- ¡Por una maldita vez en tu vida vete a la mierda! - El grito de Howard llenó la sala, no le importó en lo más mínimo si alguien los alcanzaba a escuchar. Aunque sabía que las paredes de su apartamento eran lo suficientemente gruesas.
El chico parado frente a él tenía el rostro rojo y las manos empuñadas.
Sus facetas lucían de manera sombría y las venas sobresalían de su cuello. Howard era mayor que él, por ende, debería haber dado el brazo a torcer. Era estúpido tener una discusión así, por algo aún más estúpido como lo eran los celos. Pero simplemente no podía, estaba igual de enojado como el muchacho que lo observaba con los ojos brillantes, con pequeñas lágrimas a punto de salir.
- Controla tus malditas palabras, Howard. - Graznó molesto. Howard rió sin diversión mientras bajaba la vista y negaba con la cabeza.
- ¿O qué? - Desafió luego de levantar la cabeza y caminar hacia el menor. - ¿Qué harás, Rajesh?
- No me provoques, amor. - Escuchó la amenaza mientras que al mismo tiempo sintió el agarre de una mano en la base de su cuello, arrugando su camisa. Howard no se quedó atrás y agarró la ropa del contrario.
- ¿Por qué? ¿Qué harás? - Podía sentir la respiración ajena chocando con la suya. - ¿Le irás a chupar la polla al primero que encuentres? - Lanzó molesto. De tan sólo pensarlo sentía cómo la ira explotaba, drenándose por sus venas. Soltó al menor con un suave empujón, no quería lastimarlo.
- Estás siendo irracional. - Negó Rajesh con la cabeza. - Estás exagerando y viendo cosas estúpidas donde no hay nada. No me trates como si te hubiera hecho algo malo porque sabes que no es así.
- Vete. - No quería escucharlo más. Estaba enojado, realmente enojado.
- Te vas a arrepentir de esto, Howard. - La mirada ajena estaba brillosa, pero llena de odio, al igual que la suya.
- Vete y no vuelvas, Rajesh. Estoy cansado de tus mierdas. - Susurró un poco alto para que Rajesh lo pudiera escuchar. Caminó hasta el sofá de la sala y se sentó mientras hundía el rostro entre sus brazos.
Hubo un gran silencio antes de que escuchara algún movimiento.
Pasos apresurados, algo rompiéndose en el piso y, por último, el grito enojado de Rajesh.
- ¡Desearía no haberte conocido! - Un portazo y Howard se encontraba solo. Miró hacia la entrada y un florero de cerámica estaba hecho trizas en el suelo, agua escurría por la alfombra.
Ni siquiera lo limpió, lo último que Rajesh le había gritado fue como una bomba nuclear explotando en su cabeza. Caminó a pasos acelerados hasta su habitación mientras soltaba una que otra maldición, pateó la puerta abriéndola de golpe e interceptó un puño en la pared. Sus nudillos estaban pelados y rojos, sin embargo, su ira todavía no se iba. Comenzó a tirar todo lo que podía encontrar; las cosas de su repisa, sus trabajos, un cuadro que Rajesh le había regalado. Todo se encontraba ahora en el piso. Se quedó quieto por un segundo observando el desastre en el que se había convertido su pieza, y despeinó su cabello mientras gruñía de forma molesta. Estaba tan enojado, tan celoso, tan triste. Se sentía una persona miserable.
Para: Raj
"Mocoso, ¿por qué no me dijiste que participarías en una obra teatral?"
De: Raj
"Amor, ¿¿cómo supiste?? No vengas, es vergonzoso..."
Para: Raj
"¿Qué te hace pensar que voy a ir?
De: Raj
"¿Entonces no vienes? Gracias, amor."
Para: Raj
"Bebé, ya estoy sentado en primera fila."
De: Raj
"¡Amor! Por favor vete, ¿sí? O si te quedas no te enojes, ¿está bien?"
Para: Raj
"Rajesh... ¿por qué me enojaría? ¿Le puedes contar a tu novio por qué mierda me enojaría por ver una obra teatral tuya?"
Suspiró cuando llegó al último mensaje y dejó su celular a un lado en la cama. Cerró los ojos pensando en cómo una estúpida pelea provocada por celos pudo terminar así. Llevaban ya tiempo de relación y seguían igual de celosos que siempre, era estúpido.
Su celular comenzó a sonar, sacándolo de sus pensamientos. Cuando lo tomó pudo ver que el nombre "Raj'" aparecía en la pantalla.
- ¿Rajesh? - Preguntó al segundo de contestar. Su corazón latía a mil por hora, golpeando en su pecho.
- Buenas noches, ¿es usted algún familiar del dueño de este celular? - La voz por la otra linea era grave y no pudo evitar fruncir el ceño al no reconocerla.
- ¿Quién eres y por qué mierda tienes el celular de Rajesh? - Howard se paró de su sitio y caminó hasta la entrada de su apartamento, tomó su chaqueta y sus llaves mientras se colocaba sus zapatos. Definitivamente iría a tener una seria charla con Rajesh, le importaba una mierda la hora que era.
- Señor, le pedimos que coopere. Dentro de los datos de urgencias del señor Koothrappali salía este número, ¿es usted algún familiar? - Preguntó la voz mientras ya se encontraba casi corriendo por las escaleras hasta el estacionamiento sin saber por qué. El sonido en el fondo de la otra línea lo aterró, no sabía si eran bocinas de patrullas o de ambulancias.
"No, no, no, no, no, no." Su corazón se partió pensando lo peor.
- Sí, lo soy. - Contestó luego de un rato, tratando de encontrar alguna estabilidad en su voz. Caminó por el estacionamiento y abrió la puerta de su auto quedándose sentado ahí sin saber a dónde ir. - Soy su pareja.
- Señor, lo llamamos del Hospital Nacional de California, lamentamos informar que el señor Rajesh Koothrappali ha tenido un accidente. Su estado es grave, necesitamos su presencia para que firme el permiso para proceder a la operación, existen altas probabilidades de que el paciente no la resista.
Howard comenzó a caer mientras sentía cómo sus lágrimas escurrían por su cara esa noche, tan reales como lo había sido todo. Empezó a ver todo negro, oscuridad era todo lo que lo rodeaba cuando el sonido de una llamada entrante en su celular lo sacó de su ensoñación, haciéndolo volver a ls realidad. Abrió los ojos alterado y se sentó de golpe mientras intentaba encontrar alguna estabilidad en su respiración. Podía sentir el sudor frío deslizarse por su espalda, producto del sueño que había tenido.