Mera y el Poder del Atrapasueños

Deseos Ocultos

En los días siguientes empezaron los entrenamientos. La primera vez que nos reunimos, Zeylan, Dreis y Sharin llegaron a nuestra mesa. Acordamos esa madrugada en el ágora de Belencia que mis amigas y yo entrenaríamos junto a los demás guardianes de los sueños. Recorde la conversación que tuve con Annetta y Remina minutos antes de dormir, lo preocupada que estaban sobre lo que iba a hacer, por un momento me sentí abrumada por el peso que tenía en mis hombros, pero si esto era la forma en que toda esta locura pararía, sin temor iré a afrontar la prueba de los Vigilares.

—Entonces es hoy —. Le dije al capitán Levi.

—Es mejor no perder tiempo, la próxima caza de noctofagos será en el distrito 15 —Respondió Zeylan.

Asentí tomando mis cosas, Anetta y Remina hacían lo mismo.

—De acuerdo y ¿Por qué será en ese sitio? Esa es la vieja cementera abandonada.

El escuchar el sitio me hizo sentir curiosa, hacía no más de 5 meses fuimos allí a tomar fotos para nuestra clase de producción audiovisual.

—Estuve allí y todo apunta a que es el lugar donde Arach'nogurat frecuenta —. Intervino Dreis.

—Las chicas y yo fuimos a ese lugar hace unos meses, ¿porque escogería un sitio así? —Pregunté intrigada.

—Posiblemente para no despertar sospechas sobre las desapariciones de personas en ese distrito —añadio la encantris.

—Será mejor comprobarlo cuanto antes —. Comentó Zeylan.

—Entonces no perdamos tiempo, ¿A dónde iremos? —Preguntó curiosa Mina.

—La Mansión Bryce, la casa de los ancestros de Erick —. Respondió la Encantris.

—Eso está cerca de la parte histórica, recuerdo que fue reconstruida en 1880 por Marcus Jonas, quien también construyó la biblioteca Elizabeth Bryce —. Añadió Anetta en tono casi enciclopédico.

—Veo que esas horas leyendo los registros históricos de la ciudad han dado fruto, ya suenas como toda una antropóloga Netta.

Halague a mi aplicada amiga.

Dejamos la cafetería saliendo por el entechado rojo con columnas blancas, que llevaba al parqueadero. Sharin se acercó a su pareja dándole un tierno beso como saludo para después chocar los puños con Zeylan y Dreis; dedicándole una cálida sonrisa a Anetta y Remina, las chicas le respondieron de igual manera. Después de verificar que nadie nos estaba siguiendo, nos dividimos en dos grupos por cada vehiculos en los que iremos a la mansión, como siempre el trío de amigas en el spark, acompañadas de Dreis quien parecía estar encantado con la idea de ir con Anetta, no me habia percatado pero mi amiga daba la impresión de que se sentía a gusto conversando con él, Mina y yo nos dimos esa mirada de "Parece que algo está pasando aquí". El atardecer anaranjado se podía apreciar en las cimas de los edificios del centro de la ciudad, empezando a reducir sus tamaños tan pronto llegábamos a la zona histórica, viejos edificios de tres plantas con fachadas antiguas, dominaban el paisaje urbano.

Cuando cruzamos el puente del rio Aspiro, vimos que sus aguas eran de color amarillo dorado, similares al atardecer de este día, posiblemente por las muchas flores de azafrán que crecían en sus orillas eran las que tintaban de ese tono aquel caudal. Seguimos la ruta guiada por el auto deportivo de Erick y llegamos a la propiedad familiar del guardián cruzando la antigua verja que se abrió por algún dispositivo electrónico, al llegar a la fuente con la estatua de una dama vestida con un traje antiguo, posiblemente del siglo XVIII. Un grupo de personas empezaba a salir desde el pórtico de la mansión entre ellas Kyara, seguido de un par de chicas, y tres personas mas, nos saludaban a lo lejos.

—Bien aquí estamos, amigos —. Comentó Remina apagando el motor del auto.

—En verdad es un lugar hermoso, el jardín, la fachada, jamás llegué a pensar que lugares así de espléndidos existían en Belencia —. Dije al darle una vista alrededor de la mansión.

Mis amigas también estaban asombradas por lo maravilloso que era la propiedad de los Bryce.

—Espero que estén listas para recibir un entrenamiento acelerado para ser guardianes de los sueños, chicas —. Comentó Kyara, saludando a cada una.

Zeylan dio un paso al frente de nosotras, no podía negar que verle en ese papel de líder me inspiraba confianza, en cierta forma sabía que era su manera de no mostrar flaqueza en tiempos difíciles, me acerque al guardián, y por inercia di un pequeño golpecito en su hombro, la reacción del chico es como la de una persona que recuerda su momento más alegre. Ese gesto, y la forma en que los ojos de ambos se miraron, de manera emocional y familiar, se sintió tan natural entre nosotros que pude sentir las miradas desconcertadas de quienes estaban allí.

—Bueno... Sharin entrenará contigo. —Dijo intentando apartar la vista de mis ojos. —El animus de tu atrapasueños te permite convocar las criaturas de las tierras del sueños, esto en cierta forma es muy parecido a la magia, no creo que haya persona más calificada para explicarlo que una Encantris.

Explicaba Zeylan al momento en que Sharin se acercaba a ambos, la pelirroja asintió mientras su novio colocaba su brazo en su hombro.

—Y mis amigas ¿vendrán conmigo? — Pregunte.

—Ellas a diferencia de ti, ellas necesitan descubrir sus animus por ello Kyara y Veria le ayudarán en ello.

—Entiendo, espero que lo logren chicas y no tengan miedo de llevar sus capacidades más allá, ¿vale? —. Le dije a las primas Maverak.

—Cuenta con eso mana, no te vamos a defraudar — . Comentó Remina.

—Entre más conozco de estos poderes mas quiero conocerlos.

Hablo Anetta, Veria Kusakova se acerco a Remina, ambas chicas se dieron la mano a diferencia de mi, Mina no se dejaba impresionar por esa aura coqueta que inspiraba la bruja azul.

Después de conversar un poco sobre lo que cada una haría para empezar las prácticas con nuestras respectivas tutoras, y en cierta forma me sentía como una niña que apenas conoce lo superficial de su realidad más cercana. No tenía idea de la magia, como usar un conjuro, que era el animus, ni mucho menos el hacer una convocación sin recurrir a la súplica de quien me esté observando en mi ser. Nos separamos en diferentes direcciones de la mansión Bryce, cruzando por un pasillo con grandes ventanales que daban vista a un amplio prado con arbustos en forma de laberintos. La pelirroja para su marcha de improviso, sacándome de mis cavilaciones para evitar chocar con ella, volviendo la vista hacia mí con ese semblante sereno que le caracterizaba.




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