Mera y el Poder del Atrapasueños

Sentimientos Sempiternos

Cuando noté que mis deseos disminuyeron y mi respiración se calmó. Sentí una esencia familiar, era la misma que usaba zeylan y al levantar el rostro entre su pecho vi que el guardián hacia una seña de silencio, tomando mi mano y guiándome por los pasillos, “¿Vio todo lo que estaba haciendo mientras Erick y Sharin tenían sexo?” fue una duda que rondaba mi cabeza pero el chico de ojos azules no hizo un comentario al respecto.

—No te preocupes por lo que viste de Sharin y Erick, por lo menos fueron a una parte poco concurrida de la mansión.

—¿Esto es muy común entre ellos?

Zeylan asintió.

—Es una costumbre que tienen, esta es su casa. —Comentó después de abrir otra puerta, volviendo la vista hacia donde estaba. —Deberíamos reunirnos con los demás.

Al abrir la puerta veo a un grupo de personas sentadas en diferentes sitios de lo que era una amplia biblioteca, mis amigas se acercaron para saludarme. sonrió mientras el grupo de guardianes conversaban entre ellos.

—Qué día más interesante ha sido este, nunca esperé estar en una resistencia.

Comentó anetta, mirando hacia las estanterías.

—Esto de pelear contra seres oscuros usando los poderes de una magia antigua, me parece fascinante es como descubrir un mundo dentro de otro.

Dijo Remina muy emocionada, luego tomó asiento junto a mí en uno de esos muebles.

Cuando ya todos nos ubicamos en algún lugar de la biblioteca, las luces se apagaron, y una voz resonó en todas partes.

—Mucho antes de que los mundos nacieran… —Una figura femenina dorada con las mangas de su traje que se van convirtiendo en plumas similares, a la de alas, aparece en el centro de esta biblioteca, —Ibwa despertó de entre la profunda tiniebla de la no existencia y bailó desplegando sus alas doradas. Estas se fueron juntando en el remolino de sus movimientos creando una esfera dorada llamada Solsticius, —la imagen de esta forma de mujer se desvanece y cambia en una esfera dorada, —fue así que con la arena que los pasos de nuestra diosa madre arrastraron, surgieron de ella dos hermanas gemelas —dos mujeres surgen de los bordes donde la luz y la sombra llegaban. —Awaukan y Eselena; una idéntica a la otra pero nacidas de solsticius y Tenebrarum, la esfera oscura y la esfera luminosa que iluminó la inexistencia, luz y sombra, materia y destrucción; es así como ambas hermanas decidieron juntar la poca arena que quedaba desde su nacimiento en el mar del firmamento para crear a sus hijos: los luxxiantes y los nóctales, quienes empezaron una guerra desde su creación. Cobró la vida de casi todos los seres de ambos bandos, Ibwa quien se mantuvo al margen decidió separar a ambas hermanas de su odio mutuo creando a una tercera hija, Gaia, la durmiente y sus descendientes menores. Se le dio el papel de dividir los dominios de ambas hermanas, junto a sus dos custodios a los que llamó Día, Guardián del Alba, y Noche, la Guardiana del Ocaso, estos nuevos seres creados por Ibwa. Aquellos que custodiaban el sueño de Gaia, tenían el poder de evitar que ninguno de los hijos de sus hermanas volvieran a sus antiguos odios, pero el odio entre ambas era tan fuerte en sus descendientes, y los seres que una vez juraron destruirse los unos a los otros, se encontraron en El Reino de Medianoche. Una tierra que la guardiana Noche no quiso vigilar, haciendo que esta guerra llegue hasta los tiempos modernos donde los hijos de Eselene buscan llevar la oscuridad de Tenebrarum hasta los dominios de los durmientes y sumar a Gaia en las tinieblas de la no existencia, nuevamente amenazando con destruir la paz que Ibwa había dado a los hijos de Gaia.

Cuando terminan de proyectarse las imágenes todo queda en una oscuridad absoluta, y muchas voces se sumaron en un coro que resonaba en la biblioteca, recitando unas palabras.

—Existen peligros mortales ocultos en la oscuridad, existen horrores en nuestras pesadillas, existen monstruos viviendo en nuestras mentes, hay un poder oculto dentro de cada ser para combatirlos —. Dijeron al unísono los guardianes como si estuvieran exclamando un juramento.

Y la luz iluminó toda la biblioteca, frente a todos nosotros había un hombre mayor de cabello casi gris, y unas cuantas arrugas en su rostro, llevando en su brazo izquierdo un pergamino de donde parece haber recitado esa historia sobre la creación de las diferentes realidades que existen.

—Por si no me habían visto antes en sus vidas, soy Jaume Jonas, antiguo Vigilare del sudeste. Junto a la familia de los Bryce hemos mantenido en pie este lugar como bastión para los despiertos que han decidido enfrentar a los hijos de la noche eterna.

Se presenta el hombre entre los aplausos de los demás.

—Sea cual sea las razones que los trajo hasta aquí, los reconocemos como un igual, únanse a sus hermanos de causa esta noche y festejen con ellos el estar entre los vivos otra noche.

Se nos dio a cada una un collar con la forma de una palma derecha abierta que tenía unos símbolos de una media luna y un ojo abierto en su centro, mis amigas y yo los vimos asombradas por lo bien trabajado que estaban estos dijes, mientras un grupo de chicos nos tomaban de la mano sacándonos del recinto mientras coreaban en júbilo, acompañados de un instrumento que momentos después nos contaron que se llama aulos en lo que parecía ser una marcha de celebración.

Salimos a un jardín donde nos ofrecieron algunas bebidas mientras cada pareja se sentaba alrededor de un fuego, Dreis se quedó un momento hablando con Anetta y Remina, mientras yo estaba en un extremo de la fogata hablando con Sharin. Unos minutos después vi a Zeylan salir de una parte de la mansión acompañado de Erick y su novia. Me sentí apenada al recordar la imagen vivida del capitán Levi tocando mi intimidad, lo disfruté tanto que ese recuerdo se convertían cada vez en un placer culposo por desbordar estos sentimientos que se volvían mas notables estando cerca de él; Me sonrojé demasiado, pero no dejaba de verle, era algo que hacía por instinto y el conocer cada gesto de él como si fuese alguien muy cercano en mi vida me desconcertaba. Tal vez esta noche era un buen momento para salir de todas estas dudas, “¿Me gusta zeylan en realidad? ¿Cuándo empecé a pensar en él más de la cuenta?” no, esto no era una atracción sexual hacia el guardián, mi pecho se exaltaba con solo pensar en estar a su lado. Note que la pareja se despedía de Zeylan mientras él va por otro lado, alejándose de la reunión hacia una parte de la mansión Bryce.




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