Mentiras y Secretos

Capitulo #3

El aire estaba cargado de una tensión incómoda cuando, a solas con él, me di cuenta de que cada segundo se sentía como una eternidad.

Miré hacía todos lados, viendo la vida pasar, con la esperanza de que el viento llevara mis pensamientos lejos. Su mirada buscaba conexión, yo la evadía. Pero también pensaba: ¿debería ser sincera y liberarme de esta incomodidad? O quizás, un pequeño gesto de amabilidad podría hacer que todo fuera más llevadero.

Cualquiera diría que soy poeta. Pero en serio, así se siente todo esto.

—¿Sara?, ¿Sara?— Vil movía una mano repetidas veces por mi cara para que reaccionara, al parecer me quedé pensando demasiado. seguíamos afuera de la casa de Gabriel y yo aún no decidía que hacer.

—Perdon, estaba pensando en algo sin importancia— dije.

—Esta bien, tranquila, a veces me pasa— le dedique una sonrisa sin ganas, él solo me miraba con esos ojos claros, que aunque no me agradara mucho, sus ojos lo hacían parecer una persona agradable; tal vez lo es y yo solo pienso en lo malo.

—Bueno... — dejé la palabra en el aire, no sabía que más decir. entre Vil y yo se formó un silencio incómodo, no duramos mucho tiempo así hasta que el decidió hablar.

—Sara, ¿te gustaría ir por algo de comer... y... después al parque a hablar un rato?, mientras esperas a Lissa, claro... — Vil sonrie con algo de pena, se nota que está avergonzado por lo dicho, quizás por el simple hecho de que lo pueda rechazar.

Dudo un poco, no me agrada el chico, aunque ¿que más podía hacer?, no me quedaré afuera de la casa de Gabriel sin hacer nada, esperando que en algún momento, Lis se digne a salir.

Lis, te odio en este momento.

—Si, está bien, podemos ir— lo miro, no me había percatado que he estado mirando por mucho tiempo el suelo.— Pero, solo con la condición de que compremos... — no pude seguir por qué Vil me interrumpió.

—¿Pizza?— arqueé una ceja por la confusión y me cruce de brazos.

¿Como diablos sabía Vil lo que iba a decir?.

Eso fue raro.

—¿Como es que sabías que iba a decir, pizza?— pregunté, el me sonrió por un momento y se rasco la nuca algo nervioso.

—No lo sé, solo... creo que adiviné—dijo restándole importancia— ¿Nos vamos?.

Asentí, sin darle más vueltas al asunto. no voy a negar que eso fue extraño y tengo la leve sospecha de que no solo lo adivino así como si nada, pero tal vez. Solo tal vez, fue una coincidencia.

Decidimos caminar, ya que el parque no quedaba muy lejos; tampoco la pizzería. Creo que odio a Gabriel por vivir cerca de los lugares que más frecuento, aunque Vil no lo sepa. Dijo algo que tanto me gusta: la pizza, y es algo que, desde niña, me encanta; al igual que los parques, que me dan tranquilidad y paz.

En el poco camino que daba a la pizzería, nadie dijo nada; agradecí a mis adentros por eso. Al llegar, compramos una pizza de pepperoni con dos refrescos de Coca-Cola. Vil pagó todo sin la intención de que yo lo ayudara; solo me dijo que lo tomara como un "Perdón por lo de esta mañana". No pude hacer más nada que asentir, y salimos en dirección al parque.

Nos sentamos en una banca que quedaba cerca de un árbol. El lugar estaba un poco desolado; era extraño para ser lunes, pero es relajante no tener a muchas personas alrededor.

Estaba observando unos tulipanes que se encontraban plantados cerca del gran árbol donde nos encontrábamos sentados. Mientras tanto, tomaba un poco de Coca-Cola, cuando de repente escucho a Vil toser. Dirijo mi mirada hacia él y, ¡oh por Dios! El chico, al parecer, se estaba atorando con la bebida. No voy a mentir, eso era gracioso, a lo que reí por lo bajo.

—¡Carajo!— espetó Vil, con el ceño fruncido, ya había parado de toser.

—Creo que no se te da bien eso de beber refresco— dije, aguantando las ganas de reírme.

—Sii— chasqueó la lengua—. Creo que maté mi amor por la Coca-Cola.

Y bastó que dijera eso para echarme a reír.

—¡No da risa!— me reclama.

—Créeme, sí la da— volví a reír, pero carraspeé y me puse seria cuando me percaté que Vil me miraba serio.

—¿Qué?— le pregunté.

—Nada, solo deberías hacerlo más.

—¿Qué cosa?— inquirí, frunciendo el ceño.

Él me mira a los ojos.

—Reírte. Deberías reírte más. No lo haces muy a menudo.

El ambiente se ha vuelto incómodo. Por alguna razón, se me han pasado las ganas de reír y lo que menos me apetece ahora mismo es seguir hablando con él.

Decidí no decir nada. era extraño estar con alguien que apenas supe de su existencia está mañana; sin embargo, era gracioso de todas formas pero algo arriesgado. Al final me rendí con la pizza y la dejé en la caja; me voltee en cuanto él comenzó a hablar de nuevo.

—¿Y... Como se llevan Lissa y Gabriel?—me pregunta.

—Al parecer les va bien.

—Si, me imagino que Gabriel ya le habrá dicho que es gay.

Espera, ¿!Que¡?.

Vil lo dijo sin importancia y estando tan tranquilo, yo por el contrario estaba sorprendida, ahora entiendo por qué Gabriel nunca le ha correspondido a Lis, ni se ha atrevido a hablar con ella de una relación o algo por el estilo, en todo este tiempo que se llevan conociendo, la pregunta aquí es ¿Por qué?.

—¿¡Que!?.

"Creo que alguien notó tu cara de espanto".

Oh, muchas gracias Astrid no me di cuenta.

"Se nota bastante tu sarcasmo".

—¿Gabriel Colman es gay?— Añadí, boquiabierta.

—¿No sabías?, ¿ Él... no se lo ha dicho a tu amiga?.

—Lis no sabe nada. creeme. Si Lis estuviera informada, ya me lo hubiera dicho, no estaría allá con el, intentando tener algo serio.

—¡Maldición!, tal vez tenga sus razones para no contarle y... por favor no le digas a Lissa, ¡Gabriel me va a matar!— Vil, se levantó.

—Lo siento, pero no se lo puedo ocultar— me levanté también y comencé a caminar, tenia que sacar a Lis de ahí, antes de que le digan algo de lo que se arrepentiría después.



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En el texto hay: odio a amor

Editado: 15.08.2025

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