza en su regazo mientras ella escuchaba cada palabra de mis locuras.

── Lamento escuchar todo eso, cariño. ──Dice con pesar── Pero no te odies, y aunque me duela decir que no fuiste la mejor persona, debes saber que tienes que encontrar la fuerza para hacerle frente a tus errores.

Me estremezco.

── ¿Hacerle frente? ──Cuestiono y la veo── Él no quiere verme, quiere matarme.

── Sabes que Cristian no es así. ──Sonríe con tristeza── Él es un amor, solo debes darle tiempo, pero mientras eso pasa. Le debes disculpas a dos chicas.

── ¿Cómo diablos me voy a acercar a menos de diez metros de ellas? ──Cuestiono con suma vergüenza── Besé a Rebeca a la fuerza…

Ella suspira.

── Lo sé. ──Hace una mueca.

── May me dijo que me quiere…

── Sí…

── Lastimé a May, las lastimé a ambas. ──Froto mi rostro con cansancio── Son mejores amigas y me metí con ambas, ¿Qué tan horrible persona tienes como hijo?

Me da una pequeña palmada en el rostro, la veo por eso.

── Siendo sincera, me molesta que hayas hecho eso, pero eres adulto y no puedo hacer nada. ──Dice con tono severo, hago un puchero sin poder evitarlo── Pero primero debes perdonarte, y acepta de una vez por todas lo que sientes.

── Ya lo hice. ──Digo, recordando la furia de López cuando le dije que estoy enamorado de su esposa.

── Hazlo bien. ──Insiste.

── ¿Eh?

── ¿Sacaste todo? ──Cuestiona── Porque algo me dice que no es así.

── No te entiendo, mamá.

── Si tanto amaras a la esposa de Cristian. ──Dice y la veo con atención── No te hubieses metido con su prima, o eso quiero creer yo. Pido por lo más sagrado que no seas el tipo de hombre que…

── No, claro que no. ──Lo pienso un segundo── Quiero creer que no.

Vuelve a palmear el rostro, pero con más fuerza y yo me quejo.

── Mi opinión es, que tal vez no estés tan enamorado como piensas, y que la prima de Cristian no te es del todo indiferente. ──Trago saliva, nervioso── Escúchate, Mario. Estuviste silenciando demasiado tus emociones, escúchalas y escucha tu corazón. Perdónate, perdónate y enfrenta todo con la fuerza que te caracteriza.

── Yo…

── Necesito decirte algo que noté desde que murió papá, Mario. ──Intento apartarme, pero me detiene── No, escucharás cada palabra que te diré. Han pasado casi diez años desde que sucedió, necesito que me escuches.

── Pero…

── Mario. ──Gruñe y yo guardo silencio── Has estado reprimiendo tus emociones desde ese día. Cambiaste por completo, dejaste de ser ese niño expresivo que me componía canciones para hacerme sonreír apenas hiciera una mueca. Te volviste agresivo buscando peleas, para luego finalmente esconderte detrás de tus bromas.

── Yo no…

── Amo que seas bromista, amo reír contigo. ──Aclara── Pero no me gusta saber que detrás de esa sonrisa que siempre sueles mostrar, escondas todo lo que en verdad sientes. Dejaste la música de lado por completo y eso era algo… que te definía.

Aparto la mirada.

── Está bien sentir, Mario. ──Murmura, acariciando mi rostro── Que seas un hombre, no quiere decir que no tengas derecho a mostrarte débil.

Suelto todo el aire, sintiéndome terriblemente cansado.

── Lo siento, mamá. ──Digo al borde de las lágrimas── No quería decepcionarte…

── Mientras sigas siendo el mismo de siempre, aquel hombre que es honesto y enfrenta las consecuencias de sus actos, no me decepcionaré. Jamás.

── ¿Crees que López me perdone?

── Él tiene un corazón enorme. ──Suspira── Sé que eso no asegura nada, pero déjalo que sane. Y tú sé honesto con él. El resto se dará por sí solo.

Aprieto los labios y me levanto, sintiéndome ligeramente mejor que cuando llegué.

Adoro a mi madre.

Me levanto y beso su cabeza con fuerza.

── ¿Te he dicho que eres la mujer más especial de mi vida?

Ella se sonroja.

── No, aunque tampoco lo hagas. ──Gruñe.



#2134 en Novela romántica
#767 en Otros
#275 en Humor

En el texto hay: erótica, romance, romance y desamor

Editado: 14.06.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.