Preciosa mía....
Puesto que aún me engaño pensando que estás visitando a tu abuela, te escribiré a diario las cosas que pienso y siento, es mí única manera de sacar esto que me aplasta sin piedad alguna.
Hoy recordé la primera vez que supe con certeza que venías a este mundo. Pasé de la incredulidad a la desesperación en un triz para terminar en la total euforia. Nunca te lo dije, puesto que aún eras pequeña para entender, pero fuiste un deseo que pedí al cielo cuando la soledad me asfixiaba; una soledad que yo misma elegí y funcionaba perfecto para mí, o eso creí. Me sentía tan miserablemente sola que le pedí a Dios, con fervor, acabar con mí agonía, entonces un día solo apareciste en mí y, aunque estaba muy asustada, te ame (lo juro x Dios) con cada molécula de mí existencia.
Fue curioso como fuiste creada, porque tengo recuerdos vagos de esa noche, solo sé que tu padre apareció sin ser invitado en mí casa, se quedó dormido porque estaba ebrio y yo muy molesta y agotada despues de una jornada laboral extenuante. Luego recuerdo la mañana siguiente en la que me cambié de vestimenta para ir a trabajar a toda prisa porque se estaba haciendo tarde. No vi y supe nada más de él hasta que pasó un mes. Lo recuerdo bien porque estaba intentando tener una relación normal con una persona muy buena que había conocido en el trabajo. Me sentía más cansada de lo normal y lo que comí me hizo mal...una amiga me dijo que tal ves eran síntomas de embarazo pero le dije que estaba loca, jajajajaja debías ver su cara de triunfo y burla cuando, después de darle largas me hice la prueba y allí apareciste: 2 rayitas de luz y esperanza. Después de llorar llame a tu padre y le di la noticia, al principio no le hizo gracia porque le dio pánico pero después nos buscó y comenzamos a formar lo que sería nuestra hermosa familia.
Eras muy especial desde el minuto uno y lo seguirás siendo para siempre.
Te extraño mucho pollito mío, te amo y te amaré para toda mí existencia y puede que aún después lo siga haciendo.