Damon
Paso mis manos por mi cabello dejándolas en mi cuello, pensando, no quiero tomar esa opción, seria trabajar a las espaldas de ellos, nunca lo aceptarían, por más que quieren que la encontremos esta no es la forma que quieren lograrlo.
Suspiro intentando relajarme, hace ya dos semanas que Gretchen desapareció y no tenemos ni la más mínima pista, hay una opción que se funcionaria, pero es casi suicida, se la dije a Matt y me gane un gran reproche por siquiera pensarlo.
Es solo un medio para un fin, no sé porque tanto problema, solo lo hago, se cómo, gano confianza, la encuentro, libero y listo, no creo pongan atención, quizá ya este muerta y solo les hago un favor en desaparecerla de sus manos.
Cierro los ojos intentando dejar ir el sentimiento de culpa que me ataca robando mi respiración un momento, ¿cuándo desaparecerá ese día de mi memoria?
Flash back
-Anda ven, no seas niñita, ese es mi papel –se burla tomando mi mano, jalándome tras ella.
-Sabes que no deberíamos estar aquí ¿cierto? Mi madre es muy cuidadosa con su jardín, huerto o lo que sea, sin ella tenemos prohibido venir, además estamos muy lejos de donde Matt nos dejó, como explicaremos la forma en que llegamos, ya sabes cómo… -pone su mano en mi boca callándome.
-Gallina, tu padre es sobreprotector, no tocaremos nada del jardín de tu madre, solo disfrutaremos un rato de la tranquilidad y si algo pasa, culpamos a Matt–responde empujándome juguetonamente.
-¿Y si nos encontramos un animal venenoso o peligroso?
-Damon, estamos en Nueva York, no en una selva de Brasil, tranquilo, además estoy aquí, fui una niña exploradora, nos la arreglaremos.
-Tienes diecisiete y yo casi quince, no me ganas por tanto, relaja tu valentía, además fuiste exploradora un verano, te expulsaron por golpear a una niña.
-En mi defensa esa niña robo mi puesto de venta de galletas –se defiende riendo, le devuelvo el empujón rodando los ojos divertido.
Me adelanto un par de pasos pero ella no tarda en alcanzarme enganchándose de mi brazo.
-El miedo es para los débiles –murmura ignorando mi comentario anterior –si no enseñas tu miedo les quitas poder Damon, lo que a la gente mala le da valentía y poder es tener el control de tus emociones, aunque por dentro estés muriendo mantén la frente en alto y esa linda sonrisa que tienes y nadie encontrara como dañarte –me explica.
-Mi madre dice que la forma en que la gente mala nos daña es encontrando tu punto débil, amar a alguien es la perdición de un ser humano –repito las palabras que hace unas noches me dijo mi madre.
-Y tiene razón, pero eso no se puede controlar, no se elige a quien querer, solo… pasa, pero puedes ocultarlo, solo es algo de práctica –nos quedamos callados un momento pensando en las palabras del otro, disfrutando el momento pero mi prima me jala apurando el paso hasta ese lugar -Anda vamos.
Cuando estamos a dos metros de la entrada escuchamos un ruido de pisadas como si nos estuvieran rodeando, sonaban por todo alrededor.
La miro preocupado, estamos entrenados, puede ser que solo sean personas normales que hayan venido a pasear como nosotros, pero el recordar a mi padre tan preocupado y paranoico últimamente solo me da ideas malas de la conclusión de este momento.
-Lorraine –murmuro pero me interrumpe.
-Silencio, ven –vuelve a jalarme entrando al jardín de mi madre –ok, quiero que te quedes callado y escondido, me asomare y ahora vengo, no te muevas pase lo que pase, escuches lo que escuches –susurra.
La miro mal ante su pedido, si la escucho en peligro no hay forma que me quede simplemente sentado, se da la vuelta pero al ver que la manija del lugar se mueve nos ponemos en guardia.
-¿Mamá, qué? –se adelanta a mi lugar callándome.
-No hagan ruido, escóndanse ahí –susurra apuntando una mesa, muévanla lo suficiente para meterse detrás y desde adentro la jalaran volviéndola a su lugar, no hagan ningún sonido –ordena.
El sonido de mi puerta abriéndose me saca de mis pensamientos volviendo a la realidad.
-Más te vale que no estés pensando tu estúpido plan –me riñe Jen, la miro extrañado y sonríe –Matt me conto –menudo chismoso –enserio déjalo, no vale la pena ponerte en ese riesgo, sabes que si algo sale mal es muerte asegurada –comenta sentándose a mi lado en el sofá de mi cuarto.
-¿Y cuándo te hiciste psíquica para saber lo que pienso?
-Te conozco de siempre, sé que cuando estas estresado te la pasas moviendo tu cabello, tu única razón para estar mal ahora es la desaparición del cachorrito –la miro mal ante el apodo y niego –ya bueno, pero enserio te lo pido, deja de pensar en esa opción, deséchala.
-Ni siquiera se dan la oportunidad de considerarla, es buena, solo es planearlo bien.
-¿Tanto quieres salvarla? Podemos esperar a una nueva pista, tenemos un buen equipo Damon, confía en ellos.
-A veces te odio –respondo malhumorado, sé que tiene razón, pero no soporto quedarme sentado sin ser parte de nada.
-Tú me amas –se inclina dándome un beso sonoro en la mejilla –hasta luego –se levanta yéndose por donde llego.
Mi celular empieza a sonar por lo que lo tomo viendo de quien se trata, mi padre –no es que tenga muchas ganas de hablar con el- bufo antes de contestar y llevarme el celular al oído.
-¿Hola?
-Damon, necesito vengas ahora mismo –contesta del otro lado colgando al instante.
Camino hasta la cochera sacando mi auto y sin más inicio el camino a la oficina de mi padre, al llegar entro al lugar sin tocar encontrándome a Matt y a papá.
-¿Qué ocurre? –cuestiono en cuanto me siento en la silla libre frente a mi padre, al lado de Matt.