La noche traslada emociones una y otra vez,
vivo el sentimiento pendiente de caer en el olvido,
Como el balanceo de los pétalos de otoño, me desvanezco ante ti.
Escuchar tu voz es una agradable melodía,
tenerte cerca culmina mis temores.
En mi camino dejo el vacío.
El cofre del silencio se alimenta por los sonidos que trasmiten las estrellas
mi palpitar se acelera y se envuelve en los celajes.
Te veo sonreír y me vuelvo débil a pesar de querer ser fuerte.
Me muestro inconsciente hacia el dolor,
sueño cada noche con acariciar tu rostro y respirar el aroma dulce de tus deseos,
recorrer tu silueta y escuchar tus percusiones.
Pienso en el deseo de amarte, en detener el tiempo
y no acabar con esta historia.
En el silencio dibujo tu perfil, mi trazado te
es familiar, aquello produce tu estado más feliz.
Busco aplacar tu soledad, aquello es mi fuente de motivación
recoger esos tramos infelices
y esparcirlos en el viento.
Si el sentimiento se marchita y la sombra tiñe mi pecho con tus lágrimas, sabré que es el momento de partir.
Pienso en amarte, pero sé que a la distancia estará tu verdadero amor.
Soy el llanero desterrado del mundo solemne, que pecó al buscar amarte, quien cegado por las insensates, te quiso hacer feliz, pero terminó lastimándote.
Abro la puerta posterior, la cual me despide de ti.
Suspiro nuevamente en mis sueños, aunque sé que esta vez no volveré al despertar.
#4020 en Otros
#1112 en Relatos cortos
#7966 en Novela romántica
amor, depresion ansiedad dolor muerte, tristeza amor juventud soledad depresin
Editado: 05.01.2024