CAPÍTULO 1: ANTENA
CAPÍTULO 2. ONOMÁSTICO Y PASABAS
CAPITULO 3. A MARÍA SAUMET RAMOS
CAPÍTULO 4. CUÁN DESDICHADO SOY
CAPÍTULO 5: PERJURA
CAPÍTULO 6: BENDIGO
CAPÍTULO 7: INOCENTE MARIPOSA Y VUELVO HACIA TI
CAPÍTULO 8: MELANCOLÍA Y CORAZÓN
CAPÍTULO 9: DIVAGAR Y ¡CUÁNTO SUFRO!
CAPÍTULO 10 ERÓTICOS
CAPÍTULO 11 LO HAN LOGRADO Y AQUELLA AGUA MANSA CLARA
CAPÍTULO 12: AURA, MI HERMOSA AURA
CAPÍTULO 13: UN MENDIGO Y ASÍ ES ELLA
CAPÍTULO 14: ADOLFO MARTA - AMOR INMORTAL
CAPÍTULO 15; PAISAJE -
CAPÍTULO 16: TÚ - RENOVACIÓN
CAPÍTULO 17. LA DANZARINA
CAPÍTULO 18. NUPCIAL Y AMO A LAS ROJAS VÍRGENES.
CAPÍTULO 19. NO ULTRAJE EL CANDOR Y SONETO PUNITIVO
CAPÍTULO 20. CON LA PRIMAVERA, EL AMOR DE UN MITO Y BOHEMIA
CAPÍTULO 21: RAÍCES MUERTAS
CAPÍTULO 22: ANHELOS, AMORÍOS Y TE QUIERO.
CAPÍTULO 23: FLOR DE AMOR Y CANCIÓN A LAS ESTRELLAS
CAPÍTULO 24: NOCTURNAL Y MARINERO
CAPÍTULO 25: DESDICHA DE MARÍA Y "DEL MISMO BARRO" BARRO COCIDO.
CAPÍTULO 26: DESENCANTO, ¡AQUÉL AMANECER!, ME ABANDONÁIS MUJERES, JOSÉ EUSTACIO RIVERA.
CAPÍTULO 27: LAS ESTRELLAS, EL DOLOR TE HA DEJADO, AUSENCIA, CUANDO LA LUNA LLENA.
CAPÍTULO 28: MORENA Y BALADA DE LA MALA FORTUNA.
CAPÍTULO 29: HE MIRADO AL PERRO Y MI DOLOR.
CAPÍTULO 30: CANTO A LA AMÉRICA LIBRE, HOMBRE, PUEBLO, RAZA, TRIBU
CAPÍTULO 31: MARIONETA Y SONATINA
EPÍLOGO: RECUERDOS DE UN GRAN HOMBRE
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CAPÍTULO 6: BENDIGO
(Barranquilla, febrero 1924)
Bendigo yo aquel momento
En que te referí el cuento
Del fraile y el sacristán: bendigo yo aquellas horas
En que fuiste mía, señora
Ay! Pues no volverán.
Qué breve pasa el momento,
Siempre que se pase contento
Al lado del ser querido;
Qué breve pasa en verdad.
Más óyeme por caridad
Ay ¡cuanto he sufrido!
Desde que partí de tu lado,
Pudibundo, contristado,
Tengo el corazón enfermo,
Los placeres de la vida
Son cosas desconocidas
Todo lo que miro es yermo.
Sólo tu nombre fulgura
En medio de la noche oscura
De mi mísera existencia;
Tu imagen sólo contemplo
En los altares y templos,
Ay ¡qué honda penitencia!
Bendigo yo aquel momento
En que te referí el cuento
Del fraile y el sacristán;
Bendigo yo aquellas horas
En que fuiste mía, señora.
Ay ¡Pues no volverán!