A María Saumet
(Barranquilla, Enero 10 de 1969
Me sorprendió la forma de tu huída
cuando ansiaba más mi corazón tenerte;
dibujaste en azul toda tu vida
y en sombras de ángel dibujé tu muerte.
Nada borra la llama iluminada
De tu vida de ayer, hoy fenecida;
Espiga del amor, hoy liberada,
Alma de arcángel para bien nacida.
Fue un sueño cruel e inhóspito tu amor;
ley del destino inmensurable y triste
Y sin voz de amor que hiere el labio inerte.
Y antes de hallar el ámbito perdido
Sola, en tu perfección, así te fuiste
Ya sin tu corazón y sin tu olvido.