Tadeo
La ciudad se ve tranquila el día de hoy, son poco regulares desde que se declaró la guerra con los seres fuera del muro. Me quedo mirando mientras bebo una buena cerveza en uno de los balcones del último piso, la vista es fantástica aquí, lo malo es que ahora no se puede disfrutar.
Escucho algunos gritos desde la entrada y veo parte de la escena, dos encapuchados se ponen a pelear en las escaleras de la Guardia, no logro identificar a ninguno desde donde estoy. Estamos en la base central ¿Quién es tan estúpido para hacer eso? Es tan temprano para hacerlo, lo dice quien bebe una cerveza, es tan cómico. Iré a observar un poco más de cerca si sale algo interesante.
Entonces un fuerte rugido comienza a escucharse por los pasillos. Escucho eso y se me cae la lata, corro a la entrada principal lo más rápido posible, llego y la sorpresa es ver como entra la gigantesca mantícora que trata de evitar que vean a su acompañante. En las escaleras se encuentra el General Nash riéndose solo, ya imagino que ha pasado, solo es necesario ver un poco la danza caótica que ellos tres hicieron aquí. El piso rasgado, hoyos por culpa del ácido, soldados que aún tosen por el veneno que lanza su transformación.
-Hasta ahora es que llega Teniente Tadeo- se cruza de brazos y acomoda su cabello.
-También es un gusto verte Sargento Quirina, tiempo que te habías desaparecido-
-Es un gusto regresar a casa, pero no esperaba esta bienvenida- mira el desastre -Tampoco él se esperaba esto-
-Ustedes dos desaparecen por meses y cuando regresan pasa esto- me rasco la cabeza de la frustración.
-Dale las gracias al idiota del General Nash- lo dice casi escupiendo del asco de solo pronunciarlo.
-Aún no comprendo como dejan que pase todo esto....si él estuviera aquí....todo seria distinto- suspiro -Iré a ver como se encuentra, nos vemos luego-
-Con él aquí dudo que hubiera guerra, ni siquiera estaríamos donde estamos y menos ellos dos. Teniente, él ya no es ese joven cuando empezó en la Guardia, pueden cuidarse solos, ya hemos visto como...pelean- se burla un poco.
-¿Qué tal si vamos a verlo los dos?-
-Tengo cosas que hacer, puede que lo vea más tarde, lo saludas de mi parte, dulzura- lanza un beso al aire.
Es la verdad, se que ha cambiado mucho, ese joven ha muerto hace mucho tiempo. Murió cuando él se fue, tuvo que hacerse fuerte, tuvo que independizarse, tuvo que dejar atrás sus recuerdos más dulces y volverse un ser completamente diferente renaciendo en lo que es hoy. Lo vi crecer, recuerdo como estaba angustiado de no obtener un trabajo hasta que por fin fue contratado en la Biblioteca, fue tan feliz que no podía dejar de sonreír. Sinceramente la extraño un poco.
Camino por los pasillos, subo y bajo escaleras en este laberinto de puertas que llevan a diferentes lugares. Si no sabes correctamente cada paso que darás te perderás. Los pisos cambian de colores y materiales. Las paredes con texturas o diseños varían cada giro que das haciéndote dudar si has tomado la ruta correcta. Doy vueltas, giros, pocos saben como llegar hasta este lugar.
Frente se encuentra las puertas azules de una oficina bastante peculiar, toco primero esperando una respuesta pero nada, toco nuevamente y sin respuesta alguna. Al girar el picaporte noto que se encuentra sin llave, pido permiso por la intromisión, doy unos pasos que dan eco en el lugar. Llamo nuevamente para solo escuchar un gruñido de algo grande durmiendo, Kurt a un lado acostado descansa completamente y en una de las escaleras se encuentra Kazuo que me indica que no haga ruido con una sonrisa.
-Que gusto verte ¿cuántos meses fueron está vez?- voy hasta quedar debajo y él deja caer un libro que atrapo.
-Fueron solo dos meses Tadeo, no fue tanto tiempo- dice mientras deja caer dos más.
-Claro que sí, te has perdido muchas cosas aquí dentro, ¿qué tal hoy salimos por unas cervezas?- noto como cada libro empieza a pesar.
-Ya te fuiste adelantando, hueles a alcohol, apenas son las diez de la mañana. Controla eso de ti- baja quitándose un poco de polvo -¿Qué tal la base? Parece que a los nuevos no le han dicho de Kurt-
-Bueno, es bastante divertido ver sus caras cuando les toca entrenamiento contigo- me río un poco -¿Porque no nos dijiste que regresabas? Te fuiste sin decir nada y ahora haces lo mismo- dejo los siete libros en la mesa de centro.
-Fue una petición repentina en ambos casos del Capitán, era de retirarse enseguida- evita mirarme directamente a los ojos -Tuve que ir a una Olvidada bastante lejos, pero fue de bastante ayuda para mis investigaciones y descubrir más Delirios, tengo que buscar sus historias además de las características-
-¿Por eso todo esto? Tómate un descanso, apenas regresas aquí y ya te metes en líos- agarro un libro con la portada de mitología nórdica.
Suspira mientras mira por la ventana que da a la Presidencia -Desearía poder....pero hay demasiado que hacer...tanto que investigar y mucho que reportar...Sin olvidar de mierdas que tengo que evitar- se pasa la mano por la cara.
-Kazuo, con todo el respeto, es mejor que descanses- dejo todo y me acerco para ayudarlo a sentarse, pero me detengo antes de tocarlo. En la esquina se escucha un gruñido grave, Kurt se ha despertado, su hocico se arruga de enojo mostrando su colmillos. Levanto las manos y me alejo de Kazuo, se calma hasta que se sienta vigilando la situación -Pensé que estabas...¿Enserio tengo que hacer esto siempre?-