Mentir es encender fuego

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1 El Reino de Alba hace referencia en lengua gaélica (Rìoghachd na h-Alba) al reino de Escocia.

2 El Knarr (también conocido como Knorr o Knörr) era un tipo de barco de carga empleado por los pueblos nórdicos, muy similar en su estructura a los famosos y temidos Drakars. Este barco tenía una mayor longitud y calado que los Drakars, y aunque era algo más lento y maniobrable que estos, podía, por contra, transportar más peso y tripulación.

3 La referencia que se hace a Sugaar (también conocido como Sugar, Maju o Culebro) en el mito de Jaun Zuria es indispensable para atribuirle un origen fantástico al personaje que, a la postre, sería considerado por la leyenda como el primer señor de Vizcaya. Asegura tal leyenda que este fue engendrado tras un encuentro sexual entre su madre, una princesa exiliada, y Sugaar, una deidad masculina de la mitología vasca pre-cristiana, consorte de la diosa Mari, pero con un papel mucho más oscuro, siendo capaz de abandonar la forma humana adoptando la de dragón o serpiente.

4 Haizeola es el nombre vasco con el que se conocen a las ferrerías de monte. Eran pequeños hornos de unos 60 cm de ancho y 1,5 de altura. La base se excavaba en el terreno natural y las paredes se levantaban con piedras y arcilla. La inyección de aire se efectuaba por fuelles manuales o empleando ventilación natural, aprovechando los vientos. Se situaban junto a zonas mineras de donde extraían mineral de hierro, que calcinado y molido, era introducido junto con el carbón vegetal. Según la tradición popular los legendarios gentiles (personajes de la mitología vasca dotados de una fuerza sobre humana y conocedores desde tiempos remotos de las técnicas para elaborar el hierro) eran quienes se encargaban de estas prácticas. Estos hornos desaparecieron alrededor del siglo XIV, momento en que se sustituyeron por las ferrerías hidráulicas.

5 Gaueko (de la noche) en la mitología vasca es una representación invisible del dios de las tinieblas, aunque también podía adoptar la forma de algunos animales como un lobo negro, una lechuza, vaca u oveja. Es capaz de controlar los elementos, aunque nada puede hacer contra Mari, su señora.

6 Eguzkilore, en lengua vasca la flor del cardo, que una vez seca se coloca en la puerta de entrada de algunos caseríos y casas como una representación del astro diurno desempeñando las mismas funciones místicas atribuidas al sol, ahuyentando a los malos espíritus, brujas, o a los genios de las enfermedades. Para entender mejor su significación, sirva esta pequeña leyenda popular, reflejada por la escritora Toti Martínez de Lezea en su obra Leyendas de Euskal Herria:

“Hace miles de años, no existían ni el sol ni la luna y los hombres vivían en constante oscuridad, asustados por los numerosos genios que salían de las entrañas de la tierra.

Los hombres, desesperados, decidieron pedir ayuda a la Tierra.

—Amalur (madre Tierra) te pedimos que nos protejas de los peligros que nos acechan.

—Hijos míos, me pedís que os ayude y eso haré. Crearé un ser luminoso al que llamaréis Luna.

Y la Tierra creó la Luna.

Al comienzo, los hombres se asustaron y permanecieron en sus cuevas pero, poco a poco, fueron acostumbrándose, al igual que genios y brujas que también se habían atemorizado al ver aquel objeto luminoso en el cielo pero también se acostumbraron y no tardaron en salir de sus simas y acosar de nuevo a los humanos.

Acudieron una vez más los hombres a la Tierra.

—Amalur, te estamos agradecidos porque nos has regalado a la madre Luna pero aún necesitamos algo más poderoso, puesto que los genios no dejan de perseguirnos.

—De acuerdo, crearé un ser todavía más luminoso al que llamaréis Sol. El Sol será el día y la Luna, la noche.

Y la Tierra creó al Sol.

Era tan grande, luminoso y caliente que los hombres tuvieron que ir acostumbrándose poco a poco, pero su gozo fue grande porque, gracias al calor y a la luz del Sol, crecieron las plantas de vivos colores y los árboles frutales. Los genios y las brujas no pudieron acostumbrarse a la gran claridad del día y desde entonces solo pudieron salir de noche. Otra vez fueron entonces los hombres a ver a la Tierra.

—Amalur te estamos muy agradecidos porque nos has regalado la Luna y el Sol, pero al llegar la noche los genios salen de sus simas y nos acosan.

Nuevamente, la Tierra les dijo:

—Voy a ayudaros una vez más. Crearé para vosotros una flor tan hermosa que, al verla, los seres de la noche creerán que es el propio Sol.

Y la Tierra creó la flor Eguzkilore (Flor del Sol), que protegería las casas de los malos espíritus, brujos, lamias, genios, de la enfermedad, la tempestad y del rayo.”

7 Brunes, actualmente Briones (La Rioja).

8 Tresmiera, la Merindad de Tresmiera, situada entre los ríos Miera y Asón en la zona oriental de Cantabria, fue una comarca reconocida geográfica y administrativamente en documentos del siglo IX.

9 Se denominan Montes Bocineros a cinco cumbres de Vizcaya (Kolitza, Ganekogorta, Gorbea, Oiz y Sollube) en cuyas cimas, visibles desde todo el territorio, se realizaban llamadas sonoras con cuernos y grandes hogueras que ardían toda la noche para convocar a los apoderados del territorio a las Juntas Generales de Vizcaya, que se celebrarían en el siguiente cambio de luna, tradición que se remonta a la Edad Media. Por conveniencia en la narración, se sitúa esta particularidad a un tiempo anterior a la aparición de las Juntas Generales.

10 Foramontanos el término con el que se conocía a las personas procedentes del norte de la península ibérica con las que en el siglo IX se comenzó a repoblar las tierras que quedaban abandonadas por los musulmanes como consecuencia de las guerras entre estos y el Reino de Asturias. Posteriormente a estas tierras se las conocería como el Reino de León.



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Editado: 09.04.2020

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