Memorias de una loca

Diagnóstico

Diagnóstico

Ya sabía qué tenía mucho antes que el médico le diera el resultado de los estudios; lo había investigado en internet tan luego había salido de la crisis. Había buscado los síntomas y todo encajaba solo con una enfermedad, la más temida, justo a la que le tenía terror. El médico solo constató lo que ella ya sabía.

Ese día la cita había sido menos larga de lo habitual por la pregunta que ella le arrojó al doctor. Le preguntó directamente, sin rodeos porque a ella no le gustaban esas cosas. Preguntó sin tapujos si la enfermedad que tenía era esquizofrenia. El médico no quiso responder de golpe, pero le confirmó su sospecha con un “eso es una etiqueta que no te mereces”. Lo era, ciertamente ella era esquizofrénica   y ahora, luego de cuatro largos años delirando y viviendo en un mundo paralelo, se daba cuenta.  Era esquizofrénica y no había nada más que hacer, lo sería toda la vida. El mundo se había acabado y todo lo que sabía de sí misma había perdido sentido. Ya no era más Elise…de golpe se había convertido en una enferma mental para ella y para todo el mundo. Había dejado de ser la que había sido por más de veinte años, para convertirse en una demente, en una sicótica como las de la televisión.  

Sintió de pronto ganas de vomitar y todo a su alrededor daba vueltas. Era como cuando había visto la prueba positiva del embarazo..todo era tan confuso ahora, tan raro…no podía creer que ella fuera eso. El doctor le recomendó no pensar demasiado , pero así mismo le aseguró que no era  malo, que podría llevar una vida normal si acataba las reglas de la medicación.

Dentro de su cuerpo continuaba escuchando las tan temidas voces de las que tanto se habla en la tele..eso eran, voces, voces creadas por su cerebro por una cuestión de química, las voces eran solo eso, un mal funcionamiento del cerebro que formaban parte de la enfermedad. Ahora que la cordura había vuelto, sabía que podría apagarlas con la medicación. Primero había vuelto la lucidez, aunque las voces continuaban allí martillándola  y provocándole sentimientos de inseguridad.  Ella preguntó  al doctor si todo se iría, si el miedo, si la sensación de que alguien quería hacerle daño también desaparecería. El médico le dijo que sí, que todo en unos días se restablecería por completo, que tuviera confianza en él y que estaría bien. 

Comprendió que las voces desaparecerían por completo, que tomaba algo más de tiempo que ellas desaparecieran, un tiempo más  que los  delirios. Se había librado de ellos luego de una semana encerrada en casa. Finalmente había recobrado la lucidez, pero quedaban esos molestos sonidos en su cabeza.

Dejó de tenerles miedo luego de que el médico dijo que eran provocadas por un exceso de dopamina en el cerebro y que en cuanto surtiera efecto la medicina, ya no estarían.

Ahora todo era un poco más claro después de los fuertes delirios que sufrió durante una semana, pero también luego del infierno de la crisis, nacía otra clase de infierno, uno que duraría toda la vida y que jamás tendría fin. Estaba loca y lo estaría para  siempre, no había remedio para lo que ella tenía, para lo que representaba y representaría ahora.

Se sintió rota, los pedazos de ella estaban regados por todas partes y tendría que hacer un enorme esfuerzo para recomponerse, ajustarse,  volver a ser ella otra vez y volver a quererse.

Nunca había sentido tanta tristeza, todo había perdido sentido, nada era real, mucho menos ella lo era. Se sentía muerta en vida..todo había terminado, estaba hecho. Estaba loca y no había nada más que hacer. Elise se había ido, se había muerto desangrada en la cama de ese departamento de esa ciudad de los Estados Unidos. Elise había dejado de ser Elise y se había convertido en  algo que le daba miedo.  Nunca había tenido tanto temor de sí misma y de lo que podría ser capaz de hacer hasta ese momento. Elise se había ido y para poder encontrarla tendría que volver a quererse otra vez y eso tal vez le costara toda la vida. Comenzó a pensar que eso jamás pasaría, que no volvería a estar bien consigo misma otra vez.

El doctor le aclaró que la enfermedad era llevadera, que podría volver a trabajar y estudiar otra vez. Le sugirió no limitar sus sueños y sobre todo, le pidió que no dijera nada a nadie, que se haría daño si alguien se enteraba.

Salió de la consulta con el corazón roto, ahora que lo pensaba, viviría oculta, escondida, atrapada en su cuerpo sin nada que hacer, estaría encerrada en sí misma…desconocía cómo podría volver a ser ella si tenía que esconderse de todo el mundo, ocultarse y ocultarlo todo… Lo suyo era tabú, su enfermedad era algo que no debía saberse. Jamás podría decirle a la gente por lo que pasaba,   era peor que el abandono de de Dan, mucho peor que sus infidelidades, asquerosamente peor que todo lo vivido en los Estados Unidos.




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